Del "5 días de vértigo" al "ser malos": por qué los tuits viejos de Sánchez enganchan al universo tuitero

Pedro Sánchez habla por teléfono durante un Consejo Europeo de Bruselas.

Llegados a este punto, la pregunta que legítimamente nos hacemos en infoLibre es ¿tiene Pedro Sánchez en Moncloa una máquina del tiempo para viajar al pasado y escribir sus tuits premonitorios? Y es que si algo compite en el universo tuitero español con las predicciones de Los Simpson son las publicaciones antiguas del actual presidente del Gobierno. Más allá de las bromas, lo cierto es que el modus operandi es de sobra conocido: el líder del Ejecutivo dice, hace o se pide cinco días de reflexión y los tuiteros rebuscan en su hemeroteca en X —antigua Twitter— para dar con algún mensaje en el pasado

"De la misma manera que cada año cuando llega abril los internautas recuperan el vídeo de abril-cerrar de Elena Furiase, cuando Sánchez hace alguna acción importante siempre hay un tuit antiguo suyo que parece escrito a propósito para la ocasión", reconoce Teresa Ciges, periodista y consultora de comunicación política y estrategia digital, que apunta que "a día de hoy, más de una década después, estas publicaciones lo muestran cercano y lo hacen auténtico, e incluso con un punto rebelde". 

Durante este periodo de reflexión primaveral, la frase que se ha vuelto viral es del 18 de septiembre de 2009, cuatro días después de la renuncia al acta de Pedro Solbes que lo convirtió por primera vez en diputado del Congreso: "5 días de vértigo, agradecido a los amigos…"

Otra de las publicaciones más recuperadas estos días ha sido del 15 de julio de 2014, solo dos días después de ganar con un 49% de los votos las elecciones celebradas para elegir al nuevo secretario general del PSOE tras la dimisión de Alfredo Pérez Rubalcaba. "Hola! En unos días retomaré mi actividad normal en Twitter. Abrazo a todos y mil gracias por vuestros mensajes :))", tuiteó en aquel momento Sánchez. 

Con estos ejemplos, "el oráculo de Delfos" o "siempre hay un tuit antiguo de Pedro Sánchez para titular las grandes noticias" fueron algunos de los mensajes en redes que se repitieron la pasada semana tras hacerse pública la carta en la que pedía un periodo de reflexión de cinco días para decidir sobre su continuidad al frente del Gobierno. 

"Es un fenómeno que ocurre con Sánchez porque es el presidente, por la relevancia que él tiene, pero también porque los mantiene. Podría haberlos borrado pero ha optado por un ejercicio de transparencia ya que son tuits blancos", explica Susana Pérez Soler, periodista y doctora de Comunicación Digital por la Universitat Ramon Llull, que reconoce que se trata de mensajes "recurrentes para hacer bromas y generar entretenimiento acerca de un tema que ahora mismo no es tan frívolo". "Ahora, más de una década después y enmarcados en el contexto actual, sí que se podría decir que estos tuits se han convertido en un meme, pero en positivo, porque contribuyen a su personalización política", reconoce Ciges. 

Del humor tuitero a la humanización de Sánchez

Y es que no ha sido ni la primera vez ni posiblemente sea la última que algo así sucede. Un simple vistazo en Google sobre los tuits viejos o antiguos del líder socialista arroja búsquedas con 53.900 y 10.300 resultados respectivamente. 

"El humor es una herramienta fantástica de comunicación política y también de crítica. Recuperar los tuits antiguos de Sánchez en el contexto actual supone para los usuarios de la plataforma un punto de rebeldía y diversión, y para el equipo del presidente es una apuesta más por su humanización a través de la proximidad y la autenticidad", sostiene Ciges. Y que complementa, tal y como indica Pérez Soler, un "relato que juega a favor del presidente" como el que lleva cuentan como las de Mr. Handsome: "Uno de los problemas de todo este fandom político es ensalzar al líder y convertirlo en un héroe y al día siguiente es un villano".

Sánchez creó su cuenta de Twitter en el verano de 2009. Concretamente, el 26 de agosto lanzó su primer tuit: "Hola, hay alguien ahí? Soy Pedro Sánchez Castejón. Hoy estreno cuenta en Twitter y espero aprender, escuchar y que lo que cuente os interese!". En aquel momento era concejal del Ayuntamiento de Madrid y no fue hasta 2014 cuando su nombre comenzó a sonar para convertirse en líder del PSOE. Durante estos cinco años, usó su perfil para hablar sobre su vida cotidiana y compartir sus gustos e intereses como la música que escuchaba, las series que estaba viendo o la influencia de sus hijas en su día a día. 

¿Por qué triunfan estas publicaciones viejas del presidente? "El universo tuitero, fuera del contexto de la crispación política, tiene una narrativa en la que el humor juega un papel relevante, así como las referencias a la cultura pop. Es por eso que los memes desde siempre han funcionado tan bien en esta plataforma", reconoce Ciges que apunta que, por tanto, "la gracia de estos tuits es el lenguaje inocente que utiliza y cómo usaba en sus inicios la red social, como muchos usuarios en los comienzos de X". 

Así, con la libertad que el anonimato le ofrecía, Sánchez nos ha dejado mensajes míticos convertidos actualmente en meme como su "día raro con pocas ganas de twitear…", pasando por su "hasta arriba de curro" hasta su "a casita que hace mucho frío". "Como hay una gran variedad de tuits antiguos, los tuiteros tienen un gran catálogo para elegir según la azaña", señala Ciges. Eso sí, mención especial merecen los míticos "ser malos! Buenas noches colegas" y "con mis colegas en el restaurante luna rosa, comiendo una pizza cojonuda".

"Hay veces que me preguntó si de verdad yo escribí eso"

Justamente, a raíz de la publicación de la pizza cojonuda, que es de diciembre de 2010, le preguntaron el pasado verano en el podcast de La pija y la quinqui. "Creo que si demuestran algo es que jamás en mi vida pensé que iba a ser presidente del Gobierno", aseguró Sánchez que llegó incluso a afirmar entre risas que "hay veces que me preguntó si de verdad yo escribí eso". Eso sí, defendió no borrarlos:  "¿Por qué? Ahora que veo a muchos responsables políticos borrar a todo trapo sus tuits, al menos estos...". "Son nice [agradables]", completó Carlos Peguer. 

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Y es que si algo distingue a Sánchez del resto de políticos actuales es su hemeroteca digital. ¿No borrarlos forma parte de su estrategia comunicativa? "Totalmente. Hoy en día existen muchísimas herramientas para borrar esta huella digital", reconoce Pérez Soler que apunta que Sánchez ya antes de ser presidente "tenía cierto control y, cómo son mensajes neutros y que aportan entretenimiento, lo que hacen es que hablemos de él y lo hagamos en un tono positivo". Para Ciges, "el liderazgo de Sánchez está basado en un relato, en un storytelling potente de persona que supera las adversidades. Para implantar este marco apostó desde el inicio por una estrategia personalizadora, y en ella se enmarcan estos tuits". 

Esta vía de dejar a golpe de una simple búsqueda en X centenares de tuits antiguos no es lo común. "Habitualmente, cuando alguien adquiere un cargo político relevante, se hace un "lavado de cara" de las redes sociales, eliminando todo aquello que pueda ser utilizado para desacreditarle", asegura Ciges. Pero no fue el caso de Sánchez. "Imagino que desde su equipo se consideró que estos tuits más que desacreditarle, le humanizaban, y lo mostraban como un usuario más en los inicios de Twitter y que además explicaba aspectos personales o íntimos de su día a día. Conocer que había tenido un día agotador o que se iba a dormir porque le esperaba una jornada importante lo humanizaba aún más", reconoce esta experta. 

Para Pérez Soler, si no están borrados es porque "saben que no les puede jugar a la contra y son un ejercicio de transparencia": "Hablan bien de él y saben jugar con estas herramientas. Resultaría extraño eliminarlos ahora". Eso sí, para esta experta, en este contexto es clave la descontextualización como comunicación política. "Para hacer el anuncio, usa una carta que es un mensaje más tradicional y analógico además de unidireccional y controlado", reconoce al tiempo que señala que, en cambio, con sus tuits "no tiene el control y no puede controlar esta conversación y se da en un tono de humor". "Creo que es totalmente desacertada en esta ocasión la estrategia comunicativa de Sánchez. Siempre había estado acertado, pero en esta ocasión ha habido un fallo en su manual de resistencia", indica esta doctora de Comunicación Digital.

2015: el año en que un concejal dimitió por sus tuits viejos

Quizás el punto de inflexión para los estrategas políticos españoles se produjo en 2015. En pleno despegue de las redes sociales y con Sánchez ya como secretario general del PSOE, ese mes de junio el recién nombrado concejal de Cultura de Madrid Guillermo Zapata dimitió por unos tuits que había escrito en 2011 en los que bromeaba sobre el holocausto o las víctimas del terrorismo. 

Desde entonces, lo normal es que cuando alguna persona llega a algún cargo público o su nombre suene para liderar alguna lista electoral, se dejen prácticamente a cero su cuenta de X pero también de Instagram y, de ahora en adelante, de TikTok. "Lo habitual es hacer limpieza y apostar por un tono más serio e institucional, y más si ocupan la presidencia del Gobierno", apostilla Ciges que recuerda que también hay quienes "deciden cambiar la privacidad y no dejar sus perfiles de acceso abierto, esto pasa más con Instagram que con Twitter". 

Torra, García Gallardo y el PP de Castilla-La Mancha

Lo cierto es que el caso de la dimisión de Zapata también es una anomalía, porque aunque son muchos los políticos a los que se le vieron las costuras con sus publicaciones viejos, casi ninguno renunció al cargo. En 2018, Quim Torra borró tuits claramente xenófobos escritos entre 2011 y 2014 al ser propuesto como president de la Generalitat. 

En enero de 2019, el nombre del por entonces nuevo responsable de prensa de Vox Juan E. Pflüger saltó a los medios por bloquear su cuenta de Twitter después de que infoLibre sacase a la luz sus publicaciones contra el feminismo, la migración y el colectivo LGTBI al conocerse su fichaje por la ultraderecha. Mensajes que, por cierto, han sido eliminados.  

Mismo camino siguió Juan García-Gallardo en enero de 2022: el actual vicepresidente de Castilla y León borró gran parte de sus tuits, muchos de ellos homófobos, machistas y racistas, al conocerse que encabezaba las listas de Vox a las elecciones autonómicas. Y por esas mismas fechas, los perfiles oficiales del PP a nivel regional hicieron un borrado masivo de publicaciones contra las macrogranjas en Castilla-La Mancha para ocultar lo que decían en el pasado aquellos que en enero de 2022 pedían la dimisión del entonces ministro de Consumo, Alberto Garzón, por sus declaraciones sobre la ganadería intensiva. 

¿Deben los políticos borrar su huella digital?

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Es más, ante esta costumbre tan extendida, en diciembre de 2013 la fundación ciudadana Civio lanzó Digodiego.es, una herramienta que vigilaba las publicaciones de los diputados y que, tras arrepentirse, eliminaban de sus cuentas. En 2015 tuvieron que cerrar el proyecto por los cambios en los términos y condiciones de la API de Twitter y que ya había llevado semanas antes a cerrar la versión americana: Politwoops. 

Pero, con todos estos ejemplos y con Sánchez como adalid de la defensa de la hemeroteca, la pregunta es evidente: ¿deben los políticos limpiar sus perfiles de redes sociales antes de saltar a la vida pública? "No lo recomendaría, a no ser que hubiera algún contenido muy concreto que le pueda generar algún problema y en el que ahora no se vea representado", apunta Ciges. Esta experta insiste en que estos contenidos viejos "nos muestran la evolución de los liderazgos: cómo pensaban, dónde militaban, qué series consumían o qué fotos compartían" y además enseñan "parte de la historia del político en cuestión y contribuyen a conocerlo más, a humanizarlo más e incluso a generar empatía e identificación". 

Un fenómeno, por cierto, similar a lo que hace cualquier persona anónima cuando salta, por ejemplo, al mercado laboral. "Mucha gente decide hacer limpieza de sus redes a la hora de buscar o de comenzar un nuevo trabajo, cuando sus opiniones personales no tendrían que ser un impedimento para ejercerlo de forma óptima", reconoce Ciges. 

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