"No hay políticas ambiciosas y benefician a las rentas altas": la pobreza infantil a debate en infoLibre
No poder disfrutar de una comida sana, apuntarse a una extraescolar o jugar en casa porque no hay espacio son síntomas de una pobreza infantil que cada vez es más latente. España se sitúa en el puesto 26 de los países de la OCDE y en Cataluña, uno de cada tres niños está en riesgo de pobreza. Los datos y las posibles soluciones están ahí, pero no acaban de desarrollarse una políticas de infancia consensuadas y efectivas. Todos estos temas se han abordado este martes en un encuentro organizado por infoLibre con la colaboración de la Fundación "la Caixa" celebrado en el CaixaForum Macaya de Barcelona.
"¿Es plena una democracia con un 34% de pobreza infantil en alguna de sus ciudades?", fue la pregunta que puso sobre la mesa el director editorial de infoLibre, Jesús Maraña, en su intervención inicial que apuntó así a la responsabilidad política. "Nuestro compromiso son las personas", aseguró durante su intervención inicial Sergi Loughney, director de relaciones institucionales de la Fundación "la Caixa". "Acabar con la pobreza tiene que ser una cuestión de justicia y, por tanto, una tarea democrática", aseguró el director Daniel Basteiro, que moderó un debate en el que todos los ponentes han enfatizado que existen evidencias respecto a la efectividad de ciertas prácticas para disminuir esta problemática.
"Las políticas son pequeñas y benefician más a las rentas altas", aseguró Gabriel González-Bueno, experto en Políticas de Infancia de UNICEF España. Este experto apuntó también que "la pobreza es una gran destructora de derechos" y que "nunca se ha cubierto a esa parte de la población que no genera sus propios ingresos: los niños y las niñas". "Hay familias que están en el día a día, no pueden pensar en más allá: qué comerán mañana o si tendrán casa. Esas dinámicas son tóxicas para los niños", defendió.
Tanto en Polonia como Canadá la prestación universal a las familias está consiguiendo resultados muy positivos al igual que en Eslovenia la subida del salario mínimo. A pesar de los ejemplos, Jordi Longás, coordinador científico del programa CaixaProinfancia, criticó que "siempre ha habido políticas por hacer, pero es un tema claro de voluntad política. Es el punto que no alcanzamos nunca" y dejó en el aire una pregunta sin respuesta: "¿Ha habido algún pacto de estado contra la pobreza infantil?".
Longás también aprovechó la ocasión para explicar en que consiste el programa CaixaProinfancia: "Pretende pilotar un modelo que creemos que es innovador de atención a la infancia para que pueda servir en otros territorios de espejo o de inspiración". "Es una manera absolutamente nueva de trabajar: poner de acuerdo a todos los trabajadores que están con estas familias para que colaboren y sumen", aseguró su coordinador.
La falta de acceso a la vivienda o a un hogar en condiciones dignas aumentan aún más el riesgo de exclusión de los niños y niñas. Los desahucios pueden suponer un señalamiento en los entornos escolares para los menores, pero que muchas veces acaban aceptando.
Sonia Fuertes Ledesma, comisionada de Acción Social del Ayuntamiento de Barcelona, explicó que "probablemente el principal problema y factor que explica la desigualdad ahora mismo es la diferencia entre los ingresos y el coste de la vivienda" y que "los niños normalizan la perdida de vivienda cuando ya les ha ocurrido al menos una vez". "La pobreza necesita respuestas segmentadas para ser eficaz", aseguró al tiempo que dejó claro que "necesitamos políticas finalistas hacia la infancia".
Ante esta falta de poder acceder a una vivienda, "tenemos muchas familias cohabitando o en pensiones o en pisos pequeños sin las condiciones adecuadas", detalló Cecília Monteis Cahís, coordinadora pedagógica de Programas de Acción Social de la Fundación Pere Tarrés. "Estamos peor que en tiempos de pandemia", defendió.
"Tenemos problemas estructurales de salud alimentaria"
Además de la vivienda, la falta de recursos también afecta a la alimentación y, por tanto, a la salud de los más pequeños. España es el tercer país de la UE con mayor obesidad infantil y Julia Díez Escudero, doctora en Epidemiología y Salud Pública de la Universidad de Alcalá, subrayó que, sobre todo, afecta a las clases más bajas: "La pobreza es una gran destructora de salud en términos de igualdad".
"Tenemos instalado que en España comemos bien, y seguimos la dieta mediterránea pero no es verdad", aseguró Díez Escudero y apuntó que "tenemos problemas estructurales de salud alimentaria muy anteriores a la pandemia". Ante una falta de acceso económico a alimentos de calidad que ronda un 11,9%, explicó que hay "espacios montados para captar a la infancia y a la adolescencia más vulnerada" como las cadenas de comida rápida. "KFC no abre en un sitio aleatorio, abren alrededor de las zonas más vulnerables" con el objetivo, según esta experta, de captar a aquellos adolescentes y niños que no disponen de los ingresos suficientes para una merienda de calidad.