Muy fan...
Muy fan de Zapatero y Solbes
Las parejas cómicas siempre han tenido mucho tirón: El gordo y el flaco, Tip y Coll, Martes y Trece, Cruz y Raya … Y ahora que nos cuesta tanto esbozar una sonrisa –que no responda a la idea de “reír por no llorar”, porque donde unos ven florecer brotes verdes a tutiplén, otros contemplan un panorama más seco que los talones de un tuareg–, irrumpe con fuerza en el mundo de la comedia “el par de dos” que nos ha puesto al borde de la carcajada: Solbes y Zapatero, muy fan.
Ambos han coincidido en publicar sendos libros de memorias que, de no conocer a sus autores, podríamos incluir en la categoría de filosofía y pensamiento, en el caso de El dilema de Zapatero, o en la de novela romántica, en el de Recuerdos de Solbes. “¡Qué potito y qué hedboso!”, dirían sus homólogos Josema y Millán.
El show de los cómicos empieza con Solbes diciendo que lo suyo con Zapatero ya estaba mal a finales de 2008, coincidiendo con los especiales de humor de Nochevieja, más o menos. Sí, justo cuando ambos nos transmitían que estaban “A por uvas”…
Añade Pedro que tenían serias diferencias en la percepción de la crisis, lo que provocó su salida del Gobierno en abril de 2009 y menciona un informe que le envió a ZP, en enero de ese mismo año, titulado: Una estrategia para la recuperación de la economía española, donde le advertía de los efectos de la crisis y le recomendaba aplicar recortes y reformas y que, si no lo hacía, se iría del Gobierno y se llevaría el Scatergories.
Entonces va Zapatero, como ya adelantó infoLibre, levanta una ceja y dice que por ese informe no le viene nada, que ha mandado a su secretaria personal a revisar el archivo de Moncloa de arriba a abajo (cartas, correos, y otros documentos) pero que, en un primer vistazo, ni rastro, como no se quedara hecho un gurruño en unos pantalones vaqueros que echó a lavar. O sea, ZP dice que nunca lo vio y Solbes que lo tiene, pero que no piensa mostrarlo, si hay que enseñarlo se enseña, pero enseñarlo pa ná es tontería…
Aquí el show está en todo lo alto y es entonces cuando, según el diario El Mundo, Zapatero confiesa en privado que lo de Solbes no fue dimisión sino cese, como tarareando el bolero aquel: “Te vas porque yo quiero que te vayas…” Y que tomó la decisión porque veía a Pedro desganao’, que cuando los Lehman Brothers –que no era un grupo de soul de la Motown– estaban cayéndose del escenario, Pedro, a las seis de la tarde, pasaba de todo, tiraba el boli, cerraba el despacho y se iba pa’ casa. A ver, igual el ministro se iba a ver Atrapa un millón de Sobera para sacar ideas de cómo retener la pasta.
Para rematar el show, Solbes añade aquello de: "Claro que incurrí en contradicciones, sobre todo las que surgen de la política, porque una cosa es cómo analizas internamente la realidad y otra cómo la presentas al público" –véase cómo la presentó en aquel debate inolvidable con Pizarro, cuando dijo como una madre: “Ni crisis ni crisas”–. Y Zapatero lo confirmaba afirmando aquello de “El Gobierno ha situado España en la Champions League de las economías del mundo”, cuñaaao. Lo curioso de este espectáculo cómico –a diferencia de la mayoría del mismo género–, es que se ríen más los artistas que están sobre el escenario que el público de la sala. Será humor innovador…
Cualquiera de las dos versiones de esta pareja, que encabezaba el elenco en el inicio del desastre, podría convertirse en una versión del mítico: “Si lloras porque has perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas” de Tagore, que quedaría en un: “Si lloras por ganar las elecciones, las lágrimas no te dejarán ver la crisis”. Muy fan.
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Dicen las mentes retorcidas, que el enganchón de este remake del Dúo Sacapuntas que nos reiteraba al unísono: “¡¿Que cómo estaban las arcas? las arcas estaban abarrotás!”, coincide con la salida al mercado de sus respectivos libros, porque no hay nada mejor que una polémica para arrastrar al público a las librerías –y ya se sabe que está la cosa muy malita en el mundo editorial.
Ay, lo bien que me vendría a mí para dar un empujoncito a mi novela que ambos dijeran: Sí, había crisis y no lo dijimos, pero “No pasa nada y si pasa, se le saluda”.
Fin del show.