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Protestas sociales

Méndez Pozo, rey de las dos Castillas

Una de las manifestaciones que han tenido lugar estos días en Gamonal, Burgos.

En pleno conflicto entre vecinos y Policía en el barrio burgalés de Gamonal se producía un hecho insólito: la ciudadanía increpa a los periodistas locales y les piden, entre insultos, que "cuenten la verdad de lo que está pasando". La ira vecinal se dirige hacia El Correo de Burgos, propiedad de José Luis Ulibarri, un constructor de Ponferrada imputado por la Justicia en la trama Gürtel, pero también (y en primer término) contra el Diario de Burgos, el periódico más leído de la provincia, que pertenece desde 1991 a Antonio Miguel Méndez Pozo, un todopoderoso constructor y empresario de medios de comunicación. Poco después de los reproches a los periodistas, es la propia web del diario la que sufre un ataque informático que la deja fuera de servicio durante horas.

Los manifestantes acusan a Méndez Pozo de estar detrás de las contratas que van a dejar en dos carriles los cuatro actuales de la principal vía del barrio y que van a crear 250 plazas de aparcamiento privadas para eliminar otras tantas públicas, entre otras cuestiones. Aunque entre las empresas contratadas no figuran las que le pertenecen, el proyecto aprobado fue diseñado por el estudio de arquitectura de su hijo, y la mayoría cree que detrás de todo está el que es desde hace años el principal constructor de la ciudad. Pero ¿quién es este Méndez Pozo? ¿quién le apoya en sus negocios inmobiliarios y mediáticos, a pesar de haber estado en la cárcel por uno de ellos?

A punto de cumplir los setenta años, nacido en Jaca, y criado en Zamora, lleva casi cincuenta en Burgos, donde se hizo aparejador. Sin herencia alguna, ha hecho una fortuna a base de trabajo, listeza para los negocios y enorme habilidad para relacionarse con el poder. En los primeros años ochenta es ya propietario de la empresa Río Vena, dedicada a la construcción y promoción inmobiliaria, y mantiene una relación estrecha con el alcalde José María Peña, quien acaba de revalidar el cargo, que ya ostentaba desde las primeras elecciones municipales democráticas. Gracias a información privilegiada, Méndez Pozo conoce todos los entresijos del nuevo plan de ordenación urbana de la ciudad. Según la sentencia que le llevaría a la cárcel, el constructor consigue que el consistorio "tomase decisiones injustas a su favor. Se le dio a conocer la marcha del Plan Urbanístico a fin de beneficiarle en contra de otros".

Una estrecha relación con Aznar

Pero esa sentencia, que condenaba al constructor a siete años de cárcel, se produciría a principios de los noventa. Estamos a mitad de los ochenta, y el 17 de junio de 1985 José María Aznar López accede a la presidencia de Alianza Popular (AP) de Castilla y León, entonces en la oposición, ya que las elecciones de 1983 habían dado la victoria al PSOE, y la Presidencia de la Junta a Demetrio Madrid. En 1986, el líder socialista dimite de su cargo, tras haber sido procesado en un caso de demanda laboral en una empresa de su propiedad. Aunque tres años después queda absuelto, no se presenta a las elecciones de 1987.

En esos momentos, Alianza Popular vive una situación difícil: Manuel Fraga ha dimitido de la presidencia, tras el fracaso en las elecciones generales de 1986, y accede al puesto Antonio Hernández Mancha, que ha derrotado a Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón. José María Aznar, que ha apoyado al perdedor, inicia la guerra por su cuenta. Ya se ha hecho con el control en "su" región, pero en Burgos hace y deshace José María Peña, quien ha ganado todos los comicios locales de la democracia, encabezando como independiente las listas de distintos partidos. Y ahí entra en juego Méndez Pozo, que consigue de Aznar el apoyo para la candidatura de Peña y su "Solución Independiente", frente a la de la propia Alianza Popular decidida desde Madrid; una alternativa reforzada por el propio presidente de la CEOE, José María Cuevas, que lanza la decisiva frase: "El hombre es Peña", aconsejado por Méndez Pozo.

Cuál es el papel del ya millonario constructor es difícil de probar. Lo cierto –y así lo recogen los periódicos de la época– es que, mientras en el resto de España AP realiza una campaña modesta, agobiada por la falta de dinero, en Castilla y León no se repara en gastos, y en Burgos, la Solución Independiente llega a renunciar a la subvención, a la que tiene derecho, para no mostrar sus cuentas, requisito imprescindible para recibirla. Tras el cierre de las urnas, Peña revalida su mayoría absoluta en Burgos, y obtiene el decisivo diputado en las cortes autonómicas, donde AP y PSOE igualan a escaños. Aznar llega a la Presidencia de Castilla y León, y sabe que en buena parte se lo debe a Méndez Pozo.

Las relaciones entre el político con futuro y el constructor se intensifican. Tal y como recogía El País en esa época, el hotel Condestable de Burgos, un comedor privado del RACE en Valladolid, la Venta de la Petra (en las cercanías de Burgos), el propio despacho de Aznar en la Junta, fueron escenario de diversos encuentros en los que, a pesar de haber otros presentes, Méndez Pozo y el Presidente o llegaban juntos o el empresario se quedaba cuando los demás salían. En este sentido, el periódico recogía la reveladora anécdota de cómo en el piso particular de Aznar, en Valladolid, durante una reunión con políticos de Burgos, "cuando Méndez necesitó ir al servicio, ni pidió permiso ni preguntó dónde quedaba. Fue directo".

Condena y breve estancia en la cárcel

Sin embargo, a principios de 1988 la Federación de Empresarios de la Construcción de Burgos, harta de ver cómo las obras más interesantes eran adjudicadas a las empresas de Méndez Pozo, presenta una demanda en la que detalla la connivencia entre Alcaldía y constructor. Por aquellos días, el empresario es consciente de que necesita apoyo mediático para llevar adelante sus proyectos; dinero no le falta (algunas fuentes cifran por entonces su capital en 20.000 millones de pesetas); primero adquiere la agencia de noticias regional CAL; luego se aproxima a la familia Albarellos, propietaria de Diario de Burgos desde su fundación en 1891, y por fin compra el periódico poco antes de ser sentenciado a siete años y tres meses de cárcel por falsedad en documentos públicos y privados, estafa y desacato.

La sentencia es firme y sus influencias no consiguen impedir el ingreso en prisión, aunque sí el tiempo de condena, ya que nueve meses después sale libre y retoma sus negocios inmobiliarios, y sus inversiones mediáticas. En los años siguientes, y partiendo de Diario de Burgos, funda Promecal y adquiere El Día de Valladolid, Diario de Avila, Diario Palentino, y participa en El Adelantado de Segovia, También crea una división audiovisual que, después de diversas vicisitudes confluye en la adquisición (al cincuenta por ciento con Ulibarri) de Canal 4, la actual televisión regional de Castilla y León.

Lo importante es cazar ratones

Como vemos, el empresario ha estado desde siempre ligado a la derecha y a su líder, Aznar, desde los ochenta, pero, parafraseando a Felipe González en su viaje a China ("¿Gato blanco, o gato negro? lo importante es que cace ratones"), ve una oportunidad de negocio en la Castilla-La Mancha de los socialista Bono y Barreda, y adquiere La Tribuna que, a día de hoy mantiene ediciones y cabeceras en Toledo, Albacete, Cuenca y Ciudad Real. Al tiempo, participa en el ruinoso aeropuerto de Ciudad Real y en el proyecto "El Reino de Don Quijote", comprando parcelas a pocos céntimos el metro cuadrado y con la cobertura de Caja Castilla-La Mancha. Aquellos proyectos ya se sabe que acabaron con la ruina financiera de la Caja y la pérdida de los socialistas por primera vez en unas elecciones frente al PP.

Pero Méndez Pozo, tan vinculado a los derrotados, sabe que cuenta con mejores soportes entre los ganadores. Ddurante años ha disfrutado de las subvenciones (vía publicidad institucional) de la Junta, unos ingresos que tenía que compartir con otro empresario del ladrillo, natural de la región, Santiago Mateo (conocido popularmente como El Sordo), y que como él era propietario de un grupo mediático en la región, con participación en televisión y el grupo del diario El Día, con cabecera y ediciones en las cinco capitales.

Tras la llegada de Cospedal, y en plena crisis, Mateo ve cómo desaparece primero la publicidad institucional, luego las suscripciones de ayuntamientos y organismos públicos vinculados a la Junta; reduce las cinco cabeceras a una, luego edita solo la versión digital, y por fin desaparece. Méndez Pozo queda como único empresario de prensa en la región, y se fotografía para el relanzamiento de sus periódicos con la plana mayor del PP dominante. Hoy con Cospedal, ayer con Barreda. Antes monopolizando las obras en Burgos, ahora firmando los proyectos y calificando desde "su" diario como "violentos ultaizquierdistas itinerantes" a los detractores. ¿Gato blanco, o gato negro? lo importante es no dejar de cazar ratones.

Méndez Pozo es un hombre prudente y listo. Actúa, pero no presume. Otra cosa es su hijo Miguel. El 6 de agosto de 2006 El Semanal Digital se hacía eco de las palabras del segundo en la inauguración de un tramo de circunvalación de Burgos, adjudicado a una UTE comandada por su padre: "El próximo año yo calculo que por el mes de marzo o mes de abril nueve amigos de esta ciudad y empresarios nos volveremos a marchar de viaje aprovechando como disculpa una Feria de Construcción, un algo de Urbanismo, alguna cosa, y si Dios quiere volveremos a invitar a aquellos políticos y técnicos municipales que nos han demostrado colaboración leal y honestidad hasta... hasta el infinito, porque además las empresas que participamos en estas UTE no sabemos agradecerles su dedicación de otra forma".

Y continúa el periódico digital, "dos meses antes, eso mismo, agradecerles su dedicación es lo que este grupo de empresarios, incluido Miguel Méndez Pozo, había hecho al invitar al concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Burgos, Javier Lacalle, y a los técnicos de su departamento a pasar, gratis et amore, tres días en la Riviera francesa. Inmediatamente después de este viaje, los generosos empresarios tuvieron la suerte de resultar adjudicatarios de la construcción de un túnel en la calle Islas Baleares, de Burgos. La oferta, aún siendo la más cara, fue informada favorablemente en tanto que incluía una alternativa de tráfico durante la construcción. No obstante, concedida ya la obra, los adjudicatarios presentaron una modificación del proyecto, que les fue aprobada, en la que esta ventaja, decisiva para la adjudicación, fue suprimida".

Las afirmaciones nunca han sido rebatidas. Ese concejal –en realidad primer teniente de alcalde, portavoz y responsable de Fomento entre 2003 y 2011– es el actual alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, el mismo que ha tenido que ceder a la presión vecinal, y desistir de su proyecto para remodelar el barrio a golpe de costosas obras y jugosos benificios para las constructoras .

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