Los Acumuladores de Riqueza es el título de la obra de Chuck Collins, escrita en 2021, tras renunciar a una herencia familiar considerable procedente de la industria cárnica norteamericana.
Con dudas todavía a sus 23 años, sobre si renunciar o no a su herencia, Collins participó en 1983 en un encuentro de fin de semana convocado por la dueña de una fortuna heredada y patrocinado por una family office (oficina de familia) y una fundación. Varios asistentes seniors, sobre todo mujeres, se quedaron estupefactas cuando Collins anunció su intención.
“Eso sería una auténtica estupidez”, “el patrimonio no se toca nunca", “¿qué probarías llevando a cabo un suicidio de clase?”, “regala tus rentas, pero no toques el patrimonio”, fueron algunas de las frases que Collins escuchó de varias abuelas asistentes al encuentro.
Una de ellas tomó como tarea convencer a Collins de su estupidez, le invitó a su family office, a comidas en club selectos de Boston. “La culpabilidad es una callejón sin salida, no hay nada bueno en la culpabilidad”, le dice la abuela Dee, en sus conversaciones sobre la responsabilidad y la justicia. Le explica lo que es su family office: el lugar en que los miembros de nuestra numerosa familia nos reunimos para administrar nuestros fondos y fundaciones benéficas.
Los family office son los lugares donde se almacena la riqueza de Boston, son como los silos de cereales junto a los que crecí en Michigan, nos explica Collins en su libro; miles y miles de millones de dólares de riqueza en papel, títulos de propiedad, certificados de acciones, acuerdos de asociación, testamentos, bonos, fideicomisos de salto de generaciones, todos ellos sepultados en oficinas confortables como la de la abuela Dee.
“Me gustaría volar a lo largo de la calle State de Boston, fantasea Collins, y atravesar las paredes de los edificios para hacerme una idea de la enormidad de esta maquinaria dedicada a conservar la riqueza, una maquinaria integrada por miles de hombre y mujeres cuya misión profesional en la vida consiste en ayudar a que los ricos sigan siendo ricos. Esos hombres y mujeres, a su vez, ganan sueldos elevados y disfrutan de una vida cómoda. Los veo con nuevos ojos, sigue diciendo Collins, nos son oficinistas genéricos, muchos de ellos trabajan para la industria de la riqueza.
Según Collins, en la actualidad existen unas 10.000 family office en todo el mundo. Gestionan los activos de los megarricos globales (y de muchos otros ricos), con la finalidad principal de preservar la riqueza a través de múltiples generaciones. La industria de la defensa de la riqueza es el negocio de la protección de las dinastías.
En la sociedad actual, los defensores de la riqueza constituyen, según el mismo autor, un sector en alza en todo el mundo. Son los guardianes de la puerta, los abogados y contables expertos en fideicomisos y patrimonios, en legislación fiscal, en constitución de sociedades y en transacciones comerciales.
Todas las grandes fortunas españolas han tenido o tienen una oficina de este tipo. La más conocida de todas es Pontegadea, perteneciente al dueño de Zara, aunque también otros familiares suyos tienen su propia oficina
Son planificadores y y gestores de riqueza, y entre ellos ocupan un lugar importante los que poseen un certificado especial TEP, de la Society for Trust and Estate Practitioners (STEP), con más de 21.000 miembros en 96 países, entre ellos en España.
Trabajar en family office es una ocupación cada vez más frecuente a nivel global conforme los ricos reúnen los servicios financieros y de otro tipo en empresas que pertenecen a una sola familia. Los profesionales de las oficinas proporcionan una variedad de servicios entre los que se incluyen la planificación de la sucesión en los negocios familiares.
La ocultación de la riqueza aumenta mientras crece la desigualdad
El primer family office moderno fue creado a finales del siglo XIX por John Rockefeller para que gestionara la fortuna que había amasado con la Stándar Oil. Hoy esta oficina se ha convertido en una empresa multifamiliar con más de 250 familias como clientes.
En la actualidad las oficinas familiares a nivel global han adquirido tal dimensión y poder que un medio nada sospechoso como The Economist ha escrito que “los family office podrían poner en peligro la estabilidad del sistema financiero. La combinación de los muy ricos con la opacidad y los mercados puede ser explosiva”.
Las 'family office' en España
SI se acude a Internet para buscar referentes o consejos sobre family office en España, llama la atención la cantidad de anuncios de despachos de abogados, consultoras y empresas de servicios financieros que ofrecen asesoramiento para constituir una oficina de familia propia o formar una múltiple entre varias familias.
Según una definición de una de las asociaciones que ofrecen esos servicios, la family office es “una unidad operativa independiente de la gestión empresarial destinada a gestionar íntegramente el patrimonio del grupo familiar desde la eficacia financiera y fiscal”.
Todas las grandes fortunas españolas han tenido o tienen una oficina de este tipo. La más conocida de todas es Pontegadea, perteneciente al dueño de Zara, aunque también otros familiares suyos tienen su propia oficina.
Según un estudio de la consultora Deloitte y Office Managers Meeting (FOMM) de 2020, las family office españolas están constituidas por patrimonios de más de 150 millones de euros en adelante. Dado que los 200 españoles más ricos según la lista Forbes superan o están muy cerca de ese patrimonio, se puede deducir que una buena parte de ellos ha constituido una oficina familiar. No obstante, algunos consejeros rebajan la cifra del patrimonio por debajo de los 150 millones; además varios patrimonios pueden constituir una multioficina, o asociarse con otra de mayor tamaño.
Por comunidades autónomas, es Cataluña la que más oficinas familiares registra, con un 42% del total, seguida de Galicia con un 15% y Madrid y País Vasco con un 9% .
La mayoría de las oficinas, un 82%, han asumido un compromiso con el legado generacional y tienen un plan para incorporar de modo paulatino a las generaciones más jóvenes.
Donde más invierten las oficinas familiares españolas es en Negocios Inmobiliarios, un 44%, y en activos financieros. En 2021 se ha detectado una tendencia según la misma consultora a invertir en empresas tecnológicas, y empresas de capital riego, tendencia que según los expertos irá creciendo a los largo de los años.
Family office e industria de la defensa de la riqueza
¿Son parte las family office españolas de lo que Collins denomina la industria de la defensa de la riqueza?
Este comentario no tiene capacidad de respuesta para esta pregunta, como es natural. Son las propias oficinas familiares españolas las que deben responder con sus actos practicando la transparencia y dotándose de códigos éticos efectivos.
Muchas de las family office incluyen acciones benéficas, pero cabe preguntarse: ¿es compatible la actividad llamada filantrópica con inversión en empresas que no respetan los más elementales derechos de los trabajadores?
Algunas de las llamadas empresas tech, denominadas así no porque investiguen en tecnología sino porque incorporan plataformas de las nuevas tecnologías, no se distinguen precisamente por su respeto de los derechos de los trabajadores. La imagen del muchacho o muchacha pedaleando por las ciudades con la espalda cargada es una imagen muy antigua, la de recadero. Sin embargo, esas empresas, como otras que han venido a expulsar a sectores de algo tan inventado como el transporte urbano, se venden como modernas cuando practican la más vieja de las explotaciones. Pero al parecer son muy rentables.
Algunas family office dicen incorporar valores familiares y cristianos, entendemos que de la doctrina social de la iglesia desde León XIII al papa Francisco.
Cabe pedir consecuencia.
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Julián Lobete Pastor es socio de infoLibre
Los Acumuladores de Riqueza es el título de la obra de Chuck Collins, escrita en 2021, tras renunciar a una herencia familiar considerable procedente de la industria cárnica norteamericana.