LA PORTADA DE MAÑANA
Ver
El fiasco de Bruselas y el desafío permanente de Mazón desnudan el liderazgo de Feijóo en el PP

Lo de Évole / Lo de Felipe

8

Marcelo Noboa Fiallo

Jordi Évole, pertenece a esa generación de catalanes nacidos cuando el dictador todavía se resistía a morir y el tardofranquismo presentaba su rostro más cruel porque no tenía hoja de ruta y “olía” que el poder se le iba de las manos, ante el empuje de la sociedad civil. Pertenece también a esa generación cuyos padres provenían de tierras castigadas por el desempleo, la falta de horizontes y escasa industrialización (madre andaluza y padre extremeño). Por tanto, muy lejos de ser portador de “ocho apellidos catalanes”. Pero tan catalán como aquellos.

Pertenece también a esa generación de periodistas/comunicadores cuyo hábitat natural ha sido y es la democracia, porque nacieron en democracia. Por ello, apostaron por hacer un periodismo de calidad a la vez que distinto, donde los personajes entrevistados a la vez que se sentían cómodos (por la atmósfera creada) no pudieran escapar al objetivo último de la entrevista: desnudar al personaje, para que el espectador saque sus propias conclusiones.

Entre 2008 y 2019 presentó Salvados, programa que, junto al Intermedio de la cadena La Sexta, se convirtió en un referente para los que siempre estamos buscando un periodismo diferente, creíble, “implacable”, a la vez que riguroso y comprometido con valores éticos y sociales. Ello le llevo a Évole a ser reconocido con los premios Ondas, Antena de Oro, Iris…

Disfruté mucho con Salvados por la Iglesia, en su visita a Torreciudad (santuario del Opus Dei), donde el propio Évole hizo de monaguillo en una misa, para luego visitar el Vaticano y pedir la canonización de Federico Jiménez Losantos o entregar la guitarra de Chikilicuatre al papa Benedicto XVI. Tampoco nos olvidamos de la amenaza sufrida y señalada desde Falange Española de las Jons por depositar un ramo de flores con los colores de la bandera republicana en la tumba de Franco. Entonces era El Follonero y se preparaba para dar el salto a las grandes entrevistas.

No han escapado a “sus encantos” el entonces presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, Jaume Matas, ex ministro de Aznar y presidente de Baleares, condenado por corrupción, Núñez Feijó y su incómoda amistad con un narco gallego, el tenebroso comisario Villarejo, M. Rajoy, Arnaldo Otegi, Carles Puigdemont, el cara a cara entre Inés Arrimadas y Marta Robira. Iñigo Errejón, Eduardo Madina… Figuras estelares del panorama internacional, como el Papa Francisco, Evo Morales, Rafael Correa, Nicolás Maduro….

Y, por supuesto, uno de los programas estrellas, Los olvidados sobre el accidente del metro de Valencia en el 2006 (que causó 43 muertos). El reportaje consiguió que se reabrieran las investigaciones porque la opinión pública levantó la voz para denunciar la desvergüenza del gobierno valenciano del PP. Lo que le valió el Premio Ondas 2013 a la “mejor cobertura informativa”.

El programa “Lo de Évole/Lo de Felipe” tiene el mal aroma del pacto. Se notó demasiado que la entrevista estaba pactada para no incomodar al personaje y, por supuesto, para el lucimiento personal del entrevistado

Salvados, después del Astral puso a los españoles frente al espejo del drama más insoportable que seguimos viviendo día a día: El Mediterráneo convertido en el cementerio de Europa de los que huyen del hambre y el terror.

Évole dejó Salvados en el 2019, en manos de otro gran periodista de La Sexta, Gonzo, y ha creado Lo de Évole. Su propio nombre ya nos da una pista de la evolución del personaje. No veo yo a Iñaki Gabilondo (maestro de maestros del periodismo) creando un programa que se llame Lo de Iñaki. En cualquier caso, puede ser lo de menos si, los principios que rigieron sus años de un periodismo intachable, irreductible, sin concesiones para ganar audiencia, se mantienen. Pero mucho me temo que eso no está siendo así.

El programa Lo de Évole/Lo de Felipe tiene el mal aroma del pacto. Se notó demasiado que la entrevista estaba pactada para no incomodar al personaje y, por supuesto, para el lucimiento personal del entrevistado. En su día, el único periodista que fue capaz de preguntar aquello de lo que viene huyendo Felipe González, fue Iñaki Gabilondo: “¿Señor González, es usted la X de los GAL?" Jordi Évole, no es que no se atreviera a lanzarle la pregunta (seguramente lo deseaba como nadie) pero estaba por medio el pacto que posibilitó que un personaje como Felipe González fuera entrevistado en Lo de Évole. Nada de la corrupción que inició el declive del PSOE y el auge del PP. Nada de su miserable e indigno desprecio a Pedro Sánchez, como nuevo líder legítimo del PSOE.

Nada de sus apacibles navegaciones en el yate del multimillonario mexicano, Carlos Slim. Nada de su intervención en favor del corrupto empresario hispano-iraní, Farshad Zandi, ante el régimen dictatorial de Sudán. Nada de aquello de “poner la mano en el fuego” por el molt honorable Jordi Pujol o por el emérito fugado (librado de ser juzgado porque las Cortes españoles permiten que se mantenga es figura medieval, la inviolabilidad del jefe de Estado).

La entrevista ha permitido a sus incondicionales expresarse en las redes con frases tales como: “Siempre es un placer y un lujo escuchar a Felipe González”… Por mi parte, prefiero escuchar la parodia del Intermedio “Aznarito y Felipón”. Más cercana a la realidad.

_____________________

Marcelo Noboa Fiallo es socio de infoLibre

Jordi Évole, pertenece a esa generación de catalanes nacidos cuando el dictador todavía se resistía a morir y el tardofranquismo presentaba su rostro más cruel porque no tenía hoja de ruta y “olía” que el poder se le iba de las manos, ante el empuje de la sociedad civil. Pertenece también a esa generación cuyos padres provenían de tierras castigadas por el desempleo, la falta de horizontes y escasa industrialización (madre andaluza y padre extremeño). Por tanto, muy lejos de ser portador de “ocho apellidos catalanes”. Pero tan catalán como aquellos.

Más sobre este tema
>