La noticia merecía las portadas del Cuarto Poder, pero no ha ocurrido, a pesar de que se trataba de un general del Ejército provocando descaradamente al Gobierno para debilitarlo con tensiones internas y así animar a una oposición donde manda la ultraderecha.
Lo que sí ha ocurrido es que un general de Brigada que más de cien horas después sigue siendo 2º jefe de la Comandancia de Ceuta ha leído el discurso oficial del Día de la Inmaculada incluyendo párrafos con copias textuales del que leyó en Zaragoza hace 91 años otro militar, el golpista del 18 de julio de 1936. Tan incalificable comportamiento de un militar español lo ha denunciado el senador Carles Mulet, de Compromís.
No puedo evitar las siguientes reflexiones.
Sobre tensiones en el Gobierno, algunos de sus miembros pensarán que la ministra Robles tendría que sancionar al general plagiador. Y si no lo piden será peor, pues nunca sabrán si habrían conseguido algo importante para incorporar en algunos militares más respeto por la legislación vigente.
Ayuso y Feijóo no dejan de anunciar que Sánchez tiene previsto proclamar la III República, un discurso que, en el hipotético caso de que no estuviera destinado de manera intencionada a inquietar a los militares, lo conseguiría igualmente, pues ¿quién se atreverá a no criticar a un Gobierno social-comunista español en medio de las intrigas privadas que se cruzan en las Salas de Banderas, por mucho que haya nacido de la voluntad popular?
Para terminar de “regalar los oídos” a los altos mandos militares, Feijóo acaba de inventarse que Sánchez está organizando la celebración de un referéndum consultivo en Catalunya, es decir, poniendo en peligro la sacrosanta unidad de España.
El panorama político se complica, sin saber si también se completa o existen más peligros, con unos barones del PSOE que parecen estar esperando la ocasión para volver a “matar” a su líder, como en 2016
El panorama político se complica, sin saber si también se completa o existen más peligros, con unos barones del PSOE que parecen estar esperando la ocasión para volver a “matar” a su líder, como en 2016. Es mucho más difícil ahora, pues también preside un Gobierno, pero cosas mucho más sorprendentes se han visto en tiempos revueltos.
Me paro ahora en uno de los textos plagiados al golpista del 36 por el general de Ceuta y leo que destaca la obligación de cumplir las órdenes, “incluso cuando la mente aconseja lo contrario de lo que se nos manda”. Teniendo en cuenta que el general sabe que él, personalmente, ha incumplido el espíritu, y quizás incluso la letra, de la Ley de Memoria Democrática vigente, es lógico sospechar que del autor del discurso original podría copiar no solo sus palabras, sino también su comportamiento porque, ¿cómo olvidar que comenzó a matar proclamando que lo hacía para salvar la República, pero en 1947 restauró la misma monarquía que hoy sigue reinando en España?.
Por tanto, no podemos descartar que la historia se repita y ese discurso copiado, u otro similar en el futuro, pueda convertirse en el eslabón de un plan oculto y trazado contra la legalidad democrática ante el que sus víctimas no tendrían tiempo de reaccionar. Por suerte, esta vez no hay, de momento y que sepamos, aliados criminales que les salen siempre como setas a los malvados, nazis o fascistas disponibles para bombardear a inocentes.
En estos casos, el tiempo es oro para evitar que se convierta en un contador de muertos. Por tanto, es legítimo que reclamemos medidas desde el Ministerio de Robles y también que nos preguntemos si el Gobierno puede garantizar que conoce al milímetro todo lo que hace y deja de hacer quien, según el artículo 62 de la Constitución, ejerce el mando supremo de las Fuerzas Armadas y a quien llamo MASUFA para abreviar, pero solo entre nosotros.
Por mencionar un caso cercano, un tal Adolfo Suárez no se enteró a tiempo de las intrigas del anterior MASUFA con el general Armada, y así le fue.
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Domingo Sanz es socio de infoLibre.
La noticia merecía las portadas del Cuarto Poder, pero no ha ocurrido, a pesar de que se trataba de un general del Ejército provocando descaradamente al Gobierno para debilitarlo con tensiones internas y así animar a una oposición donde manda la ultraderecha.