Hay ocasiones en las que el texto te coge del brazo y te lleva de forma serena y discreta. No va a ser este el caso. No creo.
Escribir sin saber sobre qué es como preguntarse: "¿ A qué huele el tiempo?" Probablemente huela a perros y soledad. Tal vez, en el transcurso del artículo lo descubra. Esto no es más que una intro bucólica y atemporal.
Habrá que dar algún que otro volantazo o buscar veinticinco helados de diferentes sabores para atenuar la sinrazón de un Trump iracundo y peligroso, o de un Netanyahu emperrado en detonar la III guerra mundial, aunque Blinken confirme que Israel apoya la propuesta de EE.UU. para un alto el fuego en Gaza. Un alto el fuego post mortem tras haberse llevado por delante a 50.000 ciudadanos gazatíes.
Saber quiénes somos es fundamental para entender el sentido de esta burda existencia, para saber a qué huele el tiempo. Somos vulnerables a cualquiera que venda una certeza sobre el sentido o el propósito de la vida. Hay toda una industria creándonos complejos sobre nuestro alicatado cuerpo en las redes mientras se forra, y esto debo reconocer que me pilla un tanto offside a la par que me la suda. Los preocupantes son los inversores en odio.
Saber quiénes somos es fundamental para entender el sentido de esta burda existencia, para saber a qué huele el tiempo
El puto tiempo huele a muerte y devastación, a genocidios consentidos. A pirados dispuestos a volarte la tapa de los sesos sin escrúpulo alguno. A cayucos a la deriva. A mentiras a precio de saldo, inmunes a cualquier atisbo de ética. A pseudomedios y personajes de medio pelo. A violadores anónimos. A quien maldita la hora les dio voz y poder. A togas corruptas. A un “me cago en Dios” que supura impotencia y derrota. A esto huele el tiempo. Este tiempo.
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Pako Martí es socio de infoLibre.
Hay ocasiones en las que el texto te coge del brazo y te lleva de forma serena y discreta. No va a ser este el caso. No creo.