Si, para su desgracia y la de ciudadanos y ciudadanas, gana el bloque reaccionario, lo que podría suceder con un tamayazo tras la coartada para traidores de González y Guerra, Feijóo tendrá problemas de toda índole para mantenerse y solo podrá aguantar hasta una moción de censura, que se armará en cuanto se meta en un buen charco o se dicte alguna de las sentencias pendientes por los variados casos de corrupción del PP.
Si gana el bloque demócrata tendrá, igualmente, problemas para legislar y desarrollar una política de izquierdas que, presumiblemente, frenarán los socios conservadores nacionalistas. El infierno político-mediático-jurídico se hará insoportable hasta que se dé una coyuntura propicia ciudadana para convocar a nuevas elecciones con garantías de objetividad y sin influencias espurias, lo que reaccionarios y ultrarreaccionarios tratarán de evitar, como siempre, por todos los medios con la falta de escrúpulos y honestidad que les caracteriza.
En caso de repetición de elecciones las diferencias apenas cambiarían respecto a la situación actual. Claro que si cambia el signo y ganan la derecha ultra y la ultraderecha, en el nuevo río revuelto que se vislumbra, la Democracia puede peligrar por hartazgo ciudadano, envalentonamiento fascista, engaño y degradación de instituciones vitales de la Democracia. Y el problema inexorable es que desarrollarán un Estado cuartelero que cambiará todo lo que nos importa, sólo limitado por un burocrático y tibio contexto europeo. Veremos inmediatamente cómo aumentan los privilegios, abusos e impunidad de la carcundia y se extiende y profundiza el neoliberalismo mediante la reducción de derechos laborales, civiles y humanos, como ya estamos viendo en comunidades y pueblos.
Se hace necesario, más que nunca, cambiar el rumbo de colisión que llevamos y añadir mimbres nuevos con valentía, imaginación, generosidad y sensibilidad histórica. Si el bloque demócrata se impone y Pedro Sánchez es investido sin cesiones de poco quórum ciudadano, porque Junts se demuestre demócrata por encima de otras consideraciones, los partidos del Bloque deben aparcar sus “inamovibles objetivos” a corto y remar juntos con un entusiasmo, colaboración y estrategia que llegue a tod@s l@s ciudadan@s y descabalgue a los reaccionarios.
Se hace necesario, más que nunca, cambiar el rumbo de colisión que llevamos y añadir mimbres nuevos con valentía, imaginación, generosidad y sensibilidad histórica
Entre las alternativas, para intentarlo, hay mimbres que pueden generar criterio y clima ciudadano para blindar la democracia, avanzar en la igualdad y solidaridad, cohesionar a los partidos demócratas y ser primera piedra para la construcción de un cambio verdadero: Gobierno de concentración demócrata y descentralización de ministerios y altas instituciones.
Gobierno de concentración demócrata en el que estén presentes representantes de los partidos que luchan por la democracia y la política enfocada a la defensa de los derechos humanos y contra la cultura del odio, corrupción, fascismo y sus privilegios e impunidad. Naturalmente desde la base de un cuadro de urgencias y plazos consensuado: CGPJ, medio ambiente, vivienda, salud, educación, justicia y quizás renacionalización y rescate de servicios públicos, fiscalidad, laicismo, reindustrialización, ética, desinformación, etc.
Descentralización de ministerios y altas instituciones. Deslocalización racional y reparto coherente por todo el territorio del Estado para que los españoles y españolas nos sintamos iguales y solidarios, acabando con el colonialismo centralista que absorbe inteligencia, medios, política y empresas de la periferia y mantiene un “status quo” radicalmente parasitario e injusto, impropio política y socialmente de los tiempos y posibilidades técnicas actuales.
Después de esto se abriría un clima con menos crispación y más fácil para enfrentar las cuestiones pendientes o no resueltas de estructura del Estado, territorial, locales, sectoriales, laborales y de programas individuales y reivindicaciones de partidos con una mejor comprensión, colaboración y perspectivas para todos los demócratas.
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José Luis Gómez es socio de infoLibre.
Si, para su desgracia y la de ciudadanos y ciudadanas, gana el bloque reaccionario, lo que podría suceder con un tamayazo tras la coartada para traidores de González y Guerra, Feijóo tendrá problemas de toda índole para mantenerse y solo podrá aguantar hasta una moción de censura, que se armará en cuanto se meta en un buen charco o se dicte alguna de las sentencias pendientes por los variados casos de corrupción del PP.