Trece en quince

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Luis del Castillo Vergara

Es la cifra de la ignominia. Esta es la macabra estadística de mujeres asesinadas, que no han muerto, porque las han matado las últimas dos semanas y que nos hace sentir vergüenza a los hombres —al menos a la inmensa mayoría— de aquellos con quienes compartimos identidad de género.

La violencia contra las mujeres es estructural en nuestra sociedad. Desde los chascarrillos machistas como "mujer tenía que ser" hasta hacerlas depositarias de nuestra ira ante su rechazo o abandono.

No es algo del pasado, de hombres de otra época educados a la antigua usanza, sino quienes han crecido en la misma sociedad que tú y que yo. Es en este punto cuando reconoceré mis ya cincuenta años de existencia.

Son nuestros compañeros de pupitre o de equipo de fútbol, o los hermanos pequeños de nuestros amigos, quienes están asesinando a nuestras amigas de la infancia o a las actuales, a las hermanas de nuestros amigos o a esa mujer que te atiende en el comercio de la esquina de tu casa.

Esta violencia contra las mujeres que nos avergüenza como sociedad debe combatirse desde las edades más tempranas, evitando esos micromachismos tan enquistados y que preponderan una falsa superioridad del hombre sobre la mujer que, en casos extremos, llega a hacer a aquellos jueces y verdugos sobre la vida de ellas.

Esta violencia contra las mujeres que nos avergüenza como sociedad debe combatirse desde las edades más tempranas, evitando esos micromachismos tan enquistados y que preponderan una falsa superioridad del hombre sobre la mujer

Educando en igualdad, de ahí la importancia de esas políticas sociales de las que algunos recelan, es la única fórmula de eliminar esta lacra del acervo masculino que le hace sentirse superior de quien es su igual y poseedor de quien no se puede poseer.

Somos nosotros, los hombres, quienes las asesinamos a ellas. Hagamos por tanto un acto de reflexión y comencemos a cambiar desde nosotros mismos.

Luis del Castillo Vergara es socio de infoLibre.

Es la cifra de la ignominia. Esta es la macabra estadística de mujeres asesinadas, que no han muerto, porque las han matado las últimas dos semanas y que nos hace sentir vergüenza a los hombres —al menos a la inmensa mayoría— de aquellos con quienes compartimos identidad de género.

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