En un año especialmente confrontado culturalmente, con la censura regresando del pasado a no pocos ayuntamientos de la mano de Vox, se esperaba con especial interés el anuncio de las nominaciones para la próxima edición de los Premios Goya, la 38 ya, que se celebrará el próximo sábado 10 de febrero en Valladolid. Y el cine español, tradicionalmente tan respondón y comprometido a través de sus obras (y fuera de ellas cuando es preciso), se prepara para sacar brillo a su trinchera en su gran fiesta, que contará con Ana Belén y Los Javis como presentadores.
Y es que ahí está 20.000 especies de abejas como la película más nominada de esta temporada aspirando a un total de quince cabezones. Una cinta de autora, dirigida por Estibaliz Urresola, que trata sobre la infancia trans y que nos cuenta la historia de Lucía, una niña de ocho años en búsqueda de su identidad de género y que, durante un verano en una casa de pueblo vinculada a la apicultura, explora su feminidad junto a las mujeres de su familia que al mismo tiempo reflexionan sobre la suya propia.
El debut en el largometraje de la guionista y directora vasca es, por cierto y a su vez desde ya, la ópera prima más nominada en la historia de los Goya, lo cual le augura muchos parabienes todavía después de haber cosechado ya, entre otros galardones, la Biznaga de Oro en el Festival de Málaga o el Oso de Plata en la Berlinale a la Mejor Interpretación para la niña protagonista, Sofía Otero.
Un aplauso generalizado y cinéfilo que muy probablemente no sonará en la Puerta del Sol, cuartel general del PP de Isabel Díaz Ayuso y donde días atrás miles de personas se manifestaban contra la decisión de la presidenta madrileña de recortar derechos trans y LGTBI en la comunidad, con el apoyo de Vox, modificando por la vía de urgencia las dos principales leyes que blindan los derechos del colectivo. De esta manera, la derecha más ultra carga contra la libre determinación de género y echa por tierra los planes de coeducación y contra el acoso que sufre el alumnado LGTBI.
No parece factible que Ayuso disfrute viendo 20.000 especies de abejas, aunque sí que sabemos que está muy atenta a todo lo que pasa en las galas de los Goya, pues el año pasado protagonizó la enésima polémica esperpéntica al tratar de apropiarse torticeramente de las palabras a favor de la sanidad pública de la viuda de Carlos Saura, fallecido apenas unas horas antes. Otra risión más que sumar a la cuenta de la presidenta popular, que manipuló lo dicho por Eulalia Ramón prácticamente en vivo y en directo a través de Twitter. Tampoco se espera aplauso alguno en todos aquellos ayuntamientos y comunidades autónomas con gobiernos de PP y Vox, que llevan desde el pasado mes de junio censurando obras tan variopintas como, por citar un par de casos y no aburrir con la anomalía reiterativa, Orlando de Virginia Woolf o el Romeo y Julieta de (precisamente) Ana Belén y Julio Noguera.
Una vocación tijeretera contra la cultura que le costó cara a Vox en Gijón, pues el partido terminó siendo expulsado del consistorio municipal (el primero donde ocurre) por la alcaldesa, Carmen Moriyón, tras anticipar su intención de meter mano a la programación del Festival Internacional de Cine de Xixón (FICX) y, de paso, eliminar un premio al colectivo LGTBI o restringir las películas en asturiano. "Hay que salvar la independencia de los festivales en la programación y tienen que reflejar la pluralidad de la sociedad. Este tipo de sucesos son inquietantes y hacen que tengamos que estar ojo avizor", alertaba a infoLibre la semana pasada el director del certamen, Alejandro Díaz Castaño.
Más temas que disgustan a la derecha
Profundizando en las nominaciones, encontramos otras muchas películas para disgusto de la ultraderecha. Como El maestro que prometió el mar, que irónicamente triunfa en la taquilla cinematográfica en esta recta final del año cuatro meses después de que su versión teatral fuera igualmente censurada por el Ayuntamiento de Briviesca (Burgos), comandado por el PP con apoyo de Vox y Ciudadanos. Esta cinta relata la historia de Antoni Benaiges, un maestro republicano de Mont-Roig del Camp (Tarragona) que antes de la Guerra Civil fue destinado a la escuela de Bañuelos de Bureba, un pequeño pueblo de Burgos perteneciente al partido judicial de Briviesca. Allí se hizo con el cariño de los niños y destacó por su enseñanza innovadora basada en la metodología de Freinet, si bien tuvo un final trágico al ser asesinado por soldados franquistas en los primeros días de la Guerra Civil. La revancha del maestro republicano está siendo sonada y puede tener un gran colofón si, entre las cinco nominaciones que atesora, Enric Auquer convierte en Goya la de Mejor Actor.
También aspira a cinco cabezones Te estoy amando locamente, film que nos lleva hasta la Sevilla de 1977 para recordarnos la historia del incipiente movimiento LGTBI andaluz apenas dos años después de la muerte de Franco y, paradójicamente, gestado en el seno de la Iglesia. Un ejercicio de memoria histórica de lo más pertinente, que llega en un presente en el que, con la ultraderecha asentada en las instituciones, estamos asistiendo a ciertos intentos de preocupante involución que convierten a esta cinta, por el contexto del momento, en un necesario alegato para no perder la libertad que tanto ha costado conseguir.
Entre las cinco películas de animación que optan a llevarse el Goya en febrero encontramos El sueño de la Sultana. Otra propuesta que no provoca precisamente vítores y ovaciones en los sectores más reaccionarios, pues está inspirada en un cuento del mismo título publicado en 1905 en el que Begum Rokeya Hossain (1880-1932), escritora, pensadora, educadora, activista social y defensora bengalí de los derechos de la mujer, imagina una utopía feminista llamada Ladyland en la que son ellas las que manejan el mundo y los hombres están aislados y recluidos. Un clásico de la literatura utópica feminista que convirtió a su autora en pionera del feminismo en Bangladés y en una figura admirada por mujeres de todo el planeta a largo de más de un siglo.
Saltemos ahora hasta la categoría de Mejor Película Documental. Allí encontramos Caleta Palace, con la siguiente sinopsis: El asedio a Málaga en febrero de 1937 atrajo a observadores de todo el mundo. Ojos y corazones estaban puestos en la “ciudad del paraíso” que, tras sofocar el golpe militar en julio del 36, había iniciado una experiencia libertaria. A modo de falso documental, ocho testimonios internacionales que vivieron o pasaron por “Málaga la roja”, recuperan, desde sus libros y fotos la experiencias de esos siete meses de revolución y derrota.
20.000 especies de abejas, como decíamos, lidera con quince las nominaciones a los Goya 2024. En una edición de lo más repartida en aspirantes, le sigue de cerca La sociedad de la nieve, que aparece en trece categorías y en la que Juan Antonio Bayona trae a la actualidad el accidente aéreo que derivó en canibalismo entre los supervivientes a principios de los setenta en la cordillera de Los Andes. Justo detrás en cantidad, con once nominaciones, Cerrar los ojos (Víctor Erice) y Saben aquell (David Trueba), a quienes sigue muy de cerca en siete categorías Un amor, cinta en la que Isabel Coixet explora otro tema espinoso para las mentes más conservadoras: el deseo femenino.
Temas muy diversos en un compendio de películas que reflejan realidades de nuestro tiempo que desde las derechas se quieren ocultar. Porque también aspiran a algún premio obras tan diferentes como Chinas (Arantxa Echevarría) sobre la inmigración y la integración multicultural en nuestras ciudades; Creatura (Elena Martín), acerca de los tabús del sexo desde la infancia hasta la madurez; o Matria (Álvaro Gago Díaz), puro realismo crudo encarnado por una mujer de 42 años atrapada en una aldea gallega bajo la sociedad patriarcal y la falta de oportunidades laborales. Por último, cómo no, ahí está O corno, film en gallego con una única nominación para Janet Novás como actriz revelación, que sabe a poco después de ganar la Concha de Oro en San Sebastián, que nos cuenta la historia de una partera que asiste alumbramientos y practica abortos en secreto en la Galicia de los años setenta
Definitivamente, unos trabajos que después de haber pasado por multitud de festivales de celuloide recibiendo en mayor o menor medida loas y buenas críticas, nos dicen muchísimo de nosotros mismos en un mundo que solo tiene una opción: seguir avanzando y progresando gracias también al empuje de películas valientes y diversas y, al mismo tiempo, reales como la vida misma.
En un año especialmente confrontado culturalmente, con la censura regresando del pasado a no pocos ayuntamientos de la mano de Vox, se esperaba con especial interés el anuncio de las nominaciones para la próxima edición de los Premios Goya, la 38 ya, que se celebrará el próximo sábado 10 de febrero en Valladolid. Y el cine español, tradicionalmente tan respondón y comprometido a través de sus obras (y fuera de ellas cuando es preciso), se prepara para sacar brillo a su trinchera en su gran fiesta, que contará con Ana Belén y Los Javis como presentadores.