Los tres miembros del comité asesor del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, el MUSAC, han dimitido en bloque tras la renuncia presentada por la directora de la institución leonesa, Eva González-Sancho, que pidió a la Fundación Siglo, que gestiona el museo, la rescisión de su contrato debido a una “falta de autonomía” para ejercer sus funciones.
Víctor del Río, José Guirao y Octavio Zaya -escritor y profesor de la Universidad de Salamanca; director de La casa encendida; y comisario de exposiciones, respectivamente-, renuncian después de que González-Sancho acusara esta semana a la Fundación, de carácter público, de presionar e imponer su voluntad en lo que respecta a las decisiones sobre marcha y la gestión del museo. Este, inaugurado en 2005, ha tenido a lo largo de su historia tres directores (antes que González-Sancho, lo fueron Agustín Pérez Rubio y Rafael Doctor), y todos ellos han abandonado la institución previa renuncia.
¿Qué está pasando en el Musac?
Mientras que su predecesor apuntó a los recortes como causa de su cansancio profesional, González Sancho aseguró a este periódico que nada tenía que ver lo monetario con su decisión de dimitir. "Lo que es, es un problema de autonomía de gestión, porque con este dinero (el museo tiene 4.650.000 euros de presupuesto para 2013), podía haber funcionado perfectamente".
"Ya venía prevenida de que era difícil trabajar aquí”, añadió, “pero no hasta este punto en el que te llaman cada dos segundos: es una situación de control y hostigamiento".
En respuesta a las acusaciones de González-Sancho, José Javier Fernández, jefe de la División de Equipos Culturales de la Fundación Siglo, negó la falta de autonomía que acusaba la directora dimisionaria, señalando que, en los tres meses que esta ha pasado en el cargo, ni siquiera ha habido "opción de recortar".
Los tres miembros del comité asesor del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, el MUSAC, han dimitido en bloque tras la renuncia presentada por la directora de la institución leonesa, Eva González-Sancho, que pidió a la Fundación Siglo, que gestiona el museo, la rescisión de su contrato debido a una “falta de autonomía” para ejercer sus funciones.