¿Tú me escribirías un libro sobre...?

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Una estantería repleta de libros.

Empecemos con dos testimonios.

1) Hace meses, medio en serio medio en broma, Ricardo Menéndez Salmón aseguró: "He barajado la posibilidad de aceptar libros de encargo. Si me dieran 30.000 euros por escribir la biografía de Messi, la escribo y que luego la firme el padre de Messi”.

2) Jorge Prado, responsable de la distribuidora y red de librerías SGEL, dijo en cierta ocasión: "Cuando a una editorial tan grande como Planeta, por ejemplo, no le cuadran las cuentas a final de temporada, como pasó en 2011, adelanta unos meses las novedades que sabe que van a funcionar (Ruiz Zafón, Pilar Urbano, Punset) y que a menudo son libros de encargo o contratados antes incluso de que los autores se hayan puesto a escribirlos. Es una estrategia que no falla jamás".

Son dos declaraciones que llaman la atención sobre un método que quizá los lectores conocen peor o, directamente, desconocen, pero firmemente instalado en el universo mundo editorial.

¿Te animarías a escribir...?

En el terreno de la narrativa, es habitual que tras el éxito de un libro o una saga, una vez que el lector ha manifestado sus preferencias, los editores piensen que hay que ofrecerle cuanto antes más de lo mismo. Hasta que el filón se agota.

También sucede que ciertos autores sólo se ponen en marcha espoleados por un reclamo, o un premio. Está escrito que cuando Fernando Savater ganó el Premio Primavera de novela citó a Isaiah Berlin: "Soy como los taxis, solo me pongo en funcionamiento cuando me llaman".

Lo más habitual, no obstante, es que el encargo se produzca fuera del terreno de la narrativa. "Un novelista te entrega un original sobre el que se trabaja –nos dice Ángeles Aguilera, que se desempeña en el Grupo Planeta como editora de no ficción tras haberlo sido de ficción–, pero aquí se trabaja más sobre encargo porque la no ficción comercial, que no es el ensayo, tiene mucho que ver con las tendencias sociales, políticas, y de mercado."

Aguilera constata que los libros de actualidad están repuntando. "Hace tiempo se vendían muchísimo, y luego cayeron por el abuso; ahora socialmente, políticamente, hay más interés. La rebeldía vende, la adhesión política vende". Ella y quienes realizan una tarea similar trabajan casi como periodistas, con la particularidad de que han de tener en cuenta qué será noticia... el año que viene.

El acicate es, explica Virginia Fernández, editora de Plaza & Janés (Grupo Penguin Random House), "la curiosidad, encontrarte con un tema y sentir que la información que tienes a tu alcance no ha apagado el deseo de saber más y pensar que puedes ponerle remedio". Eso sí, hay que tener en cuenta que los tiempos editoriales no son los informativos, "porque –echa cuentas Aguilera–, por mucho que corras un libro tarda 8 o 10 meses en estar en el mercado".

Tras la idea, el nombre. "Intentas encontrar a la persona más destacada en la especialidad que te interesa, ya sea por su formación o por su experiencia –explica Fernández–. Ahora bien, trabajando en un sello dirigido al público general (es decir, no especialista), tan importante como sus conocimientos son sus capacidades para transmitirlos. Nos gusta encontrar voces que puedan hacerse escuchar más allá de un grupo cerrado de iniciados."

A ella le pasó con el economista José Carlos Díez. "En los peores momentos de la crisis, con los periódicos llenos de titulares que hablaban de términos como subprime, rescate, estanflación… había un economista que lograba explicar estos asuntos de una forma didáctica y accesible. Así nació Hay vida después de la crisis, uno de los títulos de no ficción más vendidos de 2013."

También se ha vendido mucho No estamos locos, de El Gran Wyoming. "Le llamé para que me hiciera una novela, porque él ha escrito novelas antes. Pero la tercera vez que le insistí me dijo: 'No me sale una novela, me sale un mitin. Si te interesa bien y si no, no pasa nada'. Lleva vendidos unos 190.000". Ángeles Aguilera agradece que tiempo después el proceso se invirtiera. "Fue él quien vino, y dijo: 'Quiero hacer uno que se llame No estamos solos, hay que darle esperanza a la gente, mostrar que hay gente que pasa de los políticos y apuesta por hacer cosas'."

Encargos muy especiales

Hemos hablado de autores que reciben la encomienda de escribir un libro entero. Pero no siempre es así. Los editores de Errata Naturae, por ejemplo, hilvanan sus volúmenes dedicados a las series de la televisión, la música y otros aspectos de la cultura pop entreverando artículos que ya están escritos (normalmente por autores extranjeros y en publicaciones como The New Yorker, The Believer o The Paris Review...) con aportaciones comisionadas a autores de aquí. Escritores, me dice la editora Irene Antón, "cuyo recorrido hemos seguido, de modo que ya hemos leído bastantes cosas suyas anteriores, y conocemos las temáticas sobre las que les interesa escribir y más o menos el tratamiento que podrían hacer de ellas". Ahora mismo trabajan en un libro para el que han fichado a Vila-Matas. "Hablando con él hace meses, nos comentó que estaba fascinado con Mad Men, que le apasionaba el universo que retrataba y algunos de sus personajes. Era evidente para nosotros que queríamos incluir un texto suyo en este proyecto sobre la serie, y es un lujo poder contar con su texto."

Tampoco es habitual que el encargo sea un libro de poesía, ni que al llamamiento del editor respondan decenas de autores.

"La idea surgió en septiembre de 2012 en una lectura de poemas de Manuel Rico en la librería Rafael Alberti de Madrid. Al final del acto, frente a unas cervecitas, comentamos la posibilidad de publicar un libro que reuniera/canalizara el aliento que había en las redes sociales en torno a la crisis que nos asola".

Pepo Paz Saz, editor de Bartleby, recuerda así la génesis de En legítima defensa. Poetas en tiempos de crisis. "Se hizo un llamamiento a través del Facebook y Twitter de la editorial. Creamos una cuenta de correo electrónico para recibir los poemas y la cosa tuvo un funcionamiento muy viral. Eso explica, por ejemplo, su extensión por toda España, que luego nos ha permitido organizar lecturas en muchas ciudades. En un mes habíamos recibido el grueso de las participaciones, unas 180. Leímos el material, reflexionamos y decidimos invitar a participar a otros muchos poetas que pensábamos deberían estar, desde Antonio Gamoneda (autor del prólogo y que nos envió un inédito) a Caballero Bonald, Félix Grande, Angelina Gatell, Julia Uceda, Mestre, Benítez Reyes, etc. Queríamos hacer un libro plural, donde estuvieran contenidas todas las estéticas pero nada académico. No eran 15 poetas contra la crisis: era un grito colectivo contra las políticas neoliberales, pero un grito que partiera desde abajo." Un grito que va por su 3ª edición.

La actualidad como adrenalina

Cerrando la conversación, Virginia Fernández me apunta que el término "de encargo" no es muy fiel a la realidad de su labor. "Si bien es verdad que los editores de no ficción con frecuencia tenemos que salir a buscar los libros (hay menos ensayista vocacional, supongo) creo que sería más exacto decir que son libros de persuasión, y que nuestro trabajo consiste en convencer a personas que quizá no se habían planteado antes escribir, de que tienen mucho que contar y que son capaces de hacerlo."

Ahí estamos... que nos vamos

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Lo llame como lo llame, confiesa que disfruta mucho de la búsqueda, aunque "por supuesto también pasamos malos ratos, sobre todo cuando tienes entre manos libros muy pegados a la actualidad y te ves obligado a trabajar a un ritmo frenético para no desaprovechar la coyuntura".

Su rival Ángeles Aguilera asegura que la pelea es dura, "todos vemos las mismas teles, leemos los mismos periódicos, surge una idea, vamos todos al mismo caladero y cuando llegamos al charco, hay varias ranas. Pero cuando das con alguien que no ha sido tocado y la idea le gusta..."

Entonces, sólo queda ponerse a trabajar.

Empecemos con dos testimonios.

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