El primer fin de semana del Festival de Cannes marca la cúspide del sentimiento de inabarcabilidad que deprime a cualquier enviado especial. Este domingo, coincidieron dos películas en la carrera por la Palma de Oro, la estadounidense de y con Tommy Lee Jones The Homesman, donde brilla con luz propia la ganadora del Oscar Hilary Swank, y la italiana Le meraviglie, de Alice Rohrwacher, más bien ligera y olvidable, junto a dos propuestas hispanas en secciones paralelas, Hermosa juventud, del español Jaime Rosales, y Gente bien, del colombiano Franco Lolli, y además Stallone, Swarzenegger y Gibson subidos a un tanque de verdad... Demasiado.
Podríamos empezar diciendo que se trata de un western, aunque Tommy Lee Jones, director, coguionista y coprotagonista, prefiere huir de las etiquetas. The Homesman, para no enemistarnos con él, es un drama sobre una mujer fuerte y hermosa (espléndida Swank), que se considera seria candidata a solterona, y que debe conducir a mediados del siglo XIX a tres mujeres a las que las penalidades del Oeste han vuelto locas, desde Nebraska a Iowa, en una ruta llena de peligros. Por suerte, su camino se cruza con el de otro perdedor, el veterano exsoldado George Briggs (Jones), quien se convertirá en una especie de seguro ante los indios y los delincuentes y depredadores de todas las especies. Pero en el fondo son cinco desequilibrados golpeados por la ruda vida del Oeste y una carreta...
Nueve años después de que debutara como realizador de la mano del guionista mexicano Guillermo Arriaga, Tommy Lee Jones vuelve a sentarse en la silla a ratos (en otros se pone ante la cámara) para esta cinta crepuscular, amarga, feminista dentro de un orden, pero para algunos demasiado académica, y confía en una labor importante en otro mexicano, el fotógrafo Rodrigo Prieto. El estreno mundial en Cannes, donde ya mostró su opera prima, fue rubricado por aplausos, que sin duda merecen, y especialmente Hilary Swank, cuyo talento, últimamente demasiado desaprovechado, queda una vez de manifiesto en este personaje de mujer de carácter condenada a disimular sus miedos y su amargura, ante el peso de la responsabilidad. Apúntenla para la lista de favoritas al premio de interpretación femenina...
En medio de esta vorágine, la italiana Le meraviglie, de Alice Rohrwacher, quedó en un segundo plano bastante merecido. No es que esté desprovista de valores este cocktail de sentimientos, crónica iniciática de la adolescencia, drama familiar y social, denuncia ecológica y contra la televisión contemporánea... pero al final tantas cuerdas para un violín desafinan la melodía de la cineasta italiana, que ha contado –cómo no– con coproducción francesa, lo que justifica su presencia en el concurso.
Rohrwacher nos lleva a una zona rural en la mitad norte del país, donde vive aislada una familia integrada por unos padres medio hippies que viven en una granja que conoció muchos mejores tiempos, donde tienen panales de miel que significan su sustento, y sus cuatro hijas, la mayor de las cuales, al borde de la adolescencia, apunta hacia tendencias algo menos ecologistas que las de sus progenitores. Su más o menos bucólica forma de supervivencia se ve sacudida cuando por un lado llega a la zona un exdelincuente juvenil en reinsercción, y un equipo de TV (capitaneado por la única famosa del elenco, Monica Bellucci) para grabar un reality campestre.
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Drama con momentos de comedia, Le meraviglie ha dividido a la crítica, alguno de cuyos miembros incluso pitó en el pase de prensa. Otros valoraron el intento de retratar los agridulces momentos de la adolescencia, aunque sobre todo emerge la idea de que Rohrwacher se dispersa en tramas y subtramas, como si dudara en qué es lo principal que pretende contar. Incluso cómo quiere hacerlo, en un tono a ratos autoral y otros más del alcance del gran público. Pero, en resumidas cuentas, no parece una película capaz de cruzar muchas fronteras.
Más apreciada por la prensa española que por la internacional, Hermosa juventud, de Jaime Rosales (Un Certain Regard), es una crónica de una generación (o degeneración) y el poco afortunado tiempo que le ha tocado vivir. Su pareja de veinteañeros del extrarradio (los tan talentosos y hermosos –en honor al título– como poco conocidos Ingrid Garcia-Johnsson y Carlos Rodríguez) forman parte de esa mayoría demasiado silenciosa de jóvenes que viven (o malviven) a costa de sus padres, sin encontrar la forma de encontrar un trabajo con el que independizarse o simplemente sobrevivir por sí solos. La situación se agraba cuando ella queda embarazada. Entonces surge la posibilidad de ganar algunos cientos de euros grabando una porno para internet. La historia no va mucho más allá, y a pesar de que puede tratarse esta cuarta realización de Rosales (al que alguien ha calificado como el Haneke español) la menos introspectiva y críptica, sigue teniendo una preocupante falta de sustancia, de una narrativa sólida y con un objetivo dramático concreto.
El colombiano Franco Lolli, protegido de Cannes, donde estuvo primero con un corto, y luego en la Résidence del festival para preparar esta su opera prima, Gente de bien, la ha presentado en la Semana de la Crítica. También una crónica social y familiar más bien desesperanzada, este debut del formado en Francia Lolli describe a través de una crónica familiar peculiar (un niño de 10 años abandonado por su madre que acaba a cargo de un padre al que no había visto nunca) las diferencias sociales, a veces abismales, entre una mayoría acosada por la necesidad y una minoría de clase alta. Para el joven cineasta colombiano, las posibilidades de cambiar las cosas, incluso con buena voluntad, son prácticamente nulas, el abismo de clase es demasiado profundo para sortearlo. Lolli exhibe sensibilidad y ternura hacia sus personajes, y logra un film capaz de llegar a un público amplio sin perder rigor. Brayan Santamaría, el niño protagonista, todo un descubrimiento, es otro acierto del film, al destacar por su naturalidad y talento, y un gran poder de seducción en una audiencia, formada mayoritariamente por prensa francesa, de presunto "corazón duro".
El primer fin de semana del Festival de Cannes marca la cúspide del sentimiento de inabarcabilidad que deprime a cualquier enviado especial. Este domingo, coincidieron dos películas en la carrera por la Palma de Oro, la estadounidense de y con Tommy Lee Jones The Homesman, donde brilla con luz propia la ganadora del Oscar Hilary Swank, y la italiana Le meraviglie, de Alice Rohrwacher, más bien ligera y olvidable, junto a dos propuestas hispanas en secciones paralelas, Hermosa juventud, del español Jaime Rosales, y Gente bien, del colombiano Franco Lolli, y además Stallone, Swarzenegger y Gibson subidos a un tanque de verdad... Demasiado.