Cítala en el Tera
Juan Jurado Martínez
Editorial Liberman (2023)
Con esta novela, Cítala en el Tera, Juan Jurado trae recuerdos de aquellos años de finales de los 70, con aquel ritmo de sueños por una sociedad mejor, de una lucha por la democracia, de aquellos movimientos estudiantiles en igualdad. Así, el ambiente de esta historia está ubicado en el siglo XXI, pero lleva a rememorar aquellos sueños de transformación de la realidad que teníamos, a poner pasión a la vida, al compromiso ético y político, a la educación como llave para abrir todo lo que conlleve igualdad, justicia y compromiso social en un tiempo como el actual, en el que vemos tambalearse aquellos progresos logrados. Es como un toque de esperanza, de ilusión. Una ráfaga de aire fresco que necesitamos los que estamos tan preocupados por la sociedad que vivimos.
Y de todo esto va esta novela. No se pueden decir muchas cosas de esta historia porque el autor no ha dejado ningún cabo suelto desde el principio hasta el final.
El libro está estructurado: desde el prólogo, escrito por Miguel Pasquau, en donde nos pone en aviso con sus palabras acertadas y nos invita a entrar en el simbólico Café-Bar Tera.
Tras este prólogo, hay un Capítulo-Preludio que nos sitúa desde la primera línea y nos pone en antecedentes. La novela está dividida en dos partes diferenciadas que se complementan. La primera y más extensa, titulada El tanatorio, y la segunda, La ciudad vieja. Finaliza con un Epílogo, y unos Anexos añadidos en donde el autor despeja, argumenta y justifica algunas cuestiones como descubriremos en la lectura, incluso agrega un glosario de palabras-jerga del vocabulario gitano, antes de los agradecimientos.
Con estos compartimentos que conforman el libro en donde todo está pensado, podría parecer que esta historia que se desenvuelve entre la ficción y la realidad está contada al uso, pero no, Juan Jurado hace cómplice al lector, lo necesita. Afloran sentimientos, interpela a la conciencia, a nuestra mente en acecho continuo, y todo esto nos da que pensar, aquí se aúnan la vida y la literatura. Son como el signo lingüístico: dos caras que no se pueden separar. Es un libro de búsquedas, en donde la verdad, la honestidad, el compromiso protagonizan esta narración humana y solidaria. Y como la vida misma, con sus tropiezos y contratiempos late una lucha por una sociedad igualitaria y justa que pone en voz de los personajes que desde mi punto de vista son cuatro mujeres las protagonistas de la novela: Helena, Laura, Pepa y Rosa, sus historias son reconocibles por todas nosotras, cada una en su espacio, desarrolladas en diversos escenarios y épocas pero que tejen una situación que nos atañe. Es cierto que los hombres, sobre todo un personaje, Diego, juegan un papel importante que complementa como en la vida la realidad. Es un libro de carne y hueso, sensible, en donde crea y recrea una atmósfera de conciencia colectiva de las grandes transformaciones que se deben llevar a cabo para un mejor vivir, a veces, sobrevivir. Todo subrayado desde el ámbito de la educación y el proceso de construcción política que se reúne en un lugar real y a la vez simbólico que es el Café-Bar Tera, refugio en donde los personajes se juntan, se sinceran, en donde la soledad de cada uno converge con el bullicio del establecimiento. Hay otros espacios en esta historia, como el tanatorio, calles, plazas, casas, habitaciones, incluso un palacio.
El oficio de escritor de Juan Jurado (Úbeda, Jaén, 1957) queda patente. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada. Profesor, ensayista y novelista. Sus publicaciones se han orientado hacia el ámbito educativo y a su didáctica. Autor en equipo del Proyecto Mágina en la Editorial Octaedro, para Secundaria (1994) y Primaria (2004). Autor de diversos libros sobre la didáctica y su aplicación en el aula. Articulista y partícipe de la Antología En cuentos con Rosa (Literálika, 2020), coordinado por Rosa Montero. Como narrador El espejo y otros relatos que lleva la corriente (Liberman, 2021) y la novela que presentamos.
Utiliza un lenguaje sencillo y cercano. Con el recurso de flashbacks, lo que en retórica se conoce como analepsis, técnica muy utilizada en el cine y TV, el autor altera la secuencia cronológica, conectando con distintos momentos y así traslada la acción al pasado a través de los recuerdos.
Es un ir y venir en donde, a través de la memoria, conocemos verdaderamente, en este caso, a la protagonista Helena, fallecida. La novela está escrita en tercera persona con un narrador omnisciente, excepto los monólogos, transcritos en letra cursiva. Para los capítulos no utiliza el orden numérico habitual sino que antepone los nombres de los dos personajes principales, Helena y Diego, que cuentan la historia, en otros pone horas, meses, años, fechas para situarnos en el tiempo.
Las citas que se incluyen en el libro son significativas, conversan con las historias, aparecen Carmen Laforet, Rosalía de Castro, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges y Eduardo Galeano.
He visto pasar por el libro a Javier Marías, que, como su Corazón tan blanco arranca desde su primera línea con la muerte de una mujer, a La Colmena de Cela con el bullicio y entresijos del café, a Mario Benedetti, por su lenguaje poético, comprometido y cercano, a Carmen Martín Gaite por saber meter cada historia en su estante correspondiente, entre otros autores.
Es un libro de búsquedas y hallazgos, de miedos, de conciencia, en donde la educación, la lucha social, el compromiso están presentes, son coprotagonistas. Por eso, la pasión por la vida, el amor, el tiempo, las clases sociales, la ideología, son los distintos puntos de vista que nos llevan a pararnos en este mundo de prisas y de ruidos y así poder dar importancia a las pequeñas cosas que son realmente las grandes y que a veces olvidamos. Razón y piel son el eje identitario de esta historia social repleta de historias que nos llevan a las nuestras, y que no nos dejan impasibles.
Ver másPasos cortos y propios
--------------
* Carmen Canet es crítica literaria y aforista. Su último libro 'Cipselas' (Polibea, 2022).