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Javier Bozalongo lee su poema "Las raíces aéreas".
Las raíces aéreas
Yo soñé ser avión,
no pasajero de primera clase,
piloto o sobrecargo,
sino ser un avión
y poderme volar a cualquier parte.
Con los pies en el aire
saber que no hay raíz más firme ni profunda
que aquella que llamamos libertad.
Aunque ser un avión requiera siempre
destreza y disciplina,
vivir de vuelo en vuelo nos enseña
que en la distancia todo se vuelve diminuto
y hasta lo que creíste
de manera fatal irresoluble,
en su insignificancia
adquiere un nuevo aspecto.
Allá arriba es nada todo lo que te envuelve,
pero luego aterrizas y te asombras
al descubrir por fin que todo lo importante
permanece y recobra su dimensión exacta.
*Javier Bozalongo es poeta y director de la Editorial Valparaíso.Javier Bozalongo