Las dos únicas películas iberoamericanas seleccionadas para la competencia de la 68 Berlinale demostraron sus valores, al ser ambas reconocidas en el palmarés: la primera producción paraguaya que concursaba en la historia del certamen alemán, Las herederas, de Marcelo Martinessi, ganó el premio Alfred Bauer a la cinta más innovadora, instituido en memoria del fundador del festival de cine berlinés; su protagonista, Ana Brun, fue reconocida como mejor actriz, y además obtuvo el no oficial Premio de la Crítica (Fipresci). Por su parte, la mexicana Museo, de Alonso Ruizpalacios, obtuvo el galardón al mejor guion. Lo coescribió el propio realizador junto a Manuel Alcalá. El Oso de Oro, por su parte, fue a parar a Touch Me Not, de la rumana Adina Pintilie.
Las recompensas al cine iberoamericano, ampliamente representado en las diversas secciones, no quedaron ahí. La peruana Retablo, de Álvaro Delgado Aparicio, logró el galardón Teddy L'Oréal Paris a la mejor opera prima de temática gay, y una mención del jurado joven de la sección Generation 14Plus. Por su parte, el brasileño Ex Pajé, de Luiz Bolognesi recibió una mención especial del jurado del premio al mejor documental-Glashütte Original.
Otro documental, el argentino-española Teatro de guerra, de Lola Arias, ganó el premio ecuménico en la sección Forum y el de la Federación Internacional de Cines de Arte y Ensayo, que en la sección panorama galardonó a la brasileña Tinta Bruta, de Marcio Reolon y Filipe Matzembacher, que además se hizo con el Teddy Bear, premio al mejor film de temática gay. En el apartado documental de este mismo premio, ganó otra cinta brasileña, Bixa Travesty, de Claudia Priscilla y Kiko Goifman.
Otras recompensas de jurados paralelos correspondieron al documental hispano-estadouninse El silencio de los otros / The Silence of Others, de Almudena Carracedo y Robert Bahar, que se hizo con el premio de la Paz y el premio del público en la sección Panorama.
Volviendo al palmarés oficial, el premio a la mejor dirección correspondió al estadounidense Wes Anderson por Isle of Dogs Isle of DogsIsle of Dogs, el del mejor actor a Anthony Bajon, por La prièreLa prière, el Oso de Plata-Gran Premio Especial del Jurado a Twarz, de Małgorzata Szumowska, y el de la contribución artística a Elena Okopnaya, por el vestuario y diseño de producción de la película rusa Dovlatov.
Las herederas, que se proyectó al inicio del festival, es la opera prima de Martinessi, y refleja el peso de la historia y la presión social en el país suramericano como consecuencia de su última dictadura militar. Por su parte, Museo toma como inspiración el robo real que dos jóvenes estudiantes de clase media llevaron a cabo en el Museo Antropológico de México en 1985, pero con notables libertades en la adaptación. Ambas películas vivieron sus estrenos mundiales en la Berlinale, y sus respectivos realizadores tuvieron previa relación con el certamen de la capital alemana, ya que Ruizpalacios, con Güeros, fue galardonado como autor de la mejor opera prima del festival, hace cuatro años; mientras que Martinessi recibió apoyo del World Cinema del propio certamen alemán (50.000 euros) para poder rodar su película.
Las dos únicas películas iberoamericanas seleccionadas para la competencia de la 68 Berlinale demostraron sus valores, al ser ambas reconocidas en el palmarés: la primera producción paraguaya que concursaba en la historia del certamen alemán, Las herederas, de Marcelo Martinessi, ganó el premio Alfred Bauer a la cinta más innovadora, instituido en memoria del fundador del festival de cine berlinés; su protagonista, Ana Brun, fue reconocida como mejor actriz, y además obtuvo el no oficial Premio de la Crítica (Fipresci). Por su parte, la mexicana Museo, de Alonso Ruizpalacios, obtuvo el galardón al mejor guion. Lo coescribió el propio realizador junto a Manuel Alcalá. El Oso de Oro, por su parte, fue a parar a Touch Me Not, de la rumana Adina Pintilie.