El Museo Reina Sofía cierra 2015 con cierta tranquilidad. Los números acompañan después de haber sufrido un recorte en sus presupuestos de los 42,3 millones de euros en 2012 a los 33,2 millones en 2014, de los que lo aportado por el Estado pasó de suponer el 80% al 69%. Los ingresos propios, formados por la venta de entradas, pagos en especie y donaciones, han aumentado de los 4,6 millones de 2012 a 9,5 en este ejercicio. El número de visitantes también son positivos. Hasta el 15 de diciembre se contabilizaron 3,09 millones de visitantes, y la dirección espera alcanzar los 3,18 millones de 2013, un récord hasta la fecha conseguido en parte por la llamada de la exposición sobre Dalí.
El director, Manuel Borja-Villel, se mostraba moderadamente satisfecho en la presentación de los datos ante la prensa en la mañana del martes. Aseguró que la institución es "sostenible" gracias a que genera casi el 24% de sus ingresos y, ante las insistentes preguntas de los periodistas, admitió que 2015 puede ser el mejor año del museo en lo que a cifras se refiere. Aunque es reacio a centrarse solo en los números para analizar el éxito del museo: "No es tan relevante el número de visitantes, sino su agencia". Pero la buena marcha de los datos parece sancionar la vía elegida por la dirección, que trata de combinar exposiciones para el gran público —como la de Dalí en 2013 o la del Kunstmuseum este curso— con muestras más de nicho —como las de Constant o Hito Steyerl inauguradas recientemente—. "Las cifras vienen de haber combinado exposiciones para distintos tipos de visitantes, que se corresponde también con nuestra idea de servicio público", aseguró.
La presentación de la programación para 2016 se vio eclipsada por un anuncio de cara a 2017. El museo prepara ya una gran exposición sobre Picasso para conmemorar el 80º aniversario de la creación del GuernicaGuernica y el 25º aniversario de la llegada de la obra al centro de arte, su residencia actual. La muestra analizará la obra del pintor antes y después de idear el mural e incluirá un archivo sobre los numerosos viajes del Guernica que recopilará dónde y cómo se expuso. Esta obra que fue justamente el eje de la última reorganización de la colección permanente del museo, que trató de recontextualizar su creación como parte del Pabellón de la República Española para la Exposición Internacional de París de 1937.
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La actuación del museo para el próximo año estará protagonizada también por una reorganización de parte de su colección permanente. Después de haber reubicado la obra de los años ochenta y noventa en tres itinerarios —La irrupción del siglo XX: utopías y conflictos, ¿La guerra ha terminado? Arte en un mundo dividido y De la revuelta a la posmodernidad—, el Reina Sofía quiere estudiar las piezas producidas entre 2001 y 2015. Se articularan en torno a tres ejes: 2001, comienzo del siglo; 2007, la crisis; y el período 2011-actualidad como expresión de un cambio político.
La exposición Campo Cerrado. El arte español de la posguerra 1939-1953El arte español de la posguerra (del 26 de abril al 3 de octubre) abordará un "período gris, no suficientemente estudiado", en palabras del director. Otras muestras abordarán figuras históricas de las vanguardias, como el suizo Rémy Zaugg con Cuestiones de percepción (del 31 de marzo al 28 de agosto) o Ulises Carrión con Querido lector. No lea (del 15 de marzo al 29 de agosto). El museo programará también la monográfica del cubano Wilfredo Lam en el Centro Pompidou de París, aunque en una versión ampliada, así como Una retrospectiva de Marcel Broodthaers organizada junto al MoMa de Nueva York.
Borja-Villel aprovechó para criticar una medición de la cultura basada en "éxito, visitantes y números". "Nuestra condición es el neoliberalismo. Hay exposiciones que la mayoría de los museos no pueden hacer y quedan en manos de las grandes galerías, hay obras que están desapareciendo de la circulación porque nadie puede acerse cargo de los seguros. Interiorizamos elementos de esa condición neoliberal. Pero tratamos de ser conscientes de ella y de proponer una alternativa", dijo, tratando de relativizar la importancia de los logros contables del centro.
El Museo Reina Sofía cierra 2015 con cierta tranquilidad. Los números acompañan después de haber sufrido un recorte en sus presupuestos de los 42,3 millones de euros en 2012 a los 33,2 millones en 2014, de los que lo aportado por el Estado pasó de suponer el 80% al 69%. Los ingresos propios, formados por la venta de entradas, pagos en especie y donaciones, han aumentado de los 4,6 millones de 2012 a 9,5 en este ejercicio. El número de visitantes también son positivos. Hasta el 15 de diciembre se contabilizaron 3,09 millones de visitantes, y la dirección espera alcanzar los 3,18 millones de 2013, un récord hasta la fecha conseguido en parte por la llamada de la exposición sobre Dalí.