Rui Mourao: “El arte debe ser político”

Francisco Chacón

Las condiciones del rescate económico siguen maniatando a Portugal. La Unión Europea aprieta la soga y la olla a presión bulle cada vez que visitan Lisboa sus enviados especiales, adalides del neoliberalismo sin control. Pero el arte reacciona y no deja títere con cabeza, como demuestra Rui Mourao en el Museu Nacional de Arte Contemporáneo do Chiado (MNACC).

Fotografía, vídeo, instalación y performance se dan la mano en su combativa propuesta, clasificada como radical en el país vecino. La exposición Nuestros sueños no caben en vuestras urnas muestra imágenes de protestas convertidas en acciones artísticas.

Una de ellas testimonia lo que ocurrió en el Parlamento el 5 de octubre de 2012: en plena celebración oficial del aniversario de la instauración de la República, en el Pátio da Galé de la capital portuguesa, la cantante lírica y activista Ana Maria Pinto irrumpió por sorpresa para interpretar Firmeza, de Fernando Lopes-Graça, compositor de las Canciones heroicas.

Y en febrero de 2013 se produjo el polémico boicot al primer ministro, con un grupo de personas entonando Grândola, Vila Morena, de Jose Afonso, el himno de la Revolución de los Claveles.

Otra de las performances tuvo lugar cuando un hombre con cabeza de cerdo (en la imagen) se plantó ante un banco internacional en la Baixa lisboeta para poner en solfa el nepotismo de las instituciones financieras.

Precisamente, Ana Maria Pinto se encontraba hace unos días en el Chiado cuando la retrospectiva vivía su puesta de largo. Ella y otras decenas de personas transformaron el museo en un verdadero happening reivindicativo, pues se encerraron allí durante 24 horas para alzar la voz a favor de incrementar los presupuestos para cultura. Es decir, el activismo político y artístico en su máxima expresión (en la imagen).

Imagen del encierro 'artivista' en el MNACC. | MADALENA ÁVILA

Rui Mourao se desahoga así con infoLibre al respecto: “El arte debe ser político. Cuando el sistema no tiene canales de escucha y participación directa, y cuando el modelo económico excluye, más de lo que incluye, el resultado es que el poder se concentra más en manos de unos pocos privilegiados y no hay muchas formas oficiales de escapar a las jerarquías, exclusiones y normas establecidas. Así que es en el campo de lo no oficial como el cambio se puede operar. Ahí es donde la performance política puede tener un papel importante”.

Además, declara: “Las performances artivistas (artísticas + activistas), gracias al poder simbólico de sus formas de expresión heredadas de las artes visuales y del espectáculo, pueden contribuir a vehicular representaciones de cariz subversivo o contestatario, permitiendo a cualquier ciudadano obtener con algún impacto una voz en el espacio público”.

El MNACC emitió este comunicado oficial al producirse la okupación pacífica del museo: “Los activistas se levantan contra el neoliberalismo y en defensa del arte. Reclaman una reunión con el ministro de Cultura en un país sin Ministerio de Cultura desde 2011”.

La exposición, abierta hasta el 28 de septiembre, se completa con la edición del libro Ensaio de artivismo, escrito por el propio Mourao.

Por otra parte, el Tribunal de Faro ha absuelto a Elsio Menau, autor de la obra Portugal na forca (Portugal en la horca), acusado de ultraje a los símbolos nacionales, por valorar que su actuación fue puramente artística y se encuadra en el ejercicio de la libertad de expresión.

Las condiciones del rescate económico siguen maniatando a Portugal. La Unión Europea aprieta la soga y la olla a presión bulle cada vez que visitan Lisboa sus enviados especiales, adalides del neoliberalismo sin control. Pero el arte reacciona y no deja títere con cabeza, como demuestra Rui Mourao en el Museu Nacional de Arte Contemporáneo do Chiado (MNACC).

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