Por qué no tienen los jóvenes la culpa de la desmemoria histórica: arranca 'España en libertad'
“España, camisa blanca de mi esperanza, reseca historia que nos abrasa, con acercarse sólo a mirarla. Paloma buscando cielos más estrellados, donde entendernos sin destrozarnos, donde sentarnos y conversar". La melodía de la inmortal canción de Víctor Manuel ha inundado este miércoles el salón de actos del Ateneo de Madrid durante la inauguración de los actos conmemorativos España en libertad. 50 años. Un ejercicio de memoria de las más de cuatro décadas de dictadura y opresión, cuando se cumple medio siglo de la muerte de Franco, del inicio de la Transición y del nacimiento de la democracia española.
"Traspasar la puerta del Ateneo es tener una verdadera experiencia de memoria. Desde los retratos que nos rodean, pasando por las estanterías de la biblioteca o este mismo salón de actos. Son el sello de la historia política y social de los últimos siglos de nuestro país", ha abierto el acto Luis Arroyo, presidente del Ateneo. "Desde aquí, tratamos de recordar y transmitir el espíritu democrático que se fraguó hace 50 años en nuestro país: el valor de la tolerancia, de la apertura, del pensamiento libre, del diálogo, de la participación cívica... ", ha continuado antes de ceder la palabra al ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres.
Al comienzo de su intervención, Torres ha querido acordarse de Josep Sala, el que fue el último superviviente de los campos de concentración franquistas. "Entre las paredes de este Ateneo, que ha defendido siempre los valores democráticos, quiero volver a traer su voz: 'No teníamos ni nombre, no éramos nada'. Durante décadas, estas personas y sus testimonios no existieron. Su memoria fue borrada, ocultada", ha criticado con dureza. "Uno de los principales motivos de esta conmemoración es precisamente homenajear a todos aquellos que, como Sala, hicieron posible con su lucha, con su resistencia, el país que somos hoy".
El ministro ha apelado a la necesidad de que las generaciones jóvenes "conozcan el pasado" para construir el futuro sobre "cimientos sólidos". Para que sepan que su libertad "fue tejida" por cientos de vidas e historias que "podrían haber sido las suyas, la de los jóvenes de hoy, si tan solo hubieran nacido a principios del siglo pasado".
Una libertad por la que lucharon durante décadas de totalitarismo y opresión miles de personas y colectivos sociales. "Desde los maquis de la posguerra hasta los estudiantes y profesores universitarios, pasando por las huelgas mineras y obreras y sin olvidar la oposición de los partidos demócratas en el exterior, en el exilio", ha enumerado. Por ello, ha recuperado las palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la presentación de los actos conmemorativos sobre la necesidad de "permanecer vigilantes". "La democracia y la libertad son joyas demasiado preciadas como para darlas por sentado. Costó demasiado recuperarlas", ha advertido.
Para cerrar su intervención, Torres ha insistido en la necesidad de contraponer cómo era España con los tiempos actuales para "desenmascarar a quienes por detrás de palabras amables esconden pulsiones autoritarias". "Hago un llamamiento a participar, a sumar, a construir. Como decía Shakespeare, si la memoria es la centinela del cerebro, la memoria democrática es la guardiana de la historia. Nunca más el olvido. Memoria es democracia", ha terminado entre la ovación del público.
Tras el discurso del ministro, ha dado comienzo la mesa redonda Memorias de Dictadura y Democracia, con la participación de los historiadores y docentes Julián Casanova, de la Universidad Zaragoza, Nicolás Sesma, de la Université Grenoble Alpes, y Elena Martínez, de la Universidad de Salamanca.
¿Por qué es necesaria esta conmemoración? ¿Por qué seguir hablando de la dictadura cincuenta años más tarde? "Los historiadores tenemos el sueño noble de transmitir lo que pasó a las generaciones futuras. De ofrecer información empírica y contrastada que sirva de contrapeso a la propaganda, a los recuerdos familiares, a lo que les han dicho por ahí", ha comenzado respondiendo Casanova. "Y no hablo de hacer historia de contraataque. Frente al insulto, la ignorancia y el desprecio, tenemos que ser capaces de replicar con conocimiento, sosiego e integridad. Y, sobre todo, con fe inquebrantable en la integración y en la pluralidad".
Por su parte, Martínez ha resaltado la urgencia de promover políticas públicas y educativas de la memoria, de recuperación del conocimiento público. "No podemos seguir teniendo tanta desinformación de cuestiones con tanto peso. Es una parte de la historia que no se aborda hasta el final de la educación obligatoria y de forma fragmentada", ha reprobado.
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"Es imposible no hablar de historia. La historia es lo que somos, fuimos y vamos a ser", ha comentado Sesma. "Se dice que en España no son posibles este tipo de conmemoraciones porque aquí son más divisivas. Pero cualquier historia nacional es divisiva. Se trata de encontrar puntos de unión respecto al presente. Y qué mejor punto de unión que la fecha de inicio de nuestro sistema democrático". Respecto a la mejor estrategia para contar la historia a los más jóvenes, Sesma apuesta por aprovechar los nuevos formatos: "Hay que jugar con las cartas que tenemos: redes sociales, narrativas de divulgación, los nuevos productos audiovisuales... Lo importante muchas veces es cómo comunicamos".
"Es curioso que conmemorar los pasados sucios e infames y retribuir a las víctimas empieza a encontrar cada vez más oposición en todas partes. Incluso en sociedades que nacieron a través del antifascismo", ha reflexionado Casanova. "Hemos perdido la capacidad analítica y de debate. Y el problema no es de los jóvenes, es de todos", ha añadido. "Y no nos engañemos: el ruido no procede solo de la gente ignorante y sin formación. El ruido procede de gente culta, con privilegios, que con toda su disposición ha alterado el discurso".
España no ha mirado hacia atrás todo lo que debería. "Se nos escapan todavía las reparaciones, las cuestiones simbólicas y la medidas de no repetición. Y lo más acuciante: que empecemos a hablar de políticas de estado y no de políticas partidistas", ha sentenciado Martínez.