Inditex, H&M y C&A se suman ahora a un acuerdo por la seguridad en las fábricas de Bangladesh

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Casi tres semanas después del accidente del edificio Rana Plaza, las protestas de los trabajadores del sector textil han tomado Bangladesh. Los manifestantes exigen inspecciones regulares que garanticen su seguridad y una mejora de las condiciones laborales. Mientras tanto, continúan hallándose cada día cadáveres en la zona del primer derrumbe. Ya se han contabilizado al menos 1.127 víctimas.

Tras el mayor accidente en la industria del país, varios de los grandes fabricantes que producen prendas allí, con la española Inditex, la sueca H&M y la holandesa C&A a la cabeza, se han sumado a un acuerdo propuesto por el sindicato IndustriaAll Global Union para garantizar la seguridad de las construcciones y minimizar los riesgos en caso de incendio en Bangladesh. A pesar de que aún no se conoce el texto final del acuerdo, que se hará público el próximo 15 de mayo, varias empresas ya han anunciado este lunes, día 13, que se suman a la iniciativa, en la que participan además ONG y sindicatos locales. El acuerdo implica someter los talleres a inspecciones independientes de seguridad y difundir públicamente esos resultados, obligar a los proveedores a realizar reparaciones en las instalaciones y dar voz a trabajadores y sindicatos. IndustriALL es una organización sindical internacional que tiene su sede en Suiza y agrupa a 50 millones de trabajadores en todo el mundo.

Sin embargo, este anuncio no ha apaciguado las manifestaciones, durante las cuales algunos grupos de trabajadores han asaltado fábricas en Dacca, la capital del país, y han dañado vehículos de las empresas textiles en la zona del edificio que se hundió el pasado 24 de abril. Como respuesta, los dueños de más de 300 factorías de las afueras de la ciudad han anunciado que paralizan de forma indefinida la actividad.

"Los propietarios han decidido cerrar su fábricas por razones de seguridad después de las protestas diarias de los trabajadores tras el incendio en el Rana Plaza", ha declarado este lunes el presiente de la Asociación de Industriales y Exportadores Textiles de Bangladesh (BGMEA, por sus siglas en inglés), Mohamed Atiquel Islam. Mientras se prolongue la situación de cierre, los miles de empleados no recibiran salario alguno.

Por su parte, el Gobierno ha decidido hacer algunas concesiones, aunque el mensaje oficial sigue siendo el de pedir calma, tal y como hizo la primera ministra, Sheikn Hasina, con motivo del Primero de Mayo, cuando advirtió a los empleados de que acabarían perdiendo sus puestos de trabajo si no mantenían las factorías operativas.

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El último paso ha sido el anuncio este lunes de la presentación de un paquete de enmiedas a la Ley del Trabajo de 2006. Si las reformas se aprueban como está previsto, en el plazo aproximado de dos meses, se permitirá a los trabajadores crear organizaciones sindicales sin el visto bueno de las empresas y se hará obligatorio el seguro médico y de vida en aquellas factorías de más de 100 empleados.

Poco antes, se ha conocido la creación por parte del Ejecutivo de una comisión especial que analizará una posible subida salarial. "La hemos creado para establecer un salario mínimo. No hay duda de que ls salarios subirán", ha asegurado el ministro para la Industria Textil, Abdul Latif Siddique. La última iniciativa de este tipo supuso que, en 2010, el salario mínimo pasase de los 1.166 takas a los 3.000 (de 11,50 euros a unos 29), si bien no satisfizo las demandas de los empleados, que exigían un aumento a los 5.000 takas bangladeshíes (49,35 euros al mes). 

La industria textil ha pasado de 1,8 a 4 millones de trabajadores en el Bangladesh en los últimos diez años, y el volumen de las exportaciones se ha cuadruplicado en la última décadas.

Casi tres semanas después del accidente del edificio Rana Plaza, las protestas de los trabajadores del sector textil han tomado Bangladesh. Los manifestantes exigen inspecciones regulares que garanticen su seguridad y una mejora de las condiciones laborales. Mientras tanto, continúan hallándose cada día cadáveres en la zona del primer derrumbe. Ya se han contabilizado al menos 1.127 víctimas.

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