El primer ministro japonés, Shinzo Abe, no descarta reactivar los reactores nucleares que fueron desconectados tras la catástrofe de Fukushima, de la que hoy se cumplen dos años. Abe ha manifestado que esta posibilidad está sobre la mesa y siempre y cuando las instalaciones cumplan nuevas medidas de seguridad, más exigentes que las que estaban en vigor entonces.
En paralelo, miles de personas se han manifestado en Tokio para pedir que el ejecutivo renuncie definitivamente a la energía nuclear, que cubría aproximadamente el 30% de las necesidades del país antes del incidente en Fukushima. Además, se espera más de un centenar de protestas en la conmemoración del segundo aniversario del accidente. El debate sobre la cuestión nuclear sigue vigente en Japón, donde una reciente encuesta ha revelado que siete de cada diez ciudadanos son partidarios de abandonar esta tecnología.
Acelerar la reconstrucción
Dos años después de la catástrofe aún no han concluido las labores de reconstrucción en el país. Más de 300.000 personas siguen viviendo en hogares temporales, y el desmantelamiento de la central nuclear de Fukushima avanza de forma lenta e irregular, condicionado por el riesgo de radiación, que sigue siendo importante. El actual ejecutivo, que accedió a las responsabilidades de gobierno en el mes de diciembre, ha puesto en marcha una comisión especial para acelerar el proceso de deconstrucción de la instalación nuclear. También ha prometido redoblar los esfuerzos en las tareas de reconstrucción del país y ha elevado el presupuesto de esta partida en aproximadamente un 25%.
El primer ministro Abe ha asegurado en la conmemoración del segundo aniversario del accidente que Japón está ante “una oportunidad para dar un paso hacia delante”. En paralelo, el Gobierno del país ha publicado anuncios en prensa que destacan las virtudes del autoproclamado nuevo Japón, después de que en 2011 un seísmo de 9 grados primero, y un tsunami con olas de 30 metros de altura después, causaran 19.000 muertes, obligaran a 315.000 personas a abandonar su hogar y provocasen la fusión parcial de núcleo en la central nuclear de Fukushima.
Este último hecho derivó en uno de los peores accidentes de la historia de la industria nuclear. La peligrosa radiación de la central obligó a establecer una zona de exclusión de 20 kilómetros a la redonda y a evacuar a aproximadamente 80.000 personas.
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Los ecologistas piden el fin de la nuclear
Por último, y aprovechando la efeméride, los grupos ecologistas han reivindicado el fin de la energía nuclear, y han pedido un parón generalizado a nivel mundial. En declaraciones a Europa Press, el portavoz de energía nuclear de Ecologistas en Acción, Paco Castejón, ha advertido del alto riesgo que supone la energía nuclear, y ha asegurado que aún continúan activos reactores dañados o en condiciones precarias.
El portavoz de la ONG ecologista también ha destacado el alto coste que supondría en países como España adoptar las medidas de seguridad propuestas por la Comisión Europea a raíz de la catástrofe de Fukushima: “sólo en nuestro país, ese coste asciende a entre 750 y 1.000 millones de euros”, ha precisado. A este respecto, ha señalado la ralentización del uso de la energía nuclear en países como Alemania, Suiza, Bélgica y Holanda, y lo ha valorado de forma positiva.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, no descarta reactivar los reactores nucleares que fueron desconectados tras la catástrofe de Fukushima, de la que hoy se cumplen dos años. Abe ha manifestado que esta posibilidad está sobre la mesa y siempre y cuando las instalaciones cumplan nuevas medidas de seguridad, más exigentes que las que estaban en vigor entonces.