Varios grupos de manifestantes violentos han vuelto a salir a la calle por segunda noche consecutiva provocando disturbios en la localidad de Ferguson (Misuri) e incendiando un coche de la Policía junto al ayuntamiento, en el marco de las protestas por el fallo del gran jurado del Estado que dejó en libertad sin cargos a Darren Wilson, el agente de policía involucrado en la muerte del joven afroamericano Michael Brown.
En torno a las 22.00 horas (hora local), una parte de la multitud que se congregó junto al Departamento de Policía local de forma pacífica se dividió en grupos y marchó hacia el Ayuntamiento de Ferguson, hasta donde tuvo que desplazarse también un contingente policial que fue recibido con pedradas y lanzamiento de botellas. Esta situación derivó en un enfrentamiento entre los manifestantes y los agentes de Policía, que recurrieron al uso de gases lacrimógenos para dispersar a los violentos, de acuerdo con la información del periódico estadounidense The Washington Post.
Los familiares de Michael Brown, fallecido el pasado agosto a los 18 años de edad, insistieron en que no apoyan la violencia e instaron a llevar a cabo "protestas pacíficas", ante una sentencia que consideran injusta.
Así lo ha manifestado un tío abuelo de Brown, Charles Ewing, quien ha añadido que la familia se encuentra "conmovida" por las muestras de apoyo recibidas por parte de los vecinos de Ferguson y del resto del país. "La paz es la respuesta", sentenció en declaraciones a la cadena estadounidense CNN.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha criticado los actos de "destrucción". El mandatario estadounidense ha advertido de que las personas que se involucren en "hechos criminales" deberán ser procesadas por ello.
Durante la primera noche de disturbios en los suburbios de Saint Louis, al menos 61 personas fueron detenidas por cargos que van desde concentración ilegal a incendio provocado y robo. Horas después de conocerse el fallo del gran jurado de Misuri, multitudes enfurecidas incendiaron edificios y coches y saquearon negocios, mientras la Policía respondía con gases lacrimógenos.
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Tras estos incidentes, el gobernador de Misuri, Jay Nixon, ordenó el despliegue de más efectivos de la Guardia Nacional en la localidad de Ferguson, lo que sirvió para contener los actos violentos registrados en la noche del martes 25 de noviembre, que se redujeron de forma sensible respecto a la jornada anterior. De acuerdo con la previsión de Nixon, los efectivos de la Guardia Nacional han pasado de los 700 del lunes a "más de 2.200" este martes. "La violencia que vimos la pasada noche en Ferguson es inaceptable", sentenció.
"Nada provechoso resulta de este tipo de actos destructivos", entre los que destacan la destrucción de la propiedad y los saqueos, añadió Obama durante un discurso sobre inmigración que tuvo lugar en la ciudad de Chicago. Asimismo, el presidente ha puesto como ejemplo a seguir las "numerosas protestas pacíficas" que tuvieron lugar la noche del lunes en diferentes puntos del país, tal y como ha informado el diario The Washington Post.
El presidente hizo un llamamiento a tratar las "frustraciones" de determinados colectivos con la Policía y el sistema de Justicia. "No se trata de un incidente aislado, tienen raíces profundas en muchas comunidades de color que tienen la sensación de que nuestras leyes no siempre se aplican de manera uniforme", apostilló.
Varios grupos de manifestantes violentos han vuelto a salir a la calle por segunda noche consecutiva provocando disturbios en la localidad de Ferguson (Misuri) e incendiando un coche de la Policía junto al ayuntamiento, en el marco de las protestas por el fallo del gran jurado del Estado que dejó en libertad sin cargos a Darren Wilson, el agente de policía involucrado en la muerte del joven afroamericano Michael Brown.