Desde que Joe Biden se retiró de la carrera presidencial el domingo pasado y anunció su apoyo a su vicepresidenta Kamala Harris, no han dejado de llegar apoyos del Partido Demócrata.
Además de los 100 millones de euros en donaciones para la campaña recaudados entre el domingo y el lunes por la noche, destacadas figuras del partido liberal se han pronunciado a favor de la candidatura de Harris, empezando por la influyente Nancy Pelosi. “Mi apoyo entusiasta a Kamala Harris para presidenta es oficial, personal y político”, anunció la expresidenta de la Cámara de Representantes en un comunicado.
El actor George Clooney, que el pasado 10 de julio escribió un artículo de opinión en The New York Times en el que pedía a Joe Biden que se retirara, también respaldó a la exsenadora por California en declaraciones a la CNN. Desde el domingo, más de la mitad de los delegados han anunciado que votarán por Kamala Harris en la Convención Demócrata de agosto, antes de las elecciones presidenciales previstas para el 5 de noviembre.
En el ala izquierda del Partido Demócrata, se demoraron algunas figuras, empezando por el excandidato a primarias Bernie Sanders. El domingo por la noche, el senador por Vermont prefirió destacar la labor de Joe Biden, que “sirvió con honor y dignidad”. “Como primer presidente que habló con un piquete de trabajadores, ha sido el presidente más favorable a la clase obrera de la historia moderna de Estados Unidos”, afirmó.
Reserva de ciertas figuras
Después de ese apoyo, el popular representante de la izquierda americana —y candidato a la reelección en Vermont— se demoró en hablar de la candidatura de Harris. Lo hizo este sábado después de un mitin en Main con una anotación en X en la que afirmó: “Debemos derrotar a Trump, elegir a Kamala Harris y crear un gobierno que funcione para todos, no solamente para el 1%”. Rashida Tlaib, la representante de Detroit e icono original del Squad —los congresistas progresistas no blancos desde 2020— también ha guardado un notable silencio.
Las otras tres figuras del Squad han apoyado la candidatura de Harris en redes sociales: Ilhan Omar, representante demócrata por Minnesota, Ayanna Pressley, demócrata progresista por Massachusetts, que publicó el martes un post con “¡Vamos, Kamala Harris!”, y la líder de la izquierda socialista Alexandria Ocasio-Cortez (AOC), que declaraba el lunes: “Kamala Harris será la próxima presidenta de Estados Unidos. Me comprometo a darle todo mi apoyo para asegurar su victoria en noviembre”.
AOC, representante neoyorquina, miembro del partido Socialistas Demócratas de América (DSA), perdió hace quince días el apoyo de su partido por sus posiciones sobre la cuestión palestina, no consideradas lo bastante claras. Durante varias semanas, se había erigido en portavoz de la candidatura de Joe Biden, cuya política favorable a Israel es criticada por la izquierda y una parte de la sociedad civil americana.
Desde la retirada de Joe Biden, ese pequeño partido de izquierdas —que apoyó la candidatura de Bernie Sanders en 2020— ha convocado a sus simpatizantes a una reunión pública en la noche del martes 23 de julio bajo el lema “Adiós Biden, hola DSA”. En la página web del partido se puede leer: “Incluso si la salida de Biden de la carrera presidencial mejora hoy las posibilidades de evitar una presidencia de Trump, quienquiera que sea el candidato demócrata se quedará sin duda por debajo de lo que la clase trabajadora merece.”
Pero, desde el domingo, otras figuras del ala izquierda del Partido Demócrata se han posicionado prestando su apoyo a Kamala Harris. Entre ellas, la representante de San Luis, Cori Bush, la representante de Washington, Pramila Jayapal y el representante de Nueva York, Jamaal Bowman, que está pidiendo en redes sociales que los afroamericanos “enciendan sus ánimos” por Kamala Harris.
Kamala Harris con condiciones
¿Por qué este entusiasmo no es compartido por todos los progresistas? Por las dudas sobre el programa económico y social de Kamala Harris. La actual vicepresidenta, que viajará el martes próximo al Estado clave de Wisconsin para lanzar su campaña, aún no ha anunciado que vaya a adoptar las medidas sociales prometidas por Joe Biden y apoyadas por la izquierda americana.
Nuevas normas que prohíban el uso de las deudas médicas en la calificación crediticia, reequilibrar el Tribunal Supremo, limitando los mandatos e introduciendo un código deontológico para los jueces, limitar el aumento de los alquileres, etc. Todas esas medidas son apoyadas por el senador independiente Bernie Sanders, quien describió el 13 de julio el peligro para los derechos sociales que representaría un nuevo mandato de Donald Trump: “Por el bien de nuestros hijos y de las generaciones futuras, [Biden] debe ganar”.
Según este editorial del periódico de izquierdas Jacobin, que recuerda el pasado de la vicepresidenta como fiscal dura, Kamala Harris “no se ha caracterizado mucho como política por la fuerza de sus convicciones o como alguien dispuesta a tomar medidas significativas para desafiar las estructuras que lastran a los trabajadores americanos”.
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De visita en Delaware el lunes pasado, la vicepresidenta en campaña ofreció algunos retazos de su retórica económica. “Creemos en un futuro en el que ningún niño crezca pobre, en el que todo el mundo pueda comprar una casa, formar una familia y prosperar, y en el que todos tengan acceso a permisos familiares remunerados y a guarderías asequibles”, dijo ante su equipo de campaña, añadiendo: “Vamos a ganar”, entre los aplausos de los militantes. Pero eso no es suficiente para tranquilizar a los escépticos de la izquierda americana.
Aunque, según Marie-Cécile Naves, socióloga y especialista en Estados Unidos, no hay otra opción ante la amenaza Trump, que “no es una ficción”: “Por tanto, salvo ciertos márgenes, prevalecerá el apoyo a Harris. Ocurrió lo mismo en 2020 con Biden”, afirma la especialista.
Traducción de Miguel López
Desde que Joe Biden se retiró de la carrera presidencial el domingo pasado y anunció su apoyo a su vicepresidenta Kamala Harris, no han dejado de llegar apoyos del Partido Demócrata.