El Gobierno aprobó este martes el plan de contingencia con el que espera reducir el consumo de gas entre un 5,1% y un 13,5% este invierno, en línea con el objetivo marcado por Bruselas. La horquilla es tan amplia porque se basará en recomendaciones que hace el Ejecutivo a los hogares y empresas, por lo que su éxito está condicionado en buena parte a la acogida que tengan estos consejos.
La Unión Europea se propuso hace meses rebajar su consumo de gas para evitar una situación de estrés este invierno, después de que Rusia haya cortado en buena parte su suministro al bloque. Como el grueso del gas que se quema ahora en España se dedica a la producción de electricidad, el Gobierno busca a toda costa rebajar el consumo de luz en los hogares y las empresas, todo ello con el menor impacto posible en el día a día.
"Se trata de ver cómo podemos ser más eficaces en el ahorro energético, manteniendo el confort de las familias y el tejido productivo", comentó Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica, tras el Consejo de Ministros de este martes.
El plan de contingencia incluye acciones concretas que pueden realizar las familias para emplear de manera eficiente los electrodomésticos, la iluminación y la calefacción en los meses fríos. Estas son algunas de las principales indicaciones para seguir en casa:
- Una temperatura del agua entre 30°C y 35°C puede ser suficiente
- Sustituir los sistemas de calefacción y agua caliente por bombas de calor (aerotermia, geotermia) o renovables (biomasa, solar térmica)
- Instalar válvulas con termostato para regular la calefacción
- Las bombillas LED tienen una potencia diez veces menor que las incandescentes y una vida útil diez veces mayor
Esta serie de consejos irá acompañada de deducciones fiscales para que el gasto destinado a grandes reformas de eficiencia energética pueda ser compensando por Hacienda, un apartado que todavía está en proceso de elaboración. Las comunidades autónomas también dan ayudas para modernizar la calefacción y el agua caliente.
Más allá de estas medidas, el ministerio asegura que el pilar del ahorro recaerá sobre la administración. Si en agosto ya se decretó el apagado de todos los edificios públicos a partir de las diez de la noche, esta vez ha pedido medidas concretas a las comunidades autónomas, que deben enviar antes del 1 de diciembre sus planes de eficiencia energética y tendrán que incorporar criterios de ahorro energético en la contratación pública.
Las administraciones locales también tienen recomendaciones diarias, como priorizar las luces LED, realizar auditorías energéticas o introducir la figura del responsable energético del edificio o departamento, una persona de referencia para el seguimiento y la coordinación de las actuaciones de ahorro. Además, el Gobierno ha dado un plazo de tres meses para revisar los edificios públicos de comunidades y ayuntamientos y determinar en cuáles se pueden instalar paneles solares.
En el plano de lo público, el plan de contingencia pone igualmente el foco sobre el alumbrado público exterior, que tendrá que ser revisado y sustituido por bombillas LED a través de un préstamo sin intereses que cubrirá hasta el 100% del coste de la instalación, reembolsable a 10 años, para lo que se destinarán 100 millones de euros.
Por el lado de las empresas, el Gobierno ya aprobó en verano un límite a la temperatura en la calefacción y el apagado de escaparates y oficinas por la noche, una medida que ya supuso una rebaja del 4,6% en el consumo de luz y del 3,4% en el gas.
Ahora, el ministerio propone a las grandes empresas que ejecuten programas de eficiencia energética para este invierno de manera voluntaria. Para las pequeñas y medianas empresas, el plan aprobado este martes incluye el llamado kit verde, una serie de préstamos avalados por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) para financiar medidas de ahorro de electricidad o desarrollo de renovables en las oficinas.
La rebaja del gas llega a las calderas comunitarias
Otro de los aspectos que tenía pendiente el Ejecutivo era permitir a las comunidades de vecinos acceder a la Tarifa de Último Recurso (TUR) del gas, que en este momento tiene un descuento de hasta el 50% frente al mercado libre.
Hasta ahora, las calderas comunitarias que consumen más de 50.000 kilovatios al año quedaban fuera del TUR porque no había forma de calcular cuánto había consumido cada vecino, pero el Gobierno ha anunciado este martes que próximamente resolverá este problema. "El objetivo es que estas comunidades no lleguen a situaciones de pobreza energética", señaló Teresa Ribera, que evitó poner fecha a la solución de esta situación, que afecta a 1,6 millones de hogares.
Sobre el consumo de gas en los hogares, el plan de contingencia también recoge la sustitución de contadores analógicos por digitales, más precisos y que pueden ser revisados sin acudir al domicilio, una instalación que no tendrán que pagar los usuarios.
El Gobierno también ha defendido en el Consejo de Ministros los buenos resultados del mecanismo ibérico, que limita el precio del gas para generar electricidad. Según los cálculos del ministerio, los españoles habrían pagado un 33% más por su factura de la luz si no se hubiera introducido esa medida, junto con la reducción del IVA y del impuesto eléctrico.
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Mientras que los consumidores vulnerables, los que se benefician del bono social eléctrico, se han ahorrado más de un 60% en el recibo. Además, este bono y el térmico, serán reforzados próximamente.
Cambios en la factura
El Gobierno también quiere resolver las dudas que suscita en la factura el mecanismo ibérico, que provoca confusión en la factura de la luz y lleva a pensar a algunos consumidores que se trata de un impuesto, en lugar de una herramienta que abarata el recibo. Por ello, cambiará en los siguientes meses la manera en que se refleja el coste y el ahorro del tope al gas.
También introducirá en la factura de la luz y el gas una comparativa entre lo que ha consumido la casa y el resto de vecinos del código postal, una manera rápida de ver si el registro se acerca a la normalidad.
El Gobierno aprobó este martes el plan de contingencia con el que espera reducir el consumo de gas entre un 5,1% y un 13,5% este invierno, en línea con el objetivo marcado por Bruselas. La horquilla es tan amplia porque se basará en recomendaciones que hace el Ejecutivo a los hogares y empresas, por lo que su éxito está condicionado en buena parte a la acogida que tengan estos consejos.