Hola, Alberto ¿estás ahí? No has dimitido, ¿no? Es que
llevo media hora desconectada de la realidad y, a lo mejor, mientras sudaba presa en la mallas de runner, has tomado una decisión vital y yo a por uvas. No has hecho tal cosa ¿verdad? Vale.
Hay qué ver cómo animaste el patio la semana pasada. Sólo el referéndum de Escocia –Salmond, por cierto, dimitió al comprobar que su propuesta no era respaldada por la mayoría. Estos excéntricos políticos extranjeros… - y la llamada al Sálvame en directo de Pedro Sánchez, “qué fuerte, qué fuerte, qué fuerte”, eclipsaron un pelín tu formidable protagonismo.
Entre tanto notición de alcance, nos tenías en vilo, pendientes del más mínimo movimiento de ceja que dejara una pista sobre tu futuro y el de las mujeres de este país. Y en la sesión de control al Gobierno del miércoles, va la diputada socialista Carmen Montón y dice:
- "¿Ha comprendido ya que no se debe legislar recortando la libertad de las mujeres?"- así, en plan “Zas en toda la reforma”.
Y tú, muy alejado del verdulerismo Montoril- que para hablar de su NO-amnistía fiscal para ricos je,je, cogió el megáfono de vender melones- te pusiste romanticón y sacaste del diafragma la voz dulce de balada, con ese tono tuyo que pretende derretir los corazones:
-"Es muy difícil saber dónde estaremos cada uno de nosotros hoy, mañana, dentro de un año, pero le aseguro una cosa… allí donde nos encontremos usted y yo, a mí me encontrará defendiendo la libertad de las mujeres y la vida de los concebidos".
Jo, qué bonito, Alberto, ni Patrick Swayze en Ghost: “Es asombroso Molly. Todo el amor que tengo dentro se queda contigo. Nos volveremos a ver. Adiós”. Casi me pongo tierna, si no fuera porque lo de “la libertad de las mujeres” me obligó a descojonarme…Muy fan de tu humor negro.
Muchos quisieron interpretar en tus palabras: “Es muy difícil saber dónde estaremos cada uno de nosotros hoy, mañana…” que insinuabas el abandono. Que si te sientes muy solo entre los tuyos, que si el Presidente y la vice no se quedaron a escuchar tu intervención, que si ni el Tato ha salido a desmentir las informaciones que aseguran que tu reforma acabará durmiendo en el cajón de las cosas inservibles, junto a la grapadora sin grapas, el boli sin tinta y las pilas sin carga, que si Arriola ha dicho que con tu ideaza no os comeréis un colín, electoralmente hablando… O sea, flota en el ambiente que estás pensándote coger el Scattergories y largarte pa' casa.
Pero yo no me lo creo Alberto, tú no eres de dimitir, ya amenazaste con irte en otras ocasiones en las que te sentiste poco mimado: en 2003, cuando Rato criticó tu subida de impuestos en Madrid; en 2004, cuando tu equipo perdió las elecciones para el comité regional; en 2008, cuando no te incluyeron en las listas de PP para el Congreso; y en 2009, cuando amagaste con pasarle el bastón de mando a la relaxing Botella en un pispás, luego nos ahorraste el trance hasta después de las generales de 2011, cuando ya tenías tu cartera de Justicia. Thanks a lot.
Visto lo visto, cuesta creer que esta vez sí vayas a marcharte. Pareces, Alberto, un espíritu inamovible como Jordi Hurtado, incluso cuando te toca presentar Saber y perder.
Además, ¿Qué harías tú fuera de la arena, Alberto, si llevas la política en vena? ¿Escribir libros de aeropuerto: “Es fácil parecer progre si sabes cómo”? ¿Poner una empresa de reformas: “Lo mismo le soterramos una M-30 que le eliminamos ese molesto derecho a decidir de las mujeres ”.
¿Ser Presidente… de tu comunidad de vecinos, para cumplir tu sueño en plan doméstico, interviniendo en las juntas con tu estilazo: “Es difícil saber dónde estaremos cada uno de nosotros, hoy, mañana… pero el problema es de la bajante” ? No sé, no te veo.
Ver másMuy fan de... Ana Botella
Te has partido la cara en defensa de la vida de la reforma que te encargó el jefe. Y ahora tendrás que apretarte los machos con casi todas las hembras en contra, los grupos provida cabreados y la Conferencia Episcopal jurando en arameo si finalmente no sale lo que prometiste. Entretanto, las elecciones a la vista, con Arriola preparando los maletines de las ofertas para que os pongáis a gritar a lo Groucho y sin pudor por los pueblos de España: “Vamos, señora, anímese, que si no le gustan mis principios tengo otros…”
Dicen que Mariano, es de esos amigos malaleche que animan a su colega en el bordillo de la piscina: - ¡No hay huevos pa' tirarse a bomba en el agua helada! ¡Venga, a la de tres saltamos: una, dos y tres!- Y luego, no solo no se tiran, sino que se parten el pecho seco y calentito viendo al otro pringao tiritando en el agua.
Estaremos pendientes para comprobar si, finalmente, Mariano te pasa algún día el testigo para sucederle o si acaba por convertirte en un sucedido.
Hola, Alberto ¿estás ahí? No has dimitido, ¿no? Es que