El 15 de octubre se conmemora el fusilamiento de Lluis Companys en 1940. Ochenta años han pasado a la espera de que la nueva Ley de Memoria anule su consejo de guerra.
Exiliado tras la Guerra Civil, fue capturado en Francia por la Gestapo a petición de la policía franquista y trasladado a España, donde fue torturado, sometido a un consejo de guerra y finalmente fusilado en el castillo de Montjuic.
Abogado, hijo de familia noble, fue nombrado President de la Generalitat el 31 de diciembre de 1933. A Companys siempre se le consideró un hombre de izquierdas y se cuestionaba su catalanismo. Pero uno de los puntos que caracterizaron a su Gobierno es que tenían una amplia base política, ya que supo gobernar con otros grupos de izquierdas.
En 1910, año en que se casó con su primera mujer, Mercè Micó, tuvo una gran actividad periodística, llegando a ser redactor jefe de la cabecera La Publicidad. También fundó los semanarios La Aurora y La Barricada. Al mismo tiempo fue abogado de sindicalistas, lo que le hizo estar siempre muy cerca del movimiento obrero.
“Desde el primer minuto de la vida de Esquerra podemos detectar algunas constantes que han llegado hasta nuestros días. Su genética diversa, esa mezcla de diferentes sensibilidades del catalanismo” asegura el historiador y periodista Manel Lucas.
El partido que presidía Companys ha tenido diversas crisis internas siempre por estas dos almas: la de izquierdas y la nacionalista.
En la Navidad del 33 el President Francesc Maciá fallecía y era nombrado nuevo President Lluis Companys. El estallido de la Guerra Civil, el 18 de julio, le cogería al frente de la Generalitat.
ERC colaboró en todo momento con los gobiernos de Manuel Azaña y llegó a tener en el gobierno central hasta siete ministros. Entre el 12 de junio y el 12 de septiembre de 1933, Lluis Companys fue Ministro de la Marina en el Gobierno español.
Su primera ley como President, tuvo un importante carácter socioeconómico y fue aprobada por el Parlament de Catalunya, por unanimidad. Se trataba de la Ley de Contratos de Cultivos, cuya finalidad era proteger a los campesinos arrendatarios, pero dicha ley no llegó a aplicarse porque fue anulada por el Tribunal de Garantías Constitucionales y la negociación posterior entre los gobiernos español y catalán se vio interrumpida por la Revolución de octubre del 34.
En febrero de 1939, ante el inminente control de toda Cataluña por las tropas de Franco, Companys cruzó los Pirineos marchando al exilio en Francia. Llegó a París, pero en la capital francesa las autoridades le rechazaron por su radicalismo y por agitar a las masas de refugiados. Abandonó la ciudad en junio de 1939.
Ocupada una parte de Francia por los nazis, estos recibieron del nuevo Gobierno de Franco una lista con 800 nombres para su detención y entrega a las autoridades del régimen. Entre ellos figuraba Companys, que fue detenido por la Gestapo en Bretaña el 13 de agosto y entregado el 29 de agosto.
Tras pasar por la Dirección General de Seguridad de Madrid fue enviado a la prisión del Castillo de Montjuic donde fue juzgado en un consejo de guerra y condenado por "adhesión a la rebelión militar". El 15 de octubre fue fusilado al amanecer.
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La nueva ley de Memoría Histórica que se comenzará a debatir próximamente en el Congreso de los diputados, anulará la sentencia que llevó al paredón a Lluis Companys. Bienvenida sea.
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Mercè Rivas Torres es editora de Catarata.
El 15 de octubre se conmemora el fusilamiento de Lluis Companys en 1940. Ochenta años han pasado a la espera de que la nueva Ley de Memoria anule su consejo de guerra.