La bendición de Dios para todos vosotros.
Organizad una cena para celebrar el fin de la pesadilla de nuestra existencia.
No olvidéis el Ketchup que emula nuestra sangre derramada, el picante de nuestra impotencia, el zumo de nuestras lágrimas ni el desgarro de nuestros gritos pidiendo socorro.
Esta es mi última misiva. Te agradecería si la publicas.
Si desaparecemos, pasad página para siempre, borrad el mapa de Palestina de vuestra memoria. No vais a necesitar estos malos recuerdos que torturan vuestra conciencia. Informad a vuestros amigos que, una vez, hubo esperanza y que se desvaneció gracias a vuestro silencio cómplice.
Seguid con vuestra vida, como si jamás hubiéramos existido, jugad, bebed, comed, pasead, celebrad vuestras fiestas, maquillaos, cantad, bailad y haced todo lo que os plazca.
Pero no os miréis en el espejo para evitar ver nuestra sangre reflejada sobre vuestros rostros, escuchar nuestros gritos en vuestros gestos, nuestros llamamientos, nuestros gemidos de dolor, el humo y fuego que nos envuelve dibujarán el mapa de Palestina en vuestros pechos.
No os miréis en el espejo para evitar ver nuestra sangre reflejada sobre vuestros rostros
Cuando ya no estemos, quemad los libros de historia, no informéis a vuestros hijos y nietos de que existió un pueblo que resistió durante 75 años, antes de que la esperanza se desvaneciera.
Cuando ya no estemos romped los libros de geografía, no digáis a vuestros descendientes que tuvisteis vecinos árabes y musulmanes que os querían a rabiar, recordad el dicho "hay amores que matan". No les digáis que las fronteras las impuso el enemigo y os encargó guardarlas. Estas mismas líneas fronterizas se han convertido en guillotinas que decapitaron a vuestros vecinos, la espada que se clavó en sus espaldas o la fosa en la que enterraron sus cadáveres.
Cuidado con contar a vuestros hijos la verdades, que mientras vuestros hermanos eran masacrados vosotros estabais ocupados con vuestros grandes logros: el más grande plato de "Mtabal", la olla más grande de Magluba, el más sabroso "Mansaf" con carne de cordero, el plato más lujoso de "kushari".
Evitad siempre que vuestras pantallas de televisión muestren los sollozos, los llantos, las masacres que pueden herir la sensibilidad o fomentar la curiosidad de vuestros hijos y les lleven a preguntar quiénes son estas gentes. Una pregunta que no querréis responder .
Organizad y celebrad la última cena, y no olvidéis la salsa de tomate para simular nuestra sangre derramada, ni las guindillas de nuestra impotencia, ni el zumo de nuestras lágrimas.
Ya no tenéis que preocuparos más por vuestros hermanos palestinos.
________________________
Firmado: Amal Abu Assi, palestina desde Gaza. Traducción de Jalil Sadaka. Facilitada por Teresa Aranguren.
La bendición de Dios para todos vosotros.