"La política es... ¿un tema político?"

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David Acosta Arrés

Hace ya 20 años, estaba yo nervioso porque un ibense jovenzuelo, algo mayor para la época, se convertía en el primer chico de mi familia que iba a la universidad. Viajaría a Granada, "tierra soñada por mí", para estudiar Ciencias Políticas.

¿"Eso" para qué te sirve en la vida? Típica pregunta que se cruzaría en mi camino desde entonces y que por desgracia nos persigue a la mayoría de compañeros y compañeras que no tienen una dedicación exclusiva dentro del mundo académico, electoral, institucional y/o mediático.

Sin embargo, estoy seguro de que todos los que estudiamos algo relacionado con el análisis del comportamiento humano aún tenemos la capacidad, cosa que en muchas ocasiones nos separa del típico contertulio de parte, para desentrañar los mensajes e intenciones de los diferentes actores políticos sin caer en dogmatismos ideológicos.

Pues miren... Más allá de las luchas internas que tiene nuestro sector en España respecto a las ventajas y desventajas de un mercado laboral repleto de prejuicios sociales e intrusismo profesional institucionalizado (en comparación con otros países de nuestro alrededor), nuestra formación ayuda a desenredar el lenguaje de nuestros políticos, de nuestros representantes públicos, o de cualquier persona de la calle. Especialmente nos ayuda a separar la paja del trigo respecto a qué expresiones están bien o mal utilizadas cuando hablamos de política.

Recuerdo ese primer curso en la facultad como una revolución académica, vital y personal que impactó de tal forma en ese hijo de albañil que algunas clases se quedarían tatuadas en mi memoria. En una de ellas, creo que fue la segunda sesión después de que nos aclarasen qué era eso de las gafas del científico social, nos hablaron del término "Política". Su intrínseca relación con todo el comportamiento del ser humano más allá de su organización social, institucional y/o gubernamental. El ser humano es el ser político por naturaleza. El ser social. Todas nuestras decisiones están relacionadas con el término política más allá de las puramente biológicas.

¿Para qué este tan largo preludio? Pues.... Nos hemos acostumbrado a repetir sin pesteañear cuestiones virales que no son correctas, que hay que contextualizar de una forma muy pedagógica para poder validar argumentalmente lo que para muchos son solo opiniones. Como cuando decimos que somos "apolíticos", estamos muy equivocados. El ser humano no es apolítico. Es el animal político por naturaleza, el más sociable, el más comunicativo y menos arraigado a sus instintos irracionales.

Somos capaces de organizarnos de tal forma, de relacionar conceptos de estructura social a tal nivel, que incluso culturalmente hemos construido a lo largo de la historia niveles morales de organización social donde se establece quién estaría más o menos capacitado para representar el poder por sí mismo. Un sistema de mérito y capacidad, de validación colectiva inconsciente que por desgracia siempre ha creado una determinista segmentación elitista de toda nuestra sociedad.

Cuando decimos que somos "apolíticos", estamos muy equivocados. El ser humano no es apolítico. Es el animal político por naturaleza, el más sociable, el más comunicativo y menos arraigado a sus instintos irracionales

En las sociedades medievales, por ejemplo, el siervo, el plebeyo no tenía derechos porque su vida, su existencia, estaba ligada a la propiedad de alguien. Así pues no podía pensar o hablar sobre cuestiones relacionadas con el ascenso social (por ejemplo), con la equidad y menos alzar la mano sobre cuestiones que atañasen a los poderes públicos y a sus derechos individuales.

¿Quién tenía la legitimidad, la preparación, la capacidad para ser, estar y organizar los asuntos que se relacionaban con la gestión del poder público y privado?

Todo lo establecía la eterna pirámide social medieval. El campesino miraba desde lo más bajo de la estructura social, desde la lejanía de lo humilde (como si no fuera con él) como los nobles, los señores y los reyes se peleaban por un pedazo de tierra decidiendo el futuro de todos los reinos. Las cuestiones relacionadas con el poder, con "la política", no tenían relación con su labor dentro de la sociedad. No se opinaba porque desde un punto de vista social no tenían legitimidad para hacerlo.

Y entonces llegó la democracia. El pacto social a favor de los derechos de toda la ciudadanía, de todo ser humano, que comenzaba con la libertad de pensamiento e igualdad de oportunidades públicas y privadas.

Sin embargo, los padres de los sistemas democráticos no tuvieron en cuenta la realidad histórica compartida que relaciona directamente hoy las declaraciones de Kylian Mbappé ante la convocatoria electoral en Francia, alertando de los peligros que representa la extrema derecha respecto al presente y futuro de la diversidad, igualdad y los derechos democráticos adquiridos durante las últimas décadas, y las tímidas declaraciones del portero de la selección española de fútbol, Unai Simón: "Es un tema político, tenemos la tendencia de opinar demasiado de ciertos temas cuando no sé si deberámos opinar o no".

Mientras uno anima a la participación política más simple (el voto) aprovechando su capacidad de influencia, otro no sabe si puede opinar porque le parece un tema tabú. La cultura histórica revolucionaria francesa frente el prejuicio medieval sobre la cosa pública, la política, que se tiene por ejemplo en España.

No todo el mundo puede hablar de política. Está mal visto tanto por aquellos que tienen el poder institucional y/o económico como por aquellos, especialmente, que no lo tienen. No hables de esto en redes, te puede pejudicar laboralmente, etc... Los políticos no hacen nada, son todos unos corruptos. No te metas en temas políticos porque o no estás preparado o tienes que tener el favor de alguien para hacerlo.

La forma de pensar del jugador del Athletic de Bilbao no es exclusivamente suya. Es compartida por todos ya que la política como tal se ha instaurado en el "boom" de la exclusividad, como venía siendo habitual desde tiempos pretéritos. Miren, hoy el poder de las clasificaciones e influencia dentro de la capacidad que solo tienen unos privilegiados de liderar o representar un simbolo, colectivo o estructura de poder. Lo importante es tener influencia. La capacidad para ser poderoso. Ellos son los que tienen el poder de la palabra. Ellos son los que representan verdaderamente el poder. Ellos son los que pueden hablar de la cosa pública.

Así se explican los múltiples y variados prejuicios sobre no solo el término "Política" , sino el auge de la desafección cada vez más grande hacia el mundo de la política institucional y la desconfianza del pueblo hacia sus representantes públicos electos, institucionales y eventuales. Nunca se han identificado con ellos porque pertenecen culturalmente a otra clase social.

Es un tema político. ¡Cuidado con lo que dices! Ya que desde un punto de vista histórico-cultural es un tema privado que controlan unos pocos. No es del público en general. Así es como quieren que lo veas... Así se controla a la masa. No hables de política. Está mal. La política es algo censitario, no universal.

¿Para qué sirve eso de la Ciencia Política? Entre muchas otras cuestiones electorales e institucionales que analizar, gestionar, evaluar y mejorar desde un punto de vista crítico, sirve para reconocer este tipo de costumbres, mensajes o discursos que nos describen a los seres humanos como una sociedad de individuos políticos por naturaleza.

La política y sus cosas...

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David Acosta Arrés es politólogo.

Hace ya 20 años, estaba yo nervioso porque un ibense jovenzuelo, algo mayor para la época, se convertía en el primer chico de mi familia que iba a la universidad. Viajaría a Granada, "tierra soñada por mí", para estudiar Ciencias Políticas.

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