Un contrato firmado por Gustavo de Arístegui en julio de 2009 con un comisionista al que fichó como agente colaborador desvela que el entonces portavoz de Exteriores del PP en el Congreso se comprometió por escrito a "valerse de sus contactos y socios" en países extranjeros para favorecer a las empresas que quisieran hacerse con proyectos en esos destinos.
Suscrito también por Pedro Gómez de la Serna, que entonces no ocupaba ningún cargo público, el contrato ya preveía la posibilidad de que ambos cobrasen de esas empresas "una iguala fija mensual".
Embajador español en la India hasta que el escándalo de sus cobros le forzó a dimitir en diciembre, Arístegui ha seguido desde entonces una línea de defensa que cabría resumir así: el Congreso le había concedido la compatibilidad para ejercer tareas de asesoramiento a través de su empresa Karistia SL, en cuyo objeto social consta -eso ha remachado Arístegui- la apertura de mercados en países extranjeros. Y abandonó esa actividad privada -asegura- cuando en marzo de 2012 fue nombrado embajador en la India.
Pero, pese a su versión, la literalidad del contrato al que ha accedido infoLibre desvela que, lejos de abstenerse de favorecer negocios en países con los que pudiera tener relación por su carrera diplomática o por su portavocía en la comisión de Exteriores del Congreso, Arístegui planeaba todo lo contrario. Había decidido utilizar todas sus influencias públicas para nutrir sus cuentas privadas mientras seguía ocupando un escaño de gran peso en la Cámara Baja.
"El principal -dice el contrato en referencia a Arístegui y De la Serna- gestionará la organización de viajes y visitas de las empresas que le sean presentadas por el agente a los países en los que aquellas pretendan acometer los proyectos identificados por el principal. A tal efecto, el principal se valdrá de sus contactos y socios en los países de destino".
Ver másArístegui ocultó al Congreso que había creado la empresa por la que ahora le investiga la Audiencia Nacional
Dos párrafos más abajo, y tras precisar que Arístegui y De la Serna acompañarían a las empresas en los viajes a esos países, el hoy defenestrado embajador y su entonces compañero de partido adquirían otro compromiso concreto: "Promocionar ante sus socios [los de Arístegui y De la Serna] y contactos en sus países de actuación tanto a las empresas presentadas por el agente y con las que el principal llegue a acuerdos de colaboración".
La investigación abierta en la Audiencia Nacional ha desvelado que, presuntamente, Arístegui y De la Serna sobornaron en Argelia al diputado que en 2014 dirigió la campaña del presidente del país, Abdelaziz Bouteflika. Argelia ocupaba un lugar prioritario en el mapa del enriquecimiento privado de Arístegui, que había carrera en la diplomacia con varios destinos en países del Norte de África.
En mayo, cuando las investigaciones ya habían dejado al descubierto algunos de sus manejos privados, Arístegui se negó a declarar ante el juez José de la Mata, que investiga si cometió delitos de corrupción en las transacciones económicas internacionales, cohecho, blanqueo de capitales y pertenencia a organización o grupo criminal.
Un contrato firmado por Gustavo de Arístegui en julio de 2009 con un comisionista al que fichó como agente colaborador desvela que el entonces portavoz de Exteriores del PP en el Congreso se comprometió por escrito a "valerse de sus contactos y socios" en países extranjeros para favorecer a las empresas que quisieran hacerse con proyectos en esos destinos.