Era lo que vaticinaban la mayoría de las encuestas y, con los votos de este domingo ya escrutados, parece que se mantiene la percepción general de que Ciudadanos es una fuerza clave para la gobernabilidad en el nuevo mapa autonómico y local que dibujaron las urnas este 24-M. Sin embargo, el análisis del resultado conseguido por el partido de Albert Rivera desmiente esta impresión.
La formación, que aspiraba a entrar en los trece parlamentos que se renovaban este domingo, se quedó finalmente fuera de los de Canarias, Castilla-La Mancha y Navarra. Pero lo que hagan sus diputados electos sí será clave a la hora de facilitar la investidura en cuatro de los diez en los que obtuvo sí representación. Es el caso de Castilla y León, La Rioja, Madrid y Murcia. Y puede serlo, además, en un quinto, Cantabria. En todos los casos el PP fue la lista más votada.
Sin embargo, su capacidad de decidir gobiernos municipales es prácticamente nula. Es cierto que, matemáticamente, C's podría formar mayorías alternativas en una treintena de grandes ciudades para desbancar a la lista más votada. Entre ellas destacan Alicante, Badajoz, Burgos, Cáceres, Castellón, Cuenca, Granada, Guadalajara, Jaén, León, Logroño, Mataró, Murcia, Palencia, Pontevedra, Salamanca, Santander, Segovia o Tarragona. Pero cuando se analiza la composición de esas corporaciones, se extrae una conclusión: esas mayorías alternativas exigirían a C's llegar a acuerdos tripartitos o cuatripartitos, que en la mayoría de los casos tendrían que incluir además a Izquierda Unida, a las plataformas municipales apoyadas por Podemos o a fuerzas nacionalistas.
El coordinador del Comité de Acuerdos Poselectorales, José María Espejo-Saavedra admite, en declaraciones a infoLibre, que los tripartitos "no parecen muy interesantes para garantizar la estabilidad". Y aunque el propio dirigente asegura que en C's están dispuestos a hablar con todos aquellos partidos que acepten los 9 puntos básicos que se han marcado para iniciar cualquier negociación, la realidad es que parece impensable que C's llegue a acuerdos con fuerzas como IU o Podemos.
Espejo-Saavedra asegura que aún no han analizado los posibles pactos municipales. Sin embargo, los números dejan claro que el poder de influencia de Ciudadanos en los ayuntamientos es mínimo. Ello también se explica por la diferente forma de elegir los gobiernos en autonomías y municipios. Mientras en los Parlamentos autonómicos se exige una mayoría simple para ser investido presidente, en las corporaciones municipales establece que si ningún candidato obtiene una mayoría absoluta pasa a ser alcalde el número uno de la lista más votada.
Las autonomías
En el plano autonómico la casuística varía en los diferentes territorios. En Madrid, Cristina Cifuentes necesita el voto a favor de Ciudadanos para ser investida presidenta toda vez que PSOE y Podemos ya han dejado claro que no lo harán. Si la formación de Rivera se abstuviera (o, lógicamente, votara en contra), el PP se quedaría sin la Comunidad de Madrid. No habría bloqueo institucional porque –al contrario de lo que ocurre en Andalucía– sí podría forjarse otra mayoría alternativa con los 37 escaños del PSOE y los 27 de Podemos.
El caso de Castilla y León, La Rioja y Murcia es similar al andaluz. Como no hay una mayoría alternativa al PP, que es la lista más votada en los tres casos, los conservadores necesitan la abstención de Ciudadanos en la sesión de investidura aunque no requieren su voto a favor. Si Ciudadanos finalmente decidiera votar en contra en estas autonomías los parlamentos tendrían que ser disueltos y se convocarían nuevos comicios.
Una situación diferente se da en Cantabria. El PP dispone de 13 escaños de una Cámara de 35, a cinco de la mayoría absoluta, por los 12 del PRC de Miguel Ángel Revilla, los 5 del PSOE, los 3 de Podemos y los 2 de Ciudadanos. Para hacerse con el Gobierno el PRC necesita, además de los votos a favor del PSOE que se dan por supuestos porque han gobernado juntos dos legislaturas, la abstención de Podemos o de Ciudadanos.
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La clave de los pactos
Pero para llegar a estos acuerdos primero habrá que negociar. Este martes, el partido fijó su posición de cara a las diferentes sesiones de investidura. Según detalla a este periódico Espejo-Saavedra, su posición de partida será el 'no' en todos los casos y para sentarse a negociar –el 'sí' y también la abstención– exigirán a los partidos que suscriban un compromiso de nueve puntos entre los que se incluye que los candidatos se elijan por primarias o separar de inmediato a cualquier cargo público imputado hasta la resolución judicial del caso. De todas las negociaciones están excluidos también los partidos que "quiere dividir" España y "dinamitar la convivencia entre ciudadanos españoles", según se recoge en el documento hecho público este martes.
A partir de ahí –explica Espejo-Saavedra– “se podrán iniciar las negociaciones en materia de transparencia, reactivación económica y cohesión social”. Y ahí es cuando podrán abrirse escenarios diferentes para las distintas autonomías en las que es llave de Gobierno. Las negociaciones serán analizadas por el Comité de Acuerdos Poselectorales, al que los cargos electos tendrán que llevar sus propuestas y que es el encargado de "analizar y aprobar posibles pactos y auditar su cumplimiento". La última palabra la tendrá, no obstante, el Comité Ejecutivo. Si se da el caso de que algún cargo se salte la orden de este último órgano será expulsado del partido.
Era lo que vaticinaban la mayoría de las encuestas y, con los votos de este domingo ya escrutados, parece que se mantiene la percepción general de que Ciudadanos es una fuerza clave para la gobernabilidad en el nuevo mapa autonómico y local que dibujaron las urnas este 24-M. Sin embargo, el análisis del resultado conseguido por el partido de Albert Rivera desmiente esta impresión.