El futuro del PSC
Carmen Andrés, la concejala de barrio que quiere devolver Barcelona al PSC
No entraba en los pronósticos, aunque había quien advertía, dentro del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), de que era mejor no perderla de vista. Que estaba bien organizada, que su telaraña de activistas era tupida, que no se la podía subestimar. Y así fue. Carmen Andrés, la candidata más desconocida y menos mediática, pasó el primer corte de las elecciones primarias del partido en Barcelona, colándose en la segunda plaza, tras el favorito y hombre del aparato, Jaume Collboni. Él logró 2.539 votos (34,02%) de los 7.643 que participaron; ella, 1.702, un 22,81%. Fuera de la carrera se quedaron las tres voces más críticas con la dirección: el jefe del Grupo Municipal Socialista y con un discurso claramente independentista, Jordi Martí (1.515 sufragios, 20,30%); la exdiputada Laia Bonet (1.102, 17,77%) y la parlamentaria Rocío Martínez-Sampere (589, 7,89%).
La cúpula se quitó una losa de encima. Sin embargo, pese a que los dos finalistas respaldan las tesis de la dirección, ofrecen perfiles diferentes. Collboni (Barcelona, 1969) exhibe trayectoria sindical y temprano activismo estudiantil y político, y aunque ha intentado desprenderse por todos los medios de la etiqueta de aspirante oficial, su vinculación con el aparato es clara, puesto que ejerció las labores de portavoz del partido hasta que se presentó a la carrera por la alcaldía de la capital catalana. Eso sí, suyo fue el primer golpe de efecto de la campaña al dejar su escaño en el Parlament para demostrar su desapego a los cargos.
Andrés ha jugado la partida presentándose como la candidata de las bases, de "abajo arriba", de la gente de a pie. De la política micromicro, cercana a los ciudadanos y alejada de los salones en los que se despacha el poder. "Yo no he formado parte de la dirección del PSC nunca, que no es ni bueno ni malo, pero es un hecho", dice. Cierto, no está en el aparato de Navarro, aunque sí forma parte de la ejecutiva de la federación del PSC en Barcelona como secretaria de Política Municipal. Tampoco es una recién llegada a la política. Andrés (Calanda, Teruel, 1964), hija de una familia humilde de agricultores y panaderos, se trasladó a la ciudad con seis años. Licenciada en Derecho, se incorporó con 25 años a la función pública, especializada en la gestión de personal y recursos humanos en diferentes áreas de la Generalitat. En 1999 se afilió al PSC, en la agrupación de Nou Barris, un distrito populoso (170.000 habitantes) y obrero de Barcelona, bastión clásico de los socialistas en todas las elecciones, incluso en las de 2011, en las que perdió el poder después de 32 años ininterrumpidos en el Gobierno municipal.
Entrada en política de la mano de Hereu
Fue el último alcalde del PSC, Jordi Hereu, quien lanzó su carrera política y la eligió como concejala-presidenta de Nou Barris. Tras la derrota, mantuvo su escaño como edil en Barcelona y como presidenta del Consell Municipal de su distrito. Y es allí, en Nou Barris, donde Andrés se ha hecho fuerte, donde ha puesto en práctica esa "política de proximidad" que ahora quiere extender al resto de la ciudad. "La política municipal se ha de hacer en la calle, dialogando con los vecinos", añade, en conversación telefónica con infoLibre. "Ella no habla de los problemas en abstracto. Carmen está a pie de calle, se conoce el problema de un vecino porque lo ha vivido", asegura una activista que la conoce bien pero que prefiere mantenerse en el anonimato. Otro miembro de su equipo remarca el trabajo de "fidelización del voto", de ir puerta a puerta, y no tanto en las redes sociales.
Los dos finalistas, que se batirán en la segunda vuelta de las primarias el próximo sábado, 5 de abril, encarnan el discurso de la socialdemocracia clásica. De la recuperación del hilo rojo del PSC. La Barcelona de "los derechos y las oportunidades", enfatiza Collboni. "La capital del bienestar", anhela Andrés. "Defiendo un modelo económico basado en la diversificación y muy volcado en el beneficio social, en los efectos de la crisis, el paro y la precarización laboral, en un urbanismo al servicio de las personas", argumenta. La candidata aboga por un claro "giro a la izquierda" como seña de identidad. La vuelta a los valores de siempre. Por eso, por esa obsesión por la pequeña política, ha rehuido los debates sobre la consulta o las críticas a la dirección de Navarro –"Esto no es un plebiscito ni un congreso del partido"–, en las que se centraban otros aspirantes y, en particular, Jordi Martí, que apostó fuerte por la baza independentista. Ella misma ha criticado a Martí por su laxa oposición al alcalde convergente, Xavier Trias, y por su posición sobre la consulta. "Queriendo ampliar el espectro electoral, nos hemos diluido. El PSC, por querer ganar la centralidad, ha perdido su base de izquierdas. Y ahora se ha visto que la propuesta independentista no interesa tanto como podría parecer", subraya. Andrés se declara federalista.
Carmen Andrés sabe que su fuerte es su lenguaje "sencillo", campechano. Sabe a quién se dirige: a los barceloneses que lo están pasando mal, a las familias de extracción humilde o a los inmigrantes. Es la gente de Nou Barris, la que le ha dado la confianza. Su granero de votos. Igual que lo fue Ciutat Vella para Collboni. No por casualidad, de los cinco candidatos, su web es la única que está escrita en catalán y castellanoescrita en catalán y castellano. Dice que por "respeto" a los ciudadanos, pero también porque entre sus interlocutores, sus votantes, hay catalanes procedentes de la emigración.
El 62,87% de sus votos, en su distrito
Pero esa fortaleza es, para otros, una flaqueza. Y señalan que Andrés obtuvo, en las cuatro mesas instaladas en Nou Barris, el sábado pasado, 1.070 votoscuatro mesas, el 62,87% de todos sus sufragios. "¿Cómo va a ser alcaldesa de Barcelona alguien que no tiene votos fuera de su distrito? Jaume tiene un perfil más completo. Ella se ha trabajado muy bien su barrio, pero no es tan transversal", asegura un responsable de la federación próximo a Collboni. Andrés no lo considera un demérito. "Otros candidatos, en otras épocas, eran puestos a dedo, sin saber si tenían o no raíces. No sé por qué esto va a suponer algo negativo", sentencia la aspirante.
Tras la primera vuelta, circuló la idea de que podía haber un pacto entre Collboni y Andrés. Ambos lo descartaron públicamente ayer lunes en la Ser, en su primer cara a cara. Sí hablaron el domingo, intercambiaron "impresiones". Pero nada más. "Quiero luchar por este proyecto hasta el final", afirma.
Está por ver qué ocurrirá en esta recta final hasta la elección del sábado. Y si los tres contrincantes perdedores se realinearán. Pero no parece probable que lo hagan público. En el equipo de Andrés no descartan que le beneficie el voto "anti-dirección", el voto de castigo a Navarro. Pero en la federación barcelonesa lo dudan. Los dos rivales se sienten ganadores. Lo dirán los ciudadanos el sábado, en una nueva jornada en la que planea como amenaza la baja participación, igual que sucedió en la primera ronda.