Del 4,89 al 3,68. Esa es la calificación actual que merece para los españoles la monarquía.
Antes del estallido del caso Nóos, en octubre de 2011, la institución cosechaba su primer suspenso, el citado 4,89. A partir de ese momento, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) dejó de preguntar. Imposible saber cuánto había acusado la Corona el desgaste de la imputación de Iñaki Urdangarin. O cuánto le restó la cacería de elefantes en Botsuana. O cuánto supusieron las sucesivas remesas de correos de Diego Torres al juez, en los que pretendía señalar el conocimiento de Juan Carlos I de los manejos de su yerno.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, achacó el largo silencio a "criterios técnicos", pero prometió que se volvería a inquirir sobre este asunto "con normalidad". Ahora, en el último barómetro del CIS, correspondiente a abril de 2013, la pregunta ha vuelto. El sondeo, conocido hoy, confirma que es así, que la Jefatura del Estado ha sufrido un terrible deterioro. Su nota baja hasta el 3,68. O sea, 1,21 puntos menos. Un suspenso ya muy bajo. Dato que llama más la atención si cabe si se compara con las buenas calificaciones que obtenía la institución hace dos décadas: un 7,46 en 1994. Desde este último año, la caída de valoración ha sido constante, pero el impacto del caso Nóos no ha hecho sino profundizar las heridas.
El barómetro del CIS se realizó a partir de 2.482 entrevistas entre los pasados 1 y 8 de abril. Es decir, justo coincidiendo con la imputación de la infanta Cristina por el caso Nóos, que el juez José Castro hizo pública el día 3. El señalamiento de la menor de las hijas de los reyes generó un intenso debate público del que no escaparon los partidos políticos y que luego tuvo cierta traducción en la manifestación del 14 de abril, más multitudinaria que otros años. El sondeo también se hizo cuando El Mundo ya había publicado la herencia suiza que el conde de Barcelona, Juan de Borbón, dejó a sus hijos.
La preocupación por la monarquía se refleja en otra parte del estudio: cuando a los ciudadanos se les pregunta qué les inquieta y ellos contestan espontáneamente. Un 0,9% de los españoles mentó la situación de la Corona. Hecho también insólito.
Los mejor valorados, Guardia Civil, Policía y Ejército
Las tres instituciones más valoradas por los ciudadanos, y que superan ampliamente el aprobado, son las encargadas de velar por la seguridad y la defensa. Así, la primera de la tabla es la Guardia Civil (5,71), seguida de la Policía (5,65) y el Ejército (5,21). Con el 4,79, los medios de comunicación, un dato llamativo habida cuenta del poco crédito que suscitaba habitualmente la prensa. El siguiente en el ránking es el Defensor del Pueblo (3,94), hoy ocupado por Soledad Becerril. La monarquía queda justo detrás, como la sexta institución del listado, cuando en octubre de 2011 era la tercera.
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Por debajo de la Jefatura del Estado, aunque muy cerca de ella, se colocan la Iglesia católica (3,56), el Consejo General del Poder Judicial (3,52) y el Tribunal Constitucional (3,51). Les sigue la valoración del Gobierno regional (3,09) y del Parlamento autonómico (2,96). Y, mucho peor, Congreso y Senado (2,53) y el Gobierno central (2,42). Empresarios (2,87) y sindicatos (2,45) tampoco quedan bien parados. Los últimos de la tabla son los partidos políticos, cuya nota se desploma hasta el 1,83 (2,76 en octubre de 2011).
En cuanto a las preocupaciones de los españoles, el paro sigue liderando el estadillo –y ya van cinco años–, con un 80,7%, algo menos de un punto si se compara con el barómetro de marzo. En segundo lugar, la corrupción y el fraude. El 39,3% señala esta inquietud, pero la desazón ha remitido respecto al mes anterior (44,5%). En tercer y cuarto puesto, los problemas de índole económica (35,5%) y los políticos (29,4%). Mucho más atrás, la sanidad (7,9%), los desahucios (5,7%) y los bancos (5,4%).
Del 4,89 al 3,68. Esa es la calificación actual que merece para los españoles la monarquía.