Este jueves, el Congreso decidió seguir adelante con la derogación de la prisión permanente revisable con los votos en contra del PP y también de Ciudadanos, que en las últimas semanas ha variado sensiblemente su posición con respecto a la máxima pena que contempla el Código Penal español. Hace medio año, el partido naranja aseguraba que la prisión permanente revisable "es demagoga hasta en su denominación", la tachaba de "inhumana" e "imprecisa" y sostenía que no servía para aumentar la seguridad de la sociedad. Pero este jueves, Ciudadanos se limitó a pedir esperar a que el Tribunal Constitucional decida sobre la medida –hay un recurso interpuesto contra ella–, y planteó que "lo sensato no es derogarla" en "caliente".
El debate de este jueves en la Cámara baja fue de alta tensión, en un momento en el que la prisión permanente revisable se encuentra de máxima actualidad tras la detención de la supuesta asesina del pequeño Gabriel Cruz. El Congreso debatía dos enmiendas a la totalidad presentadas por PP y Ciudadanos para intentar paralizar la derogación de la polémica pena, aprobada en 2015 por la mayoría absoluta con la que contaba entonces el PP y que desde el primer minuto fue muy controvertida. Finalmente, la unión de los votos de PSOE, Unidos Podemos, ERC, PDeCAT, Compromís, PNV y EH Bildu ha desestimado estas enmiendas a la totalidad, por lo que la derogación seguirá su tramitación en el Congreso.
La postura del PP siempre ha sido la misma: aprobó en solitario el castigo en 2015 y defiende no solo mantenerlo, sino incrementar el número de supuestos en el que se puede aplicar. Pero Ciudadanos sí que ha cambiado radicalmente su posición con respecto a la prisión permanente revisable. Y es que, en los tres debates que –hasta el de este jueves– había albergado la Cámara baja desde el inicio de la legislatura sobre este asunto, el partido naranja se había mostrado favorable a la derogación de la pena y no había ahorrado en críticas hacia la "demagogia punitiva" del PP, la posible inconstitucionalidad de la norma, su incapacidad para prevenir los crímenes y, en definitiva, la posibilidad de que la prisión permanente sea realmente una "cadena perpetua" encubierta.
Pero este jueves, la formación bajó el tono y, de hecho, cambió hasta de portavoz para defender su posición: la diputada Patricia Reyes, encargada habitualmente de criticar la pena, fue sustituida por el portavoz parlamentario Juan Carlos Girauta. En su intervención, Girauta reclamó –sin éxito– al PSOE que se abstuviese en la votación a la espera de que el Tribunal Constitucional decida sobre la prisión permanente revisable y defendió que "lo sensato no es derogarla", sino que sea el tribunal el que "marque el campo de juego".
"Nosotros presentamos esta enmienda a la totalidad [...] por un par de razones: primera, porque mantiene la prisión permanente revisable en tanto no se pronuncie el Tribunal Constitucional, evitando la derogación en caliente; segunda, porque creemos que ha llegado el momento, una vez suscitado el debate, de reforzar el principio de cumplimiento íntegro y efectivo de las penas", expuso Girauta. Para el portavoz de Ciudadanos, hay que tener en cuenta a la hora de condenar el "principio loable" de la reinserción, pero también que las penas "tienen otros fines, como el de proteger a la sociedad".
El partido naranja, además, criticó que "la laxitud en la concesión del tercer grado en algunos casos sí que es visible, lamentablemente, en forma de reincidencias en conductas especialmente execrables". Por ello, la enmienda a la totalidad de Ciudadanos planteaba restringir el acceso al tercer grado a las personas condenadas a prisión permanente revisable por delitos de especial gravedad hasta que hayan cumplido al menos 20 años de prisión efectiva.
"Demagoga", inconstitucional y "durísima"
El discurso de Girauta fue muy diferente al que defendió Patricia Reyes el 10 de octubre de 2017, cuando el Congreso aprobó iniciar la tramitación de la derogación de la prisión permanente revisable. Entonces, ante el pleno del Congreso, la diputada calificó la prisión permanente revisable de "demagoga hasta en su denominación" , y denunció que "la llamaron así para que sonara más amable, pero todos sabemos muy bien que en realidad estamos frente a la cadena perpetua".
Durante su intervención, Reyes desgranó varios de los argumentos utilizados con mayor frecuencia para criticar la prisión permanente revisable. Para empezar, que entra "en contradicción con los valores que inspiran" la Constitución, ya que a su juicio va en contra del principio de reinserción que establece la Carta Magna y también es contrario a la prohibición de las penas inhumanas o degradantes. "Como dice el catedrático y letrado del Tribunal Constitucional, el profesor Lascuraín, si la pena es permanente es inhumana y si es revisable es imprecisa. Por tanto, [la pena va] en contra del principio de humanidad, implícito en la reinserción social, y en contra también de los principios de seguridad jurídica y de legalidad", afirmó Reyes.
Asimismo, Ciudadanos criticaba entonces que el PP comparase la prisión permanente revisable con penas similares aplicadas en Europa, ya que la versión española es más severa que las de la mayor parte de la UE. "Ustedes siempre justifican esta medida alegando que muchos países europeos la incluyen en su legislación y citan algunos como Austria, Bélgica, Italia o Alemania. Y sí, son países que la tienen y la llaman cadena perpetua, abiertamente, sin tapujos", criticaba Reyes, que sin embargo denunciaba que "en dichos países esta pena es mucho más beneficiosa para el penado que en España, porque en España la prisión se podría revisar con unas condiciones durísimas transcurridos 25 o 35 años de cumplimiento, mientras que en el resto de países [...] se podrá suspender mucho antes, a partir de los 15 años".
Hace apenas seis meses, el partido naranja también cargaba contra el PP porque, aseguraban, aprovechaba la alarma social para imponer su agenda legislativa. "Ustedes bien sabían que esto no era necesario. Ya se habían hecho varias reformas para el cumplimiento íntegro de las penas, que prevén 40 años de cumplimiento sin posibilidad de revisión para los delitos muy graves. Ustedes bien lo sabían, pero claro, estaban en campaña electoral", echó en cara Reyes a la bancada del PP. Ciudadanos pedía entonces no "trasladar la falsa creencia" de que endurecer las penas "se va a traducir siempre en una mayor protección y seguridad para la sociedad". "La seguridad no depende exclusivamente de la severidad de las penas que amenazan a ciertas conductas", lamentaba Reyes en octubre.
En 2016, también en contra
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La posición contraria de Ciudadanos a la prisión permanente revisable, no obstante, viene de lejos. Y el partido naranja ya dejó clara su oposición el 4 de octubre de 2016, cuando en el pleno del Congreso se debatió una proposición no de ley presentada por el PNV para derogar la polémica pena. También fue Reyes la encargada de defender la posición de Ciudadanos en ese debate, y los argumentos que utilizó fueron prácticamente calcados a los que usaría un año después: se trata de una "cadena perpetua" con otro nombre, va en contra de los principios de "reinserción", "seguridad jurídica" y "legalidad" que establece la Constitución, puede ser una pena "inhumana" e "imprecisa" y es mucho más dura que en el resto de países de la UE donde se aplica. "Dejemos de una vez de hacer ideología" y de utilizar "con fines electoralistas" el Código Penal, exigió Reyes.
De hecho, ese mismo 4 de octubre, Ciudadanos se pronunció contra la prisión permanente revisable no una, sino dos veces. Antes del discurso de Reyes ante el pleno, el partido naranja se abstuvo en la Comisión de Justicia del Congreso en la votación sobre una proposición no de ley del PSOE para la derogación de esta figura. Pero lo hizo fue porque entonces no había Gobierno al que instar a derogar la medida –las proposiciones no de ley sólo sirven para presionar al Ejecutivo– y porque consideraba que el tema debía formar parte de un debate más amplio sobre la reforma del Código Penal, ya que Ciudadanos criticó la prisión permanente en su intervención.
El encargado de defender la posición fue el diputado Marcial Gómez Balsera, que aseguró que su partido ponía en cuestión "la utilidad y también la constitucionalidad" de la pena. Gómez Balsera recordó que está "demostrado que unas normas penales más duras por sí mismas no sirven para prevenir los delitos ni para mejorar la seguridad ciudadana", y también señaló que "el artículo 25.2 de nuestra Constitución señala la reeducación y la reinserción social como fines de las penas privativas de libertad", y "parece evidente que si la pena es permanente frustraría cualquier expectativa de vida del reo".
Este jueves, el Congreso decidió seguir adelante con la derogación de la prisión permanente revisable con los votos en contra del PP y también de Ciudadanos, que en las últimas semanas ha variado sensiblemente su posición con respecto a la máxima pena que contempla el Código Penal español. Hace medio año, el partido naranja aseguraba que la prisión permanente revisable "es demagoga hasta en su denominación", la tachaba de "inhumana" e "imprecisa" y sostenía que no servía para aumentar la seguridad de la sociedad. Pero este jueves, Ciudadanos se limitó a pedir esperar a que el Tribunal Constitucional decida sobre la medida –hay un recurso interpuesto contra ella–, y planteó que "lo sensato no es derogarla" en "caliente".