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Las críticas de Bescansa desvelan el malestar en parte de Podemos con el discurso de Iglesias sobre Cataluña

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El problema territorial catalán amenaza con crear una fractura en el seno de Podemos. Varios dirigentes y diputados de la formación morada discrepan de la línea discursiva que mantiene la formación morada sobre Cataluña, y esas diferencias se hicieron públicas este miércoles, cuando Carolina Bescansa –que desde Vistalegre II ya no forma parte de la dirección de Podemos, aunque sigue siendo la máxima responsable en lo referente al análisis demoscópico– criticó que su partido está fallando en la "explicación" de su "proyecto político para España". Pese a que el estallido público se ha producido ahora, el descontento de algunos dirigentes comenzó hace varias semanas, y el choque no se circunscribe a una lucha entre corrientes, ya que existen críticos en las tres principales familias de Podemos: los pablistas, los errejonistas y los anticapitalistas.

El pasado 16 de octubre, Bescansa ya se distanció de la estrategia seguida por Podemos para abordar la crisis de Cataluña a través de un artículo de opinión publicado en eldiario.es. En ese escrito, la dirigente abogaba por la convocatoria de elecciones autonómicas en Cataluña –"la única herramienta con la que empezar a resolver la crisis política"– y pedía una reforma constitucional que votaran "todos los pueblos, regiones y naciones de España". Además, Bescansa señalaba que "resolver las crisis que están teniendo lugar en nuestro país requiere más cabeza que tiempo y más propuestas que denuncias".

Para la dirigente, Podemos no está sabiendo transmitir su proyecto fuera de Cataluña. "Me gustaría un Podemos que le hablase más a los españoles y no sólo a los independentistas", pidió Bescansa este miércoles, cuando reclamó "debatir" la "posición" del partido y su "forma de expresarla". Y no es la única: otros dirigentes de la formación morada consultados por infoLibre también señalan que la dirección de Podemos ha "dejado de interpelar a ese elector que no considera el concepto de España como un problema". La discrepancia no es tanto sobre la posición política en relación a Cataluña –todo Podemos apuesta por un referéndum pactado– como por cómo afrontar discursivamente el momento actual.

Fuentes del sector crítico con la actual estrategia de la dirección insisten en que la discrepancia actual "no es una cosa de familias", ya que en todas las corrientes de Podemos hay dirigentes favorables y discrepantes con el discurso que maneja el partido morado. No obstante, también señalan que Bescansa "no está sola" en sus denuncias, y afirman que en los órganos internos ya han aparecido estas diferencias. El principal miedo entre los críticos, señalan estas fuentes, es que el discurso de Podemos "se confunde con el de los independentistas" a ojos de buena parte de la opinión pública, lo que puede, a su juicio, arrinconar al partido.

Algunos de los discrepantes con la actual estrategia señalan que Podemos no está siendo lo suficientemente duro con determinadas actuaciones del Gobierno catalán liderado por Carles Puigdemont, lo que estaría llevando a la formación a quedar escorada fuera de Cataluña. "Fue un error por nuestra parte no haber criticado con mucha más fuerza las sesiones del Parlament de los días 6 y 7 de septiembre", asegura un dirigente crítico en referencia a los plenos de la cámara autonómica que el independentismo utilizó para aprobar de manera muy polémica y forzando el reglamento las leyes de Referéndum y Transitoriedad Jurídica, suspendidas luego por el Tribunal Constitucional.

Esa tibieza, sostiene este dirigente, hizo a Podemos "perder la oportunidad de enarbolar un discurso propio" desde el principio de la crisis. Y desde entonces, señalan los críticos, la formación morada ha ido a remolque. "Podemos se ha dejado arrastrar a un debate que no es el suyo" y que está polarizado en quienes defienden la posición del Govern y quienes hacen lo propio con la del Gobierno. "Nos hemos quedado sin espacio y nos toca jugar en marcos que no nos convienen", lamentan estas fuentes, que sostienen que la mayor parte de la opinión pública no entiende el mensaje de tercera vía que quiere plantear Podemos.

"La gente no distingue el soberanismo del independentismo", denuncia un dirigente crítico, que también sostiene que ahora mismo sirve de poco insistir en la propuesta de que se celebre un referéndum pactado en Cataluña, la iniciativa que siempre ha defendido Podemos. A nivel de discurso y de relato, señala, se ha pasado página, y Podemos –según su razonamiento– insiste en una iniciativa superada por los acontecimientos. Para los críticos, además, el partido morado está cometiendo un error al no convertir en un eje de su discurso la posibilidad de convocar elecciones en Cataluña.

Una posición que saldrá bien a medio plazo

Esta deriva, temen los más pesimistas, está poniendo "en riesgo el ciclo de cambio" en el que Podemos ha basado su irrupción y sus primeros pasos en la arena política. Pero la dirección no lo cree así, y aunque admite que a corto plazo es complicado que su discurso cale fuera de Cataluña, sostiene que a medio plazo es la única opción viable. "Ahora mismo hay una polarización cruda, y en un escenario así los que tenemos posturas más de matiz o de tercera vía lo tenemos más difícil", admiten fuentes próximas al secretario general, Pablo Iglesias, que sin embargo rechazan "poner el electoralismo por delante de principios o posiciones políticamente responsables y que además creemos que son la solución". "Con todo lo que está pasando y este escenario tan polarizado, pensamos que nos iría peor, y ya sabíamos que habría algún golpe, pero creemos que nuestra posición será acertada" a medio plazo, apuntan.

Bescansa presenta a Podemos su propia propuesta para resolver la "crisis territorial"

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Bescansa "se equivoca si cree que no hay proyecto de país y, sobre todo, cuando dice que hablamos solo a los independentistas", apunta un dirigente oficialista, que asegura que, por el contrario, el destinatario principal del discurso de Podemos es "el pueblo catalán no independentista". "Hablamos al soberanista, sí, pero también a quienes están hartos tanto del lío del conflicto y del ruido de los medios como de la humillación que el PP practica como política", asegura este dirigente, que sostiene que el discurso que mantiene Podemos es "el más coherente" y, además, el único que respeta su concepción "plurinacional" del país.

"Este conflicto no solo es sobre el tema territorial o sobre Cataluña, va de atacar las libertades y mandar un aviso a navegantes para que a nadie se le ocurra desobedecer", defienden igualmente estas fuentes, que destacan que, con este precedente, el Gobierno podría tomar medidas represivas contra "una ley para priorizar derechos humanos sobre el artículo 135 de la Constitución en algún parlamento autonómico". "Lo primero es que el Gobierno dé un paso atrás con el 155", y eso es un discurso que, señalan, pueden compartir ciudadanos tanto catalanes como del resto de España. "No leer el conflicto así es jugar a favor del enemigo, del régimen o del bloque monárquico, que al final son lo mismo", sostienen estas fuentes.

Las fuentes oficialistas consultadas también denuncian que, a su juicio, algunos medios no están transmitiendo correctamente su posición. "Ha habido un relato sobre el papel y el discurso de Podemos que han hecho muchos medios de comunicación que hace dudar no solo a nuestra militancia, sino a cualquier ciudadano", asegura un dirigente próximo a Iglesias, que lamenta que "muchos se dejan llevar por lo que se dice que decimos y no por lo que realmente decimos". Si la estrategia "asusta a algunos", sostiene, la mayor parte de la culpa la tiene "el papel vergonzoso de los medios", aunque también existan "diferencias políticas que son legítimas, sobre todo en un partido tan heterogéneo como Podemos".

El problema territorial catalán amenaza con crear una fractura en el seno de Podemos. Varios dirigentes y diputados de la formación morada discrepan de la línea discursiva que mantiene la formación morada sobre Cataluña, y esas diferencias se hicieron públicas este miércoles, cuando Carolina Bescansa –que desde Vistalegre II ya no forma parte de la dirección de Podemos, aunque sigue siendo la máxima responsable en lo referente al análisis demoscópico– criticó que su partido está fallando en la "explicación" de su "proyecto político para España". Pese a que el estallido público se ha producido ahora, el descontento de algunos dirigentes comenzó hace varias semanas, y el choque no se circunscribe a una lucha entre corrientes, ya que existen críticos en las tres principales familias de Podemos: los pablistas, los errejonistas y los anticapitalistas.

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