La tensión en el seno de Unidas Podemos a cuenta de la posición sobre el envío de armas a Ucrania llegó al punto de hacer temer a numerosos cargos y dirigentes del espacio confederal por el futuro de la convivencia interna. El distanciamiento entre Yolanda Díaz y la dirección de Podemos viene de largo y se había hecho patente en los últimos meses, llegando incluso a afectar a los cauces habituales de comunicación entre la vicepresidenta segunda y los morados. Pero todo el mundo coincide en que esta vez fue un paso más allá que las anteriores.
Mientras Díaz respaldaba públicamente la rectificación de Pedro Sánchez para enviar “material ofensivo” al ejército ucraniano, las ministras y dirigentes de Podemos Ione Belarra e Irene Montero se desmarcaban no solo de la postura del presidente sino que abrían por primera vez en público una clara brecha con la propia Yolanda Díaz. La alusión de Belarra al PSOE como “partido de la guerra” provocó unas horas de crisis en el seno del Ejecutivo que llevaron a un cruce de llamadas y reuniones entre todas las partes en busca de la paz.
Para intentar calmar las aguas de su propio espacio, Yolanda Díaz convocó a una reunión a todos los ministros de Unidas Podemos en la sede de su ministerio el pasado lunes por la tarde, como adelantó infoLibre. Cuentan fuentes del equipo de la vicepresidenta que se trató de una cita en la que Díaz “hizo un llamamiento “a la calma y a la prudencia” y a reconsiderar el tono público de las declaraciones de los últimos días. Aunque de esa reunión también salió un compromiso: de ahora en adelante la vicepresidenta coordinará un encuentro semanal con la presencia de todos los ministros y secretarios de estado de Unidas Podemos.
Hace meses que dejaron de producirse encuentros de ese estilo, que antes se organizaban en el contexto de la mesa confederal de Unidas Podemos y que contaban con la presencia no solo de los cargos públicos sino también de los aparatos de las formaciones políticas que conforman el espacio como Podemos, los comunes o Izquierda Unida. Ahora la vicepresidenta da el paso de volver a convocar foros de discusión y diálogo con el objetivo de coordinar estrategias y solventar posibles discrepancias que surjan en el futuro.
La idea es conseguir reconstruir algunos de los puentes que se habían roto en los últimos tiempos para evitar que los roces entre Yolanda Díaz y Podemos desemboquen en un problema mayor cuando la vicepresidenta ni siquiera ha puesto en marcha su proyecto como candidata a las elecciones generales. Aunque todas las partes coinciden en señalar el encuentro de esta semana como “positivo y constructivo” las diferencias de estrategias y los recelos mutuos siguen existiendo, aunque ahora esperan en Unidas Podemos que la coordinación y la comunicación ayuden a disipar la desconfianza generada en los últimos meses.
Podemos pide la mesa confederal
En la dirección de Podemos celebran la decisión de mantener estas reuniones semanales entre Díaz y el resto de miembros del Ejecutivo y creen que, de esta manera, se evitarán los errores de los pasados días a propósito del envío de armas a Ucrania y servirán para poner en común las líneas estratégicas y solventar las posibles discrepancias. En principio estas reuniones se realizarán en la sede del ministerio de Trabajo.
En el espacio confederal son conscientes de que las palabras de la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, sugiriendo que el PSOE era un “partido de la guerra”, no contribuyeron a bajar los decibelios entre Pedro Sánchez y la formación morada. En ese mismo acto, la ministra de Igualdad, Irene Montero, aseguró estar dispuesta a defender su postura “estemos donde estemos y cueste lo que cueste".
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Algunos miembros de la parte socialista del Ejecutivo llegaron a interpretar la escalada verbal de Belarra y Montero incluso como una invitación al presidente para que las destituyera como ministras, algo que niegan rotundamente desde la formación morada. Es más, en Unidas Podemos aseguran que fue Montero la que llamó al ministro de la presidencia, Felix Bolaños, el lunes por la mañana y, en esa llamada, se comprometió a explicitar su apoyo público a Sánchez, como sucedió en la rueda de prensa que protagonizó Isa Serra, portavoz nacional del partido.
Sin embargo, en la formación morada también consideran que Díaz debe reactivar las reuniones de la mesa confederal para que, de este modo, participen todas las direcciones políticas de las formaciones que integran Unidas Podemos y no solo sus ministros. En ese sentido, creen que la vicepresidenta segunda debe ejercer el liderazgo no solo en el Gobierno de coalición sino también en “otros espacios que le son menos cómodos”. De esta manera, a su juicio, “se consolidaría su liderazgo”.
Fuentes de la dirección morada señalan a infoLibre que “un liderazgo se construye hacia fuera y hacia dentro". "Ese es el gran reto que tiene que asumir Yolanda", valoran. Frente a las críticas por el desinterés de Díaz por la vida orgánica de los partidos y su vocación transversal, en su equipo recuerdan que en el año 2009 la entonces líder de Esquerda Unida renunció a las siglas para formar Alternativa Galega de Esquerdas (AGE) junto con Anova-Irmandade Nacionalista, Espazo Ecosocialista Galego y Equo-Galicia.
La tensión en el seno de Unidas Podemos a cuenta de la posición sobre el envío de armas a Ucrania llegó al punto de hacer temer a numerosos cargos y dirigentes del espacio confederal por el futuro de la convivencia interna. El distanciamiento entre Yolanda Díaz y la dirección de Podemos viene de largo y se había hecho patente en los últimos meses, llegando incluso a afectar a los cauces habituales de comunicación entre la vicepresidenta segunda y los morados. Pero todo el mundo coincide en que esta vez fue un paso más allá que las anteriores.