Pese a estar seriamente amenazado por Ciudadanos y Vox en las encuestas, Pablo Casado está convencido de que el mapa de resultados electorales que arroje el próximo 28 de abril ubicará al Partido Popular con claridad como referente de la derecha. Y es más: creen en Génova, cuartel general de los conservadores, que tienen serias posibilidades de ganar las elecciones si suman los votos que obtengan Ciudadanos y Vox. Que estas alianzas vayan a ser necesarias tras los comicios no es óbice para que el líder del principal partido de la oposición pida a los electores que concentren el voto en torno a su formación para evitar que, al final, apostar por Cs o Vox, sobre todo en las circunscripciones que reparten menos escaños, acabe beneficiando al bloque de izquierda.
Esta tesis de Casado, que repetirán él y sus candidatos a lo largo de la campaña, pierde fuerza si se analizan con detenimiento los datos del último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Si tradicionalmente la España interior ha sido territorio del bipartidismo, la tendencia ahora parece virar y Ciudadanos y Vox no tendrían difícil tener representación en el Congreso en circunscripciones que parecían exclusivas de PP y PSOE.
Treinta y cinco de las 52 circunscripciones aportan al Congreso de los Diputados seis o menos parlamentarios. En 25 de estas 35, según el CIS, Ciudadanos o el partido de ultraderecha Vox podrían lograr representación parlamentaria. Es algo que choca con esa tesis de los conservadores de que votar a sus dos socios de las elecciones andaluzas es engordar a la izquierda. Y también con la de que en las provincias pequeñas no tienen penetración por falta de "estructura territorial".
Los más críticos en el PP con los sondeos de José Félix Tezanos, el máximo responsable del CIS, consideran que tras estos datos hay más un ataque partidista contra el discurso de Casado del voto útil que realidad. "Un intento de desmovilizar como si todo estuviese ya decidido", resume un dirigente conservador.
A mediados del pasado marzo, Casado llegó a pedir a los "partidos nuevos" que hiciesen una "reflexión" sobre si era conveniente que concurriesen en las circunscripciones pequeñas puesto que esto podría suponer una división del voto de centroderecha beneficiando al final a Pedro Sánchez. La reivindicación no surtió efecto y Albert Rivera (Cs) y Santiago Abascal (Vox) han presentado listas en toda España.El 'monopolio' para Cs o Vox
El 'monopolio' para Cs o Vox
Del listado de circunscripciones de menos de siete escaños en los que Cs o Vox logran representación destacan dos casos en los que uno de estos dos partidos son la única representación del bloque de la derecha. Es el caso de Guadalajara, que reparte tres escaños y uno de ellos iría a parar a Vox. Los otros dos serían para el Partido Socialista. En junio de 2016 dos escaños fueron a parar al PP y el tercero al PSOE.
Mientras, Cs sería el único partido de este bloque en sacar representación en Tarragona: un acta de las seis que le corresponden a dicha provincia. Hace tras años, Cs ya había obtenido la misma representación. Y el PP también sentó a un parlamentario por esta circunscripción en el CongresoCongreso.
Del citado grupo de 25 circunscripciones, en seis de ellas el CIS contempla que las tres fuerzas de la derecha traducen sus votos en representación parlamentaria.
En la provincia de Almería (seis escaños), PP obtendría entre una y dos actas, mientras que Cs y Vox estarían en disposición de sentar a un parlamentario en el Congreso.
Palencia reparte tres escaños: uno sería para el PP, y los otros dos partidos de derecha pelean por otro diputado.
Valladolid, por su parte, que sienta a 5 diputados en el Congreso, podría tener un representante de cada uno de estos tres partidos. Lo mismo ocurriría en Ciudad Real y en Castellón.
En Toledo, con seis actas, dos serían para el PP una para Cs y otra para Vox.
PP y Cs... sin Vox
El partido de Albert Rivera compartiría representación política con el PP en Córdoba, Huelva, Huesca, Teruel, Cantabria, Ávila, Burgos, Segovia, Badajoz y Cáceres.
En las últimas generales, Ciudadanos no obtuvo ni un solo escaño en 16 provincias pese a superar en todas ellas el 11% de los votos. De hecho, en 2016 Ciudadanos sólo obtuvo representación en el Congreso en 20 de las 52 circunscripciones (las 50 provincias, Ceuta y Melilla). Ahora, el CIS le da opciones en 35.
Vox se estrena con buen pie
En cinco de estas 25 circunscripciones el voto de la derecha que se traduce en escaños corresponde a PP y Vox. El partido de Abascal adelantaríaen estas provincias a Ciudadanos, un partido que ya tiene presencia en el Congreso. Es el caso de Jaén, el PP obtendría un escaño y Vox, de y un total de cinco. Y también obtendrían diputados ambos partidos en Léon, Salamanca y Cuenca. En Ceuta, ambas formaciones se disputan el único diputado en juego.
Las asignaturas pendientes...
Casado promete un Ministerio de Familia y un plan de conciliación con ayudas fiscales
De las 35 circunscripciones que reparten menos de siete asientos en la Cámara Baja, PP y Ciudadanos comparten candidatura en una: Navarra. La coalición Navarra Suma obtendría entre uno y dos escaño, según el CIS. Vox, por su parte, no obtendría representación. En las elecciones de 2016, la coalición de Unión del Pueblo Navarro (UPN) y el PP de Rajoy ya alcanzó dos asientos en el hemiciclo de la madrileña calle de San Jerónimo.
Ninguno de los partidos de las llamadas "tres derechas" sacaría escaño –siempre según el CIS– en cuatro circunscripciones: Girona, Lleida, Álava y Gipuzkoa.
Por último, el PP sería la única fuerza de derecha con representación en Soria (reparte dos actas), Lugo (distribuye 4), Ourense (4), La Rioja (4) y Melilla (1).
Pese a estar seriamente amenazado por Ciudadanos y Vox en las encuestas, Pablo Casado está convencido de que el mapa de resultados electorales que arroje el próximo 28 de abril ubicará al Partido Popular con claridad como referente de la derecha. Y es más: creen en Génova, cuartel general de los conservadores, que tienen serias posibilidades de ganar las elecciones si suman los votos que obtengan Ciudadanos y Vox. Que estas alianzas vayan a ser necesarias tras los comicios no es óbice para que el líder del principal partido de la oposición pida a los electores que concentren el voto en torno a su formación para evitar que, al final, apostar por Cs o Vox, sobre todo en las circunscripciones que reparten menos escaños, acabe beneficiando al bloque de izquierda.