La presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, dejó claro este jueves lo que Mariano Rajoy había evitado con infinitos rodeos: que sí, que sin matices, el rey Felipe VI le había propuesto candidato a la Presidencia del Gobierno tras finalizar la ronda de contactos con los líderes de los partidos con representación parlamentaria. Rajoy había intentado quitarle hierro al asunto añadiendo a su relato términos como "intento" y anteponiendo el hecho de que no tiene todavía apoyos y no sabe si los va a conseguir. Tampoco garantizó, y así se le reclamó varias veces en rueda de prensa, que vaya a acudir al Congreso. Era como si el rey le hubiera hecho una oferta a medias y él la hubiera aceptado también a medias. Pero la comunicación del rey a Pastor, firmada por Felipe VI y por la propia presidenta del Congreso, deja claro que el jefe de los conservadores es tan candidato a la investidura como lo fue Pedro Sánchez (PSOE) el pasado febrero. Y que es el artículo 99 de la Constitución el que sigue marcando el proceso.
"De acuerdo con lo establecido en el artículo 99.1 de la Constitución, tras celebrar consultas con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, vengo en proponer al Excmo. Señor Don Mariano Rajoy Brey como candidato a la Presidencia del Gobierno", puede leerse en la carta entregada por Felipe VI a la exministra de Fomento. Pero el artículo 99 sigue y ahora sí afecta a Rajoy, pese a que este jueves desde su entorno se afanaran en defender que si da un portazo a la petición del rey y no se presenta a la investidura no se estaría saltando en absoluto la Constitución.
"El candidato propuesto conforme a lo previsto en el apartado anterior expondrá ante el Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretenda formar y solicitará la confianza de la Cámara", establece el punto dos del citado artículo de la Carta Magna. Con este texto en la mano, chirría el hecho de que Rajoy no pudiera garantizar que vaya a presentarse a la investidura. ¿Respeta este gesto a la Constitución? En el Gobierno creen que sí. Que el 99.2 se refiere a "momentos procesales" diferentes a los actuales. "El 99.2 afecta al ámbito parlamentario", subrayan.
Además, intentaban poner el foco en que el rey había pedido a Rajoy que lo intentara, no dando por hecho que fuese una petición cerrada. En este sentido, recordaban las palabras de Rajoy: "El rey me ha encargado que intente la investidura a la Presidencia del Gobierno. Le he explicado que hasta el momento no cuento con los apoyos para ello, pero que acepto el encargo, que buscaré esos apoyos. Lo he estado haciendo hasta hoy y, a partir de ahora, lo haré además con el encargo del jefe del Estado". Ana Pastor dejaba claro después que sí hubo petición cerrada. No había duda: el rey había propuesto a Rajoy.
Hace unos meses, el PP sí se agarraba a la Constitución para exigir que el socialista Pedro Sánchez se sometiese a la investidura tras el encargo de Felipe VI. En la pasada legislatura, cuando Sánchez fue propuesto por el rey, desde el PP se presionó para que se fijara una fecha. El 12 de febrero, diez días después de la decisión del monarca, el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, reprochó al por entonces presidente del Congreso, Patxi López (PSOE), no haber convocado aún el debate de investidura, y registró un escrito en el que le pedía de nuevo que convocase dicho debate para el 22 de febrero.
"Ha llegado la hora de que se retrate y diga cuándo va a ser el pleno, que fije la fecha y que la fije de forma inmediata y cuanto antes. El resto es incumplir la Constitución y el Reglamento del Congreso. No valen excusas", añadió el portavoz de los conservadores en el Congreso.
Pese a la inisistencia de los periodistas, Ana Pastor, del Partido Popular, no se atrevió a proponer una fecha aproximada para una eventual investidura. Dijo que iba a hablar con el candidato para ver qué plazo necesita para llegar a un acuerdo a fin de lograr un Gobierno estable.
Dos opciones
Fuentes de la Presidencia del Gobierno tampoco dieron fecha. Sólo se atrevieron a garantizar que Rajoy se someterá al voto de los diputados si sabe que va a salir victorioso. De lo contrario, subrayaron, pueden ocurrir dos cosas: que se presente o que dé plantón a la Cámara. Él mismo lo había corroborado poco antes en una conversación informal con los periodistas tras darlo a entender en la rueda de prensa.
Antes de anunciar que seguirá intentando buscar apoyos, Rajoy sostuvo que había transmitido al rey que, "tras siete meses de interinidad, todos los partidos políticos" tienen una responsabilidad. "Yo el que más, pero todos también tienen que colaborar para evitar que se repitan las elecciones", añadió. "No nos podemos permitir una nueva legislatura fracasada ni una nueva frustración", destacó el jefe de los conservadores.
El presidente del PP había estado escoltado durante toda la rueda de prensa por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y la secretaria genera del PP, María Dolores de Cospedal. Las fuentes más optimistas de su partido creen que el hecho de que se negara a "anticipar el futuro", a decir si irá a la investidura, es una herramienta más de presión a Ciudadanos y el PSOE. De los primeros busca un 'sí'; de los segundos, la abstención.
A esta presión se suma, añaden las fuentes consultadas, la circunstancia de que el rey ya ha dado un paso.
A conquistar a Ciudadanos y PSOE va a dedicarse desde ya Rajoy, según sostuvo. Queda la duda de hasta qué punto se ha esforzado en este sentido en las últimas semanas porque sus interlocutores niegan que haya habido gran actividad negociadora.
Rajoy dijo que estaba dispuesto a tocar aquellos aspectos de las leyes de su Gobierno que no gusten a sus posibles socios. Pero no concretó. Quiere que el proceso sea rápido, pero no se marcó un tope. En Moncloa sostienen que, como tarde, la investidura debería celebrarse a mediados de septiembre. Su intención es no tomarse vacaciones, según manifestó.
Posturas muy alejadas
Horas antes, el rey había recibido en el Palacio de la Zarzuela, por separado, a los otros líderes de los partidos más votados. Y pudo comprobar que nada se ha movido desde el 26J. Ni Albert Rivera (Ciudadanos), ni Pablo Iglesias (Unidos Podemos), ni Pedro Sánchez (PSOE) dieron alguna pista de que el panorama estaba despejado. A Felipe VI le había quedado claro que Rajoy sólo puede contar con los 137 diputados de su grupo parlamentario y con la abstención de Ciudadanos en la segunda de las votaciones de la investidura, donde ya basta con mayoría simple.
Por parte de Ciudadanos, Rivera mantuvo tras ver al rey que su escenario ideal es un Gobierno de gran coalición integrado por PP, PSOE y por su partido, pero sin Mariano Rajoy al frente. C´s, pues, volvió a poner el foco en que el jefe de los conservadores entregue su cabeza.
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Pero Rivera, dijo, tiene un 'plan B'. Un plan que pasa por que Ciudadanos se abstenga y Rajoy gobierne en minoría. Pero un plan que pasa también por que el PSOE también se abstenga.
Pedro Sánchez, por su parte, insistió hasta la saciedad en que debe ser Rajoy quien gobierne y quien dé los pasos para desbloquear la situación. Y no cerró la puerta liderar una alternativa de izquierdas si Rajoy fracasa.
La idea que quedó tras escuchar a Sánchez en rueda de prensa es que primero Rajoy tiene que someterse al escrutinio del Parlamento y después ya se verá. En el PP están convencidos de que el PSOE quiere que el presidente del Gobierno en funciones pase por el trance de fracasar en el pleno de investidura, el mismo que pasó Sánchez.
La presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, dejó claro este jueves lo que Mariano Rajoy había evitado con infinitos rodeos: que sí, que sin matices, el rey Felipe VI le había propuesto candidato a la Presidencia del Gobierno tras finalizar la ronda de contactos con los líderes de los partidos con representación parlamentaria. Rajoy había intentado quitarle hierro al asunto añadiendo a su relato términos como "intento" y anteponiendo el hecho de que no tiene todavía apoyos y no sabe si los va a conseguir. Tampoco garantizó, y así se le reclamó varias veces en rueda de prensa, que vaya a acudir al Congreso. Era como si el rey le hubiera hecho una oferta a medias y él la hubiera aceptado también a medias. Pero la comunicación del rey a Pastor, firmada por Felipe VI y por la propia presidenta del Congreso, deja claro que el jefe de los conservadores es tan candidato a la investidura como lo fue Pedro Sánchez (PSOE) el pasado febrero. Y que es el artículo 99 de la Constitución el que sigue marcando el proceso.