Felipe González no sólo no hace ascos a una gran coalición entre los dos grandes partidos si la situación (a su juicio) lo requiere, sino que le gusta la idea. Y él no es un cualquiera en el PSOE. Es el patriarca, el secretario general que dirigió el partido durante 23 años, el presidente del Gobierno que tuteló el país durante 14 y el hombre que aún hoy goza de una poderosa influencia entre sus huestes.
El exjefe del Ejecutivo no descarta que se componga esa gran coalición de PSOE y PP. "Si el país lo necesita, lo deben hacer", aseguró tajante este domingo noche en una entrevista en el programa El objetivo, dirigido y presentado por la periodista Ana Pastor. González confesó no ver mal un Gobierno conservador apoyado por los socialistas "o al revés", pues cree que los partidos deben responder a lo que "España necesite en cada momento". El ejemplo más cercano es Alemania, donde las circunstancias "sí llevaron a que los dos grandes partidos", el SPD y la CDU, "se pusieran de acuerdo para sacar al país adelante", y donde "sí hay más hábito" a formar coaliciones. Pero antes ese "hábito" no existía, así que en España podría pasar lo mismo, explicó.
Pastor le preguntó, durante la entrevista en La Sexta, por la información publicada hace una semana por infoLibre, en la que se narraba cómo desde finales de noviembre de 2013 se viene alentando, desde sectores económicos y financieros, políticos y mediáticos y desde la propia Zarzuela, una operación política a favor de esa gran entente entre PSOE y PP con vistas al escenario posterior de las generales de 2015, en las que se prevé un derrumbamiento del bipartidismo, según todas las encuestas. Conservadores y socialistas sumarían menos escaños que nunca y a ambos les sería difícil formar gobierno con un partido pequeño, de modo que la solución que estos sectores impulsan frente a la fragmentación y la inestabilidad y para mantener el statu quo es el acuerdo de los dos grandes. Quien alienta la operación es Juan Luis Cebrián, presidente deEl País, que comparte la idea con Felipe González. Alfredo Pérez Rubalcaba, actual secretario general del PSOE, también está al tanto.
De ahí la importancia de las palabras del expresidente esta noche de domingo en El objetivo. Suponen un reconocimiento de que esa tesis de la gran coalición circula y es sostenida por algunos importantes miembros del PSOE, aunque no su inmensa mayoría, para quien el pacto con el PP puede conducir a la "desaparición" y "muerte" del partido que Pablo Iglesias fundara hace 135 años.
Disparo a la línea de flotación del discurso del PSOE
"No hay ninguna demostración de que la dispersión del voto, que es legítima, coadyude a arreglar los grandes problemas del país", dijo González. Para un político, abundó, "es complicado gestionar que los ciudadanos pidan al mismo tiempo a los políticos ser críticos con quien gobierna y que se pongan de acuerdo". “Lo más preocupante para la gente es que nadie sea capaz de decir en 20 minutos con credibilidad qué quiere hacer con España en los próximos 20 años”, subrayó. “Hemos tocado fondo y ahora nos arrastramos por el suelo". Para el expresidente, ni Rubalcaba ni Mariano Rajoy han explicado qué quieren hacer con el país. Como en otras ocasiones, confesó haber hablado con el presidente actual sobre la situación del país, y se puso a su servicio: “Yo hablo, sea quien sea, esté de acuerdo o no con lo que hace. Estoy disponible. Y no tengo interés en la foto, nunca he querido tener un cargo institucional”.
La entrevista de González llega al cabo de una semana en que el asunto de la gran coalición se ha comentado en todos los círculos socialistas, y tras un goteo de declaraciones públicas sobre el mismo tema. El jueves, la candidata a las europeas, Elena Valenciano, dijo en La Sexta que creía "completamente imposible" una gran coalición con el PP, aunque "interese a algunos grandes empresarios". Pero este domingo nada menos que su oponente el 25-M, Miguel Arias Cañete, rompía ese discurso en otra entrevista, esta realizada por la agencia Colpisa y publicada en medios del grupo Vocento como Heraldo de Aragón. ¿Se imagina una entente de PP y PSOE, similar a la alemana?, le preguntan. "Yo no lo descarto si el interés general lo exige en un futuro, aunque depende de la madurez de los líderes de ambos partidos. En una situación excepcional de crisis, un Gobierno de muchos partidos que tienen ideologías contrapuestas puede hacer daño al país", contesta el exministro de Agricultura.
Las palabras de Cañete fueron replicadas al instante en las redes sociales, y utilizadas por formaciones de izquierda para demostrar que hay una operación en marcha. La polvareda llegó tan lejos que la candidata socialista, tras su mitin en Málaga con Susana Díaz y el socialdemócrata alemán Martin Schulz, tuvo que reafirmarse en su cuenta de Twitter, descartando enérgicamente esa opción:
Las entrevistas de Cañete y González, sin embargo, complican la campaña al PSOE, afanado como está en negar por tierra, mar y aire que tenga algo que ver con el PP. Por eso ha celebrado la moción de censura presentada por Guillermo Fernández Vara en Extremadura –diseñada como un misil contra la estrategia de IU–, por eso ha creado la web nosomoslomismo.es, por eso Valenciano, Rubalcaba y otros dirigentes socialistas se han empleado a fondo en remarcar sus diferencias con los conservadores y cargar contra los "amantes de que PP y PSOE son lo mismo". La candidata y vicesecretaria general, que el jueves decía en Al rojo vivo que "todo el PSOE" veía inviable una gran coalición, ve ahora cómo su discurso se horada por un francotirador de su partido, el mismísimo Felipe González.
Hollande, lo que le pasó a Zapatero
El expresidente opina sobre más cuestiones. Cree que aunque hay motivos para pensar que ya se ha tocado suelo en la crisis, "hay pocos para creer que puede haber un crecimiento sostenible" capaz de generar empleo. "Tocar fondo es tocar fondo, y en el fondo está habiendo mucho sufrimiento”, aseguró.
Remontar, a su juicio, sólo será posible "si las políticas cambian", y por eso cree decisivas las elecciones del 25-M. González puso como ejemplo Francia, cuyo presidente se ha visto obligado a acometer recortes, muy impopulares incluso dentro de su partido. "A [François] Hollande le ha pasado algo parecido a [lo que le ocurrió a José Luis Rodríguez] Zapatero: que trató de hacer una política de estímulo hasta que se quedó sin margen". El expresidente criticó la cortedad de miras de la izquierda que "no ha entendido ni la magnitud ni la dirección de la crisis", que se haya perdido el principio "fundacional de solidaridad" en Europa, y que tanto España como la propia UE hayan perdido peso.
González también abordó otra cuestión polémica que él mismo suscitó a principios de año. Entonces dijo que se marcharía del consejo de administración de Gas Natural Fenosa en cuanto venciera su mandato, por "aburrimiento". El pasado 11 de abril, en la rueda de prensa previa a la junta de accionistas de la compañía, su presidente, Salvador Gabarró, anunció que el expresidente seguiría en su cargo hasta principios de 2015, pues su mandato caducaba justo después de la junta de este año, así que según los estatutos su vacante no se podrá abordar hasta el encuentro siguiente. González reconoció en El objetivo que sí, que seguirá un año más como consejero –cobrando 126.500 euros– y que se equivocó al decir que se aburría en el puesto. También habló de la puerta giratoria, de la presencia de los expresidentes en las grandes empresas españolas una vez fuera de la política. Sí cree que hay que debatir "si se debe permitir a un exdirigente estar o no en una actividad privada o si es mejor que se asesore a una empresa extranjera", pero "desde el punto de vista ético, no de legalidad". "Yo apoyaré que se prohíba", dijo.
Los "gastos de oficina" que recibe del Estado
En aquel enero, González también afirmó que había renunciado (sin dar detalles) a la "escasísima ayuda para gastos de oficina" que el Estado concede anualmente a los expresidentes. Unos 75.000 euros por cabeza. El expresidente rememoró que cuando Adolfo Suárez salió del Gobierno se creó este sistema de apoyo a los exmandatarios, que incluía esos gastos de oficina y un coche. "Eso sigue vigente pero se puede derogar en cualquier momento. Por tanto, no hay sueldo".
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Tres cuestiones más en la entrevista con Ana Pastor. Una, Cataluña. "Se lo dije a Artur Mas [en Salvados]. Si se cambia la legalidad hay que respetar el proceso para cambiarla. Yo creo que Mas no va a cometer un acto ilegal".
Dos, Casa del Rey. La Corona, opinó, "tiene que recuperar la relevancia que le corresponde trabajando al servicio de los españoles". Aunque él no es monarquico, sí cree que Juan Carlos y su hijo, el príncipe Felipe, "están haciendo un esfuerzo". "A España le ha ido bien con la institución, pero esta tiene que adaptarse a las realidades actuales”, juzga.
Tres, las primarias del PSOE. Poca novedad. No quiso pronunciarse sobre quién es su favorito ni sobre si Rubalcaba –de quien dijo que sufría una "crisis de liderazgo"– ha de presentarse. “Lo va a decidir él y yo no voy a interferir en ese proceso de primarias en el que no estoy concernido”, remachó.
Felipe González no sólo no hace ascos a una gran coalición entre los dos grandes partidos si la situación (a su juicio) lo requiere, sino que le gusta la idea. Y él no es un cualquiera en el PSOE. Es el patriarca, el secretario general que dirigió el partido durante 23 años, el presidente del Gobierno que tuteló el país durante 14 y el hombre que aún hoy goza de una poderosa influencia entre sus huestes.