Aunque no existe una "estrategia predefinida de pactos" antes de las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo, hay una cosa que Ferraz sigue teniendo clara: que no habrá alianzas con el PP, que no habrá gran coalición. Una consigna reiterada tanto por el secretario general, Pedro Sánchez, como los barones territoriales, empezando por que goza de mayor peso orgánico e institucional, Susana Díaz. Pero esa regla continúa teniendo una excepción: Ángel Gabilondo. Al candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid le ha perseguido, desde el primer día, la misma pregunta, si descarta acuerdos con los conservadores. Nunca ha dado una respuesta tajante, un no.
Y no se debe a que el exministro de Educación tenga en mente algún entendimiento con el PP –cuya cabeza de cartel es Cristina Cifuentes–, según le defienden en su equipo de campaña, en la gestora que pilota el PSM desde la destitución de Tomás Gómez y en Ferraz. La política, aseguran en los tres niveles, es la misma. Nada de pactos con el PP. Pero Gabilondo no lo explicita.
Este mismo lunes el candidato volvió a ser preguntado por los posibles acuerdos, con la encuesta de El Mundo aún caliente, que concede a Ciudadanos la llave del Gobierno regional, y recurrió a las muletillas que lleva empleando en los casi dos últimos meses. “Pactamos no con Ciudadanos como un partido, sino con los ciudadanos y las ciudadanas de Madrid”, subrayó. Si al PSM le toca tejer acuerdos, lo hará "sobre un programa y con aquellos que defiendan políticas sociales consistentes" que puedan "resolver los problemas de los ciudadanos". "Nuestro objetivo no es sólo ganar, no es ganar de cualquier manera y a cualquier precio, nuestro objetivo es gobernar, gobernar exige contar con la mayoría y la voluntad de los ciudadanos", insistió.
Tampoco se quiso pronunciar sobre la disposición de la formación de Albert Rivera a un pacto con el PP si es la lista más votada, siempre "con condiciones". Ya se verá qué pasa, dijo el aspirante, porque él es partidario de hacer "los resúmenes al final", porque "los resúmenes al principio suelen ser malos resúmenes".
Campaña organizada por Óscar López
En las respuestas de Gabilondo hay parte de estrategia y parte que se explica por su propio perfil, un independiente que no tiene ni quiere tener carné socialista. Por un lado, como ya contaba infoLibre, la cúpula del PSM pretende hacerse con el voto de antiguos electores del PP que ahora se sienten desencantados. Y por otro, porque su estilo es diferente al del político convencional. De hecho, ha intentado confrontar con el resto de sus oponentes, recalcando que de él nadie podrá esperar "descalificaciones". "No va a decir que no pactará con el PP. Él lo dice de otra manera. Él no hace mensajes al uso. Además, Ángel no quiere hacer del asunto de los pactos un eje central de la campaña, ni mucho menos. Se está diseñando una campaña muy centrada en sus atributos y cualidades, eso sí", afirman en su equipo de campaña, que dirige el secretario general del PSOE en el Senado y exsecretario federal de Organización, Óscar López.
Gabilondo también ha pedido que le dejen hacer. Que Ferraz no interfiera en los posibles pactos postelectorales: "Yo escucho siempre a todos, pero si no tengo autonomía no tengo libertad y si no tengo libertad, yo desde luego no estoy en ningún sitio, ni en este ni en ninguno –aseguró en una entrevista con Europa Press publicada el pasado sábado–. Si yo alguna vez no me siento libre para poder ejercer aquello que los ciudadanos me han propuesto, lo que debería hacer es marcharme".
En el equipo de campaña y en Ferraz subrayan que no hay ningún tipo de "desunión" ni de discrepancia, sino todo lo contrario, ya que la proyección de los mensajes se está coordinando. No en vano, fue Pedro Sánchez quien decapitó a Tomás Gómez y aupó a Ángel Gabilondo a la candidatura y a Rafael Simancas a la presidencia de la gestora. La sede federal también ha intervenido en la confección de las listas –una "purga", según los tomasistas– y consensuó con la ejecutiva interina el nombre de Óscar López, cercano a Sánchez, como el coordinador de la campaña. Otros miembros de la dirección están colaborando con el candidato, como la responsable de Empleo, Luz Rodríguez. En Ferraz se pone como ejemplo que este lunes se cedió el protagonismo a Callao, la sede regional, y al candidato.
"Coordinación, no desunión"
No hay choque con la política de pactos, sostienen en ambas sedes. "El perfil de Ángel desde luego no se va a reforzar con temas como estos", señalan en el entorno más cercano de Gabilondo. "La gran coalición está descartadísima. Pero en estas elecciones todo el mundo tiene que marcar perfil. Y Gabilondo lo tiene. Si uno elige a un independiente para encabezar una lista, debe ser consciente de esto. Pero hay coordinación, no desunión. Esto no es el ejército de Pancho Villa", ilustra una dirigente muy próxima a Sánchez.
En las federaciones tampoco sorprende ni chirría esa aparente colisión de intereses. Se entiende que forma parte del juego de los candidatos, que todos intentan "marcar territorio" a su manera, acoplándose a la realidad de sus comunidades y municipios. En Castilla-La Mancha, un tradicional feudo socialista que se perdió en 2011, el partido ha diseñado una campaña centrada en la figura de la presidenta regional, María Dolores de Cospedal, planteando a los electores la disyuntiva de echarla o no. En Extremadura se ha dibujado una estrategia similar –desbancar a José Antonio Monago, ofrecerse como el "cambio real y seguro"– y añadiendo el recordatorio de que IU, hace cuatro años, decidió, con su abstención, dar la llave del Gobierno a los conservadores. En Valencia, un fortín del PP desde hace 20 años, la idea fuerza es desalojar a los conservadores por el historial de ruina y casos de corrupción. "La Comunitat necesita un nuevo impulso y pasar página de la corrupción, del despilfarro y de una política económica equivocada", señaló ayer mismo el número uno, Ximo Puig, en la presentación de su candidatura. Son sólo tres ejemplos, relatados por responsables de las tres federaciones.
"El comportamiento de Ángel es el esperable. Su impronta va a pesar mucho. Salvando las distancias, igual que ha ocurrido con Susana [Díaz], que diseñó una campaña muy personalista y centrada en ella. Pero no creo que se desmarque. Él es muy leal y muy sensato", analiza un veterano dirigente que conoce bien por dentro el partido. En el PSOE se tiene la percepción, de hecho, que no dará sorpresas a la hora de tejer alianzas.
Última palabra, el Comité Federal
Porque no hay ningún guión antes del 24-M. Varios miembros del equipo de Sánchez señalan la misma idea: que no existe ninguna "estrategia predefinida", más allá del portazo al PP. "No estamos hablando de pactos. La gente está posicionándose de cara a la campaña. Estamos preparándonos para la batalla, y el asunto de los acuerdos vendrá después, cuando lleguen los resultados. Hasta los días siguientes no habrá una consciencia de qué estrategia conviene seguir. Y además, cada territorio es un mundo. Pero ahora mismo, esta cuestión no es un asunto de conversación", afirma una integrante de la ejecutiva, que señala que la cúpula se halla enfrascada en la preparación de la Conferencia Municipal que se celebrará este fin de semana en Madrid.
"Hay que trabajar ahora en el 24, y ya nos pondremos en el 25 [de mayo]. No hay política de alianzas decidida. Y sería un suicidio. No podemos estar en esos debates, sería mortal. Estamos en salir a ganar", añade otro miembro de la dirección que, como otras fuentes del partido, pone el acento que, si el PSOE queda como segunda fuerza (y no tercera, la opción más temida), serán otros –como Podemos y Ciudadanos– los que tengan que decidir a quién apoyan. Dejar de ser "vírgenes", como se expresa dentro.
Quien tiene la competencia para marcar la estrategia de acuerdos es el Comité Federal. Así lo indica el artículo 7. i) del reglamento que tabula el funcionamiento del máximo órgano de congresos del PSOE y el 36. i) de los estatutos. Este tiene la potestad de "determinar la política de alianzas del partido y dirimir las discrepancias entre las federaciones y la Comisión Ejecutiva Federal en esta materia". En Ferraz y en las federaciones señalan que siempre han sido estas las que han tenido autonomía para decidir sus pactos, y nunca hubo mayores problemas. Así ocurrirá con Susana Díaz, que reivindicó su soberanía plena y a quien Sánchez dio manos libres para negociar. Veto alguna vez sí ha habido, no obstante, como cuando el PSOE frenó la convergencia con los nacionalistas de Nafarroa Bai en 2007 o cuando paró, en 2014, la moción de censura contra la presidenta navarra, Yolanda Barcina.
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El "cambio seguro", la "alternativa" al PP
Las dos últimas encuestas de El Mundo –la publicada este domingo sobre la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital, y la de este lunes sobre la Comunitat Valenciana y Valencia– muestran, además de la consolidación de Podemos, el empuje de Ciudadanos, que podría servir de sostén al PP para mantener sus Gobiernos. El PSOE es consciente de que ello podría cerrarle el acceso a algunos Ejecutivos, pero no considera que la formación de Rivera le arrebate votos, puesto que en su mayoría, según analizaron todos los dirigentes consultados por infoLibre, proceden del PP y de UPyD, a la que directamente "fulmina". "Ciudadanos es un problema de la derecha, no es el nuestro", sentencia con rotundidad uno de los colaboradores del secretario general. La ejecutiva federal ni tan siquiera ha discutido sobre C's, como sí ha hecho sobre Podemos.
Los socialistas no se plantean, por ahora, redirigir su campaña contra el partido de Rivera. Insistirán en el mensaje reiterado hasta la saciedad por Sánchez y replicado por sus dirigentes: que el PSOE representa la única "alternativa" al PP y que representa el "cambio seguro". Y, como dijo Díaz, ha de ser "reconocible" ante los ciudadanos, seguir su discurso, no desviarse. Una receta cuya eficacia se comprobará en apenas mes y medio.
Aunque no existe una "estrategia predefinida de pactos" antes de las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo, hay una cosa que Ferraz sigue teniendo clara: que no habrá alianzas con el PP, que no habrá gran coalición. Una consigna reiterada tanto por el secretario general, Pedro Sánchez, como los barones territoriales, empezando por que goza de mayor peso orgánico e institucional, Susana Díaz. Pero esa regla continúa teniendo una excepción: Ángel Gabilondo. Al candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid le ha perseguido, desde el primer día, la misma pregunta, si descarta acuerdos con los conservadores. Nunca ha dado una respuesta tajante, un no.