Los partidos encaran su segunda campaña electoral en apenas medio año, y eso supone echar de nuevo la mano a la caja para financiar actos, caravanas, mítines o carteles. PP, PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos tienen previsto reducir sus gastos con respecto a la campaña del 20 de diciembre, aunque los métodos con los que los partidos pagarán sus campañas son dispares: mientras los conservadores, los socialistas y el partido naranja recurrirán a préstamos bancarios, Podemos e IU –que, pese a presentarse juntos, financian sus campañas por separado– se han comprometido a obtener sus ingresos sin recurrir a los bancos.
Las subvenciones públicas jugarán un papel fundamental en la financiación de las campañas de los partidos. Por ley, las formaciones que hayan obtenido representación en el Congreso en las últimas elecciones –las del 20 de diciembre– tienen derecho a un adelanto del 30% de la subvención percibida en esos comicios, lo que supone un cambio importante para Podemos y Ciudadanos, que en los anteriores comicios tuvieron que sufragar íntegramente su campaña sin ayudas públicas, al carecer de presencia en las Cortes.
En este sentido, los partidos tienen derecho a percibir 21.167 euros por cada escaño conseguido en el Congeso en las pasadas elecciones, así como 0,81 euros por cada uno de los votos obtenidos por sus listas a la Cámara Baja y 0,32 euros por cada voto a sus candidatos al Senado que hubieran conseguido acta. Por otra parte, el Estado abona a cada partido 0,18 euros por elector en cada una de las circunscripciones en las que haya presentado lista al Congreso y al Senado –siempre que haya tenido grupo parlamentario– para sufragar el envío a los electores de papeletas y propaganda por correo.
Pero las principales formaciones tienen pensado complementar estos ingresos con otros procedentes o bien de préstamos bancarios o bien de microcréditos otorgados por ciudadanos o cargos. De nuevo, el PP será quien más vaya a gastar: su previsión es reducir en un 30% su presupuesto respecto al 20-D, lo que implicaría un total de 12,6 millones de euros entre gastos ordinarios y mailing. La misma reducción porcentual plantea el PSOE, que gastará en torno a seis millones de euros en la nueva campaña. Ciudadanos prevé gastar 3,5 millones –sin contar el mailing– y Podemos unos 3,4 millones –sumando en este caso los gastos ordinarios y el envío de papeletas–.
Partido popular
Los conservadores se gastaron un total de 18 millones de euros en la anterior campaña, incluyendo el mailing. La reducción de su presupuesto, que fuentes del PP calculan en alrededor de un 30%, se centrará en la eliminación de la práctica totalidad de la publicidad exterior y también de parte de los anuncios en medios de comunicación. A preguntas de infoLibre, el PP se negó a ofrecer el presupuesto concreto que tiene previsto para esta nueva campaña, y tampoco hace público el método de financiación que utilizará para pagar los gastos.
No obstante, los conservadores financian habitualmente sus campañas a través de créditos, si bien en la anterior campaña electoral también se negaron a ofrecer información relativa a la cuantía del préstamo suscrito y la entidad prestataria. infoLibre trató de obtener sin éxito estos datos a través del departamento de prensa del partido; la última información disponible sobre las deudas del PP en su página web refleja únicamente que para las elecciones europeas fue el Popular el banco que le ofreció un crédito de 1,9 millones.
Esta es la entidad financiera con la que trabajan habitualmente la mayoría de partidos, no solo el PP.
PSOE
Los socialistas tuvieron un gasto de 13,4 millones de euros en la anterior campaña: 8,6 fueron gastos comunes y los 4,8 millones restantes se invirtieron en los envíos de papeletas por correo. No obstante, el PSOE no quiso decir entonces de dónde prodecían los fondos para su campaña, a diferencia de lo que ha hecho en esta ocasión, ya que un portavoz del partido detalló a infoLibre que los socialistas tienen pensado pedir un crédito al Banco Popular. El PSOE, eso sí, no aclara la cuantía del préstamo.
Los socialistas tampoco especifican el presupuesto total de su campaña para el 26-J, aunque explican que tienen previsto que sea un 30% más barata que la de las anteriores elecciones. La reducción se sustentará, fundamentalmente, en la eliminación de la publicidad exterior y en el ahorro de un millón de euros en mailing, ya que el PSOE se ha comprometido a acceder a una subvención de 0,15 euros por papeleta enviada en lugar de los 0,18 que le corresponderían.
Unidos Podemos
Pese a concurrir en coalición, Podemos e IU harán campañas separadas y también las financiarán cada uno por su cuenta. La federación liderada por Alberto Garzón tiene previsto hacer una campaña austera: según cifras de su responsable de Finanzas, Lola Sánchez, la reducción será "de un 65%" con respecto a los gastos del 20 de diciembre, ya que las cuentas de IU se vieron seriamente tocadas al no conseguir la federación tener grupo parlamentario en la pasada legislatura y, por ende, quedarse sin subvención por envío de papeletas electorales.
Así las cosas, IU tiene previsto gastar en torno a medio millón de euros en la campaña del 26-J. Según explica Sánchez, la federación ha acordado con Podemos que ninguna de las dos formaciones podrá recurrir a los bancos para financiar sus gastos electorales –en la anterior campaña, IU pidió 2,5 millones de euros al Banco Popular–, por lo que la organización ha iniciado una campaña interna para que sus cargos públicos y también los orgánicos presten dinero a la organización para sufragar la campaña. "Hace más o menos una semana que hemos iniciado el proceso, estamos haciendo llamadas, y si no alcanzamos los 500.000 euros que nos hacen falta, lanzaremos también una campaña de microcréditos al público", señala la dirigente de IU, que no concreta la cantidad ya recaudada.
Precisamente esta segunda modalidad es la que Podemos lleva utilizando con éxito desde las elecciones autonómicas de mayo de 2015. El partido morado tiene previsto gastar en torno a 3,4 millones de euros –2,2 millones de campaña y 1,2 millones en mailing–, y ha puesto en marcha una nueva recogida de fondos entre sus simpatizantes, un dinero que prometen devolver una vez reciban la subvención del Estado por sus resultados en las elecciones. En los pasados comicios generales, Podemos consiguió a través de este método casi 2,9 millones de euros, en base a préstamos de entre 100 y 10.000 euros.
Según los datos que recoge la web de Podemos, el partido ya ha acumulado 300.000 euros a través de la campaña de microcréditos iniciada el pasado 12 de mayo. Además, para estos comicios, la formación liderada por Pablo Iglesias también ha abierto procesos de recaudación independientes para cada provincia para conseguir fondos que le permitan extender su envío de propaganda por correo al mayor número de hogares posible. La recaudación en estas colectas es muy desigual: mientras en Madrid la organización ha obtenido microcréditos por un valor de 13.700 euros, en Álava la recaudación únicamente asciende a 200 euros.
Tal y como explica a infoLibre Segundo González, responsable de Finanzas de Podemos, el partido tratará de recaudar la mayor cantidad de dinero posible para financiar su campaña a través de los microcréditos, con el límite de los 3,4 millones que tienen previsto gastar. No obstante, en caso de no conseguir alcanzar esa suma, González afirma que la formación tirará de sus recursos propios, procedentes fundamentalmente de las colaboraciones periódicas de algunos de sus afiliados y también de las subvenciones que les corresponden.
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Ciudadanos
El partido liderado por Albert Rivera sí que financiará parte de su campaña a través de un préstamo bancario, aunque el grueso de sus ingresos –un total de dos millones de euros, según fuentes de la formación– provendrá del adelanto de la subvención electoral que corresponde por ley a Ciudadanos. Así, el partido tiene previsto pedir un crédito al Banco Popular de 1,5 millones de euros, sostienen estas mismas fuentes, que señalan que estos 3,5 millones se refieren a gastos de campaña pero no incluyen la cantidad que Ciudadanos invertirá en el envío de propaganda electoral, una cifra que no detallan.
En la anterior campaña, la formación ya pidió un préstamo a ese mismo banco, que en aquella ocasión ascendió a alrededor de cuatro millones de euros al no tener derecho a subvención. Asimismo, Ciudadanos puso en marcha una campaña de donativos bajo el nombre "Donantes de ilusión", que repetirá para el 26-J, aunque prescindiendo de esa marca. El partido, no obstante, no tiene previsto devolver las cantidades a quienes las aporten, y tampoco pone un límite al dinero que un único particular puede donar, aunque la Ley de Financiación de Partidos establece como tope un máximo de 50.000 euros por persona y año.
Los partidos encaran su segunda campaña electoral en apenas medio año, y eso supone echar de nuevo la mano a la caja para financiar actos, caravanas, mítines o carteles. PP, PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos tienen previsto reducir sus gastos con respecto a la campaña del 20 de diciembre, aunque los métodos con los que los partidos pagarán sus campañas son dispares: mientras los conservadores, los socialistas y el partido naranja recurrirán a préstamos bancarios, Podemos e IU –que, pese a presentarse juntos, financian sus campañas por separado– se han comprometido a obtener sus ingresos sin recurrir a los bancos.