Juicios
La Fiscalía retira el delito de calumnias del que acusaba a Villarejo y rebaja así la pena solicitada a un año
La Fiscalía ha decidido retirar el delito de calumnias del que acusaba al comisario jubilado y en prisión provisional José Manuel Villarejo por haber dicho que el ex jefe del CNI Félix Sanz Roldán amenazó de muerte a la examante del rey emérito, Corinna Larsen, si bien ha mantenido la acusación por un presunto delito de denuncia falsa, con lo que la pena que pedía para el expolicía pasaría de dos años a uno.
El fiscal ha indicado que ha decidido modificar su escrito de acusación inicial, retirando el delito de calumnias y elevando a definitivas sus demás conclusiones, tal y como han hecho la Abogacía del Estado y la defensa de Villarejo.
El Ministerio Público pedía para él un total de dos años de cárcel: un año de prisión, la inhabilitación especial para el ejercicio del derecho al sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, y 20 meses de multa con una cuota diaria de 20 euros, por el delito de denuncia falsa; y otro año y la misma inhabilitación, por el de calumnias.
Niega ánimo de injuriar a Sanz Roldán
El comisario jubilado ha negado en el juicio cualquier ánimo de injuriar a Sanz Roldán, asegurando que su único interés al denunciarle era proteger los intereses institucionales de España, y ha denunciado que, en cambio, él sí sería víctima de una operación para "aniquilarle" orquestada supuestamente por el ex jefe de la Inteligencia española.
Villarejo, a preguntas de su abogado sobre cuál era su "ánimo" a la hora de denunciar a Sanz Roldán por, presuntamente, difundir una fotografía del ex comisario cuando regresaba de una operación encubierta contra el terrorismo yihadista, no era injuriar sino "definitorio". Según ha declarado, le "indignó" que de esa forma se pusiera en peligro su tapadera y con ello a sus colaboraodres. "Me pareció absolutamente aberrante", ha subrayado.
El comisario jubilado ha sostenido que el motivo que le llevó a denunciar a Sanz Roldán fue defender los intereses institucionales de España. "Con la madre, con la patria, sin razón o sin ella. Yo jamás voy en contra, como español", ha sentenciado, al tiempo que ha criticado que "este es un país absurdo donde a uno le insultan llamándole patriota".
Tras ello, de acuerdo con su versión, Sanz Roldán habría puesto en marcha desde el CNI una persecución en su contra. "Está clarísimo que es todo una operación perfectamente diseñada porque hay que aniquilar a un sujeto que se ha atrevido a cuestionar el funcionamiento de una persona que abusa de su condición", ha defendido. "Debo ser el único idiota de este país que se atreve a denunciar al director general del CNI", ha añadido.
Larsen se sintió amenazada
Igualmente, Corinna Larsen ha confirmado que en la primavera de 2012 se reunió en su habitación de hotel en Londres con el que era entonces jefe de los espías españoles Feliz Sanz Roldán, y que éste le amenazó señalándole que si no seguía "determinadas instrucciones", él no iba a poder "asegurar" su seguridad física y la de su hijo.
En este sentido, Larsen ha resaltado que esa reunión se produjo después de que así se lo pidiera el rey emérito Juan Carlos I y ha explicado que en sus comunicaciones "siempre querían hacer constar que el señor Sanz Roldán recibía los órdenes del rey Juan Carlos I, que las recibía desde arriba", ha dicho.
Por otro lado, ha recordado que también se sintió amenazada "como ciudadana, como persona normal y mujer" cuando sus oficinas y su apartamento en Mónaco fueron registradas ese mismo año por una empresa de seguridad contratada por los servicios de inteligencia españoles (CNI). Sobre ese hecho, ha explicado, pidió explicaciones al hoy exmonarca y éste le dijo que se trataba de una operación para protegerla de los paparazzi.
Larsen, vestida de negro y mediante videoconferencia desde una sede judicial en Londres, ha confirmado así las tesis de la defensa de Villarejo. Su declaración ha sido en inglés, y ha transcurrido algo lenta al precisar la intervención de intérprete -de hecho la propia Larsen ha interrumpido en varias ocasiones para corregir o matizar traducciones-. Quien primero le ha interrogado ha sido el abogado del excomisario, José García Cabrera, quien le ha preguntado si había tenido la sensación de ser "una ciudadana amenazada por un jefe de Estado y por los servicios secretos y si eso le hizo sentir miedo", a lo que la empresaria de origen alemán ha contestado afirmativamente.
"Sí, estaba decididamente muy asustada. No entendía el motivo y no se me proporcionó una explicación adecuada como ciudadana, a una persona normal, una mujer que se encuentra enfrentada con unas personas tan poderosas en territorio extranjero", ha contestado a la pregunta, calificando de "ilegal" la ocupación de sus oficinas y vivienda. Ha añadido que la explicación que obtuvo del rey no tenía sentido porque además al día siguiente tenía previsto abandonar Mónaco, por lo que no habría problemas con los fotógrafos.
Una reunión "incómoda" en su habitación del hotel
También ha confirmado su encuentro personal con el ex responsable del CNI en mayo de ese año, quien se trasladó expresamente a Londres para ello según le informó el propio Juan Carlos I. Ha relatado que el general Sanz Roldán se presentó en el Hotel Connor y a ella le incomodó que la reunión, a la que sólo asistieron ellos dos, se tuviera que realizar en su habitación.
"Dados los antecedentes de anteriores semanas en las que se había incluso ocupado mi casa, (...) añado que durante varios días se dieron incidentes en Londres cuando un extraño entró en mi habitación", ha explicado. De esa reunión, Larsen ha recordado que el ex jefe de los espías le dijo que debía seguir "determinadas instrucciones" y que si no las seguía "él no iba a poder asegurar" su seguridad física y la de su hijo. Esto, ha insistido, le "aterrorizó" como le pasaría a cualquiera porque "el hecho de que el jefe -del CNI- me visitara en Londres era bastante escalofriante".
Además, a preguntas del abogado de Villarejo ha explicado que el mismo día en el que mantuvo la reunión con Sanz Roldán encontró en su casa familiar de Suiza, a la que viajó, una copia de un libro que versaba sobre la muerte de Lady Diana y además le telefonearon con número oculto para transmitirle que "había muchos túneles entre Mónaco y Niza".
La reunión con Villalonga y Villarejo en 2015
A esto ha sumado que se ratificaba en su declaración jurada que presentó previamente a la causa y en la que hacía referencia tanto a las supuestas amenazas de Sanz Roldán como a lo que habló en su reunión de 2015 con Villarejo. Cabe recordar que Villarejo se sienta en el banquillo entre otras cosas por decir en un programa de televisión -Salvados- que el ex jefe de los espías amenazó a Corinna según le había relatado ésta.
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Corinna Larsen, ya a preguntas de Fiscalía, ha explicado que esa reunión se produjo en abril de 2015 en su casa de Londres y que a la misma asistió Juan Villalonga, que fue quien le presentó al comisario. En la misma, Corinna ha explicado que le contó su reunión con Sanz Roldán en su hotel londinense y las amenazas recibidas.
Al hilo, ha indicado que a pesar de que valoró con su equipo jurídico si denunciar esas amenazas o no, finalmente decidió no hacerlo porque "estaba aterrorizada" y porque el hecho de denunciar a Sanz Roldán conllevaría denunciar "al rey Juan Carlos porque era quien daba ordenes". "Y al tener inmunidad diplomática y al estar protegido el rey por la ley, no tendría consecuencias y no aseguraría mi seguridad en Londres", ha añadido.
Además, ha explicado que no sacó a la luz los hechos porque se enfrentaba a personas con mucho nivel de poder, y ha recordado que hasta 2019 Sanz Roldán seguía siendo el jefe del CNI y por tanto tenía inmunidad. No obstante, ha explicado que en septiembre de 2018 presentó una denuncia ante una sección de la policía londinense.