El Gobierno de Mariano Rajoy cree que a partir del 1-O el Govern debe estrenar interlocutores con el Estado. Fuentes del Ejecutivo consideran que tanto Carles Puigdemont como Oriol Junqueras están "descalificados democráticamente".
A medida que se ha ido acercando la fecha del referéndum ilegal, desde el PP y desde la Presidencia del Gobierno se ha insistido en la idea de que Cataluña debería abrir una nueva etapa con la convocatoria de elecciones autonómicas.
Sin tanta contundencia como la de la "descalificación democrática", la idea de que los promotores de la consulta no gozan de credibilidad para el Gobierno a la hora de reeditar la llamada "operación diálogo" fue uno de los ejes de la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
En ella, el portavoz del Ejecutivo, Íñigo Méndez de Vigo sostuvo que "las personas que han actuado deslealmente serán los que tendrán que ver" si pueden, o no, ser interlocutores.
El también ministro de Educación arrancó la rueda de prensa con un relato de acontecimientos tendente a demostrar que el aparato del Estado ha tumbado todas las estructuras del referéndum. Por ello, dijo, el 1-O no puede decirse que vaya a haber un referéndum.
En este sentido, advirtió de que los promotores de la consulta incurren en "una muy grave deslealtad institucional ante la que responderán" con "las responsabilidades y patrimoniales que les adjudiquen los tribunales".
"Nadie está por encimas de las leyes. Todos somos responsables de nuestros actos. Vamos a defender la unidad constitucional de España, la democracia liberal y representativa", mantuvo antes de anunciar que el Consejo de Ministros había dado luz verde a la interposición de tres recursos de inconstitucionalidad contra tres decisiones del Govern relacionadas con la agencia de protección social, una ley de vivienda y la ley de voluntades digitales.
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Por otra parte, el portavoz del Gobierno descalificó la polémica campaña en Twitter del Partido Popular que hablaba de "hispanofobia" respecto al 1-O.
Méndez de Vigo dijo que no había visto la campaña. Tras señalar que "el sabio apunta a la luna y el necio mira el dedo", dijo que gestos que contribuyan "a la ruptura" no son "buenos para nadie" ni en Cataluña ni en el resto de España.
El Gobierno de Mariano Rajoy cree que a partir del 1-O el Govern debe estrenar interlocutores con el Estado. Fuentes del Ejecutivo consideran que tanto Carles Puigdemont como Oriol Junqueras están "descalificados democráticamente".