28 de septiembre. El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, reclama "criterios científicos objetivos" para tomar medidas más duras, ante la recomendación efectuada horas antes por el ministro del Gobierno central, Salvador Illa, de que se actúe en zonas de la región con una incidencia acumulada (IA) a 14 días (casos/100.000 habitantes) mayor de 500. Sin embargo, y con París a la cabeza, las grandes capitales europeas están empezando a actuar contra la segunda ola del covid-19 con criterios más estrictos tanto que los utilizados por el Ejecutivo autonómico como por el estatal.
Ninguna, por el momento, ha aplicado restricciones a la movilidad, ni confinamientos perimetrales: sin embargo, muchas están limitando tanto el aforo como el horario de la restauración, así como las reuniones de personas, con números de casos que, si se registraran en la urbe española, serían considerados una magnífica noticia. La capital francesa, en el país más golpeado en esta segunda fase de la pandemia en el continente por detrás de España, ha cerrado todos los bares con una incidencia acumulada a 14 días de aproximadamente 500. El Gobierno de Reino Unido también baraja actuar en Londres con una IA en torno a 80, y ya cierran los pubs a las 22 horas en todo el país. Berlín ha sobrepasado el umbral que acordó el Ejecutivo de Merkel para endurecer la respuesta al coronavirus: más de 50 casos por cada 100.000 habitantes.
El criterio de 500 casos impuesto por el gabinete de Salvador Illa fue cuestionado por Madrid por demasiado duro y por los epidemiólogos por demasiado laxo. Es muy superior al que recomiendan los organismos internacionales, que hablan de "alerta" o de "riesgo" por incidencias superiores a entre los 100 y los 200 casos. La tasa de positividad, que entre el 3% y el 5% es considerada peligrosa, ronda el 20% en la capital. Pero en los últimos días, las grandes capitales europeas, también densas, muy pobladas y con altísima movilidad con las regiones circundantes, han demostrado a Ayuso que es posible mover ficha cuando las cifras alcanzan niveles aún moderados pero preocupantes, por el riesgo de desbordar el sistema sanitario o de volver a alcanzar la transmisión comunitaria. La capital de Francia es el ejemplo perfecto: aún con una incidencia global inferior a la totalidad de distritos de la urbe española, ha decidido cerrar todos los bares: una medida que ha descartado el Gobierno madrileño por el golpe que supondría a la economía. Eso sí: no se ha optado por restricciones a la movilidad, ni dentro de la ciudad ni de cara al exterior.
"La epidemia va demasiado rápido, hay que frenarla ahora, antes de que el sistema de salud se desborde", han advertido las autoridades parisinas. También han cerrado todas las ferias, exposiciones y gimnasios. En Berlín, la capital de Alemania, los responsables políticos municipales, regionales y estatales ya estudian nuevas medidas tras sobrepasar el baremo de más de 50 casos por cada 100.000 habitantes (en 7 días) establecido en la desescalada germana.
Eso sí: por ahora, y a diferencia de Madrid, se ha descartado actuar por distritos, ya que reconocen que –igual que en Madrid– la movilidad entre zonas es muy alta. Londres, en Reino Unido, cuenta con cifras similares a las de Berlín, que serían consideradas un remanso de paz en España. Al igual que en el resto del país, se han prohibido las reuniones de más de seis personas y los bares y restaurantes serán clausurados a las 22 horas: unas limitaciones que solo llegaron a determinadas áreas de salud de la ciudad del Manzanares cuando la incidencia superó los 1.000 casos. Según The Times, el Ejecutivo de Boris Johnson se prepara para imponer un confinamiento total en la capital, ordenando el cierre durante dos semanas de todos los negocios de restauración.
Los tribunales rechazan tres intentos de suspender las restricciones en Madrid: siguen vigentes pero sin multas
Ver más
Salvo en las urbes italianas, que para sorpresa del planeta están capeando la segunda ola con resultados excelentes pese a ser el país más golpeado por la primera ola, la mayoría de grandes ciudades del continente ya se están rearmando para la segunda batalla imponiendo la mascarilla obligatoria en los espacios públicos aunque sean al aire libre o limitando horarios y reuniones de personas. En Ámsterdam, capital de Países Bajos, todos los bares y restaurantes cierran a las 22 horas y solo se permiten tres invitados en las reuniones en domicilios particulares. La región a la que pertenece, Holanda norte, registra una IA/14 días cercana a los 80 casos, según lo registrado por el Centro Europeo de Control de Enfermedades Infecciosas (ECDC, siglas en inglés).
La región del Ática, donde se encuentra Atenas (Grecia) apenas alcanza los 60 casos de incidencia acumulada, pero ya ha prohibido conciertos y ha limitado los aforos de teatros y cines. Bruselas (Bélgica) ha prohibido la prostitución y ha impuesto el toque de queda de la restauración algo más tarde, a las 11, aunque la incidencia de su zona es más grave (sin llegar, de nuevo, a los niveles altísimos de Madrid): 300 y subiendo durante la última semana. Dublín, en la República de Irlanda, se confinó perimetralmente y cerró los interiores de bares y restaurantes, entre otras acciones, por una incidencia de 140.
La Comunidad de Madrid actuó con medidas drásticas en barrios superando una IA/14 días de 1000 casos, una cifra que sería considerada escandalosa y motivo de confinamiento total en otras urbes, teniendo en cuenta sus criterios actuales. Permitió los aforos completos y el cierre de madrugada de los bares en barrios que tenían la incidencia de Londres multiplicada por ocho. Sin embargo, aunque Madrid sea el epicentro del covid en Europa y en España, otras ciudades españolas tampoco están para tirar cohetes. Más allá de las madrileñas, si el umbral utilizado por Francia se extendiera a España, tendrían que cerrar todos sus bares Ciudad Real, Ibiza, Linares, Pamplona, Lucena, Lorca o Guadalajara, por citar algunas con una IA/14 días alta. Este lunes, la Junta de Castilla y León ha confinado León y Palencia. Los aforos de los locales se reducen a la mitad y se cierran perimetralmente.