"Muy malos y muy decepcionantes". Así calificó este sábado el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, los resultados obtenidos por su formación en las pasadas elecciones municipales, autonómicas y generales del 26M. Lo hizo en su intervención inicial en la reunión del Consejo Ciudadano Estatal del partido morado, su máximo órgano entre congresos, que se reúne este sábado por primera vez tras el batacazo electoral y donde se espera que los dirigentes territoriales que en las últimas semanas han puesto en cuestión a Iglesias expresen sus críticas delante del resto de la dirección.
Iglesias intervino al inicio de una reunión destinada a hacer balance de los resultados que obtuvo Podemos en los pasados comicios autonómicos, municipales y europeos. Unos resultados que, para el secretario general, son sorprendentemente malos y "llaman la atención" al haberse producido apenas "un mes después de las elecciones generales", donde la campaña realizada por Podemos —en la que el partido fue "de abajo a arriba", sostuvo— influyó para que obtuviera "un resultado muy superior al que cabía esperar" tan solo unas semanas antes de la cita del 28A.
"Tenemos que ser honestos y reconocer que esto no es una novedad en Podemos: si miramos el resultado de las anteriores elecciones generales y lo comparamos con el de las [anteriores] municipales y las autonómicas, en general hemos tenido rendimientos electorales mucho peores" en esos comicios a nivel territorial que en los generales, analizó el secretario general frente a unos dirigentes nacionales y autonómicos que, en algunos casos, han achacado en las últimas semanas los malos resultados del 26M a las acciones de la dirección estatal.
Para Iglesias, la clave que explica que el batacazo de las autonómicas y municipales haya sido más profundo que el de las generales ha sido "el papel de los liderazgos" territoriales. "El resultado de Kichi en Cádiz es espectacular, y no es disociable de lo que representa Kichi y de una ciudad muy particular y de su trabajo en el ayuntamiento, del mismo modo que Ada Colau ha conseguido un resultado espectacular a la vista de con lo que estaba compitiendo. Pero, por desgracia, esto es la excepción y no la regla", planteó el líder de Podemos.
No obstante, Iglesias quiso corresponsabilizarse de los resultados y sostuvo que el "problema" es "de todos, no de los territorios o de los candidatos de cada territorio en exclusiva, sino del conjunto de la organización". Y planteó varias causas, entre las que se cuentan los problemas de Podemos para convertirse en "referente territorial", las carencias de implantación fruto de tener apenas "cinco años de vida" y la "confusión" que ha podido provocar "tener un nombre diferente casi en cada territorio".
Las "claves programáticas" para negociar con el PSOE
El líder de Podemos, además, volvió a insistir en que su partido tiene que estar presente en el próximo Consejo de Ministros presidido por Pedro Sánchez, y defendió su posición ante la dirección andaluza de Podemos, una de las más críticas con él y frontalmente contraria a compartir gabinete con el PSOE. "Las políticas se cambian desde el gobierno, los acuerdos programáticos son papel mojado", aseguró Iglesias, que dijo comprender los "riesgos" que comporta gobernar con los socialistas, pero afirmó que Podemos es "imprescindible para que se produzcan determinados cambios en un sentido progresista".
En este sentido, Iglesias planteó las "claves programáticas" que pondrá encima de la mesa en su negociación con Sánchez. Unas claves que pasan, fundamentalmente, por acordar con el PSOE la puesta en marcha de una reforma fiscal, los cambios en la legislación laboral y la puesta en marcha de un programa de "inversiones estratégicas" para poner coto al cambio climático, afrontar la desigualdad de género o mejorar la ayuda a la dependencia.
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Según explicó su líder, Podemos pedirá al PSOE la derogación de la reforma laboral, que según recordó Iglesias los socialistas incluían en su programa pese a que ahora "quieran tomarle el pelo a la ciudadanía". Además, el partido morado propone la subida del salario mínimo a 1.200 euros mensuales durante la próxima legislatura, "acabar con el fraude de los contratos temporales" limitando su duración máxima y mínima y su "concatenación" e implantar una ayuda para que todas las personas tengan un ingreso mínimo de al menos 600 euros al mes.
Asimismo, Iglesias plantea la reducción de la jornada laboral a 34 horas semanales y la puesta en marcha de una reforma fiscal que incluya la rebaja del impuesto de sociedades a las pymes hasta el 23%, la subida del IRPF a las rentas por encima de los 100.000 euros, un "recargo" del 10% a la banca en el impuesto de sociedades y la reducción del IVA de productos alimenticios y de higiene femenina, así como de los suministros de gas y electricidad. Podemos, sostuvo su líder, pretende así que "los sectores privilegiados de la sociedad paguen lo que les toca pagar".
"Nuestra convicción de que es necesario que gobernemos es todavía mayor a la vista de los últimos hechos y del giro del PSOE", que en las últimas semanas ha vuelto a "girar a la derecha" y "ha tratado de presionar a PP y Ciudadanos para lograr un acuerdo de gobernabilidad", resumió Iglesias. "Es una evidencia que el PSOE ha buscado a la derecha, pero no la ha encontrado a pesar de que buena parte de los poderes económicos presionan a Ciudadanos", por lo que a Podemos le "toca afrontar con espaldas anchas y con ironía un proceso de negociación que va a ser largo", aseveró.
"Muy malos y muy decepcionantes". Así calificó este sábado el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, los resultados obtenidos por su formación en las pasadas elecciones municipales, autonómicas y generales del 26M. Lo hizo en su intervención inicial en la reunión del Consejo Ciudadano Estatal del partido morado, su máximo órgano entre congresos, que se reúne este sábado por primera vez tras el batacazo electoral y donde se espera que los dirigentes territoriales que en las últimas semanas han puesto en cuestión a Iglesias expresen sus críticas delante del resto de la dirección.