La lucha contra las pseudoterapias: productos vendidos en farmacia sin aval científico

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Con el reiki, los "terapeutas" aseguran que pueden sanar las enfermedades de los pacientes aproximando sus manos sin necesidad de tocarlos. Los defensores y propulsores de las dietas alcalinas defienden que, variando la dieta, los enfermos pueden superar algunos tipos de enfermedades. Samuel Hahnemann, por su parte, cuando inventó la homeopatía en el siglo XVIII, sostuvo que la enfermedad puede curarse tomando aquello que la provoca, sobre todo si se diluye en grandes cantidades de agua que, "guardando" el "principio activo", aumenta su eficacia. Estas son sólo algunas, pero hay más. Se conocen como pseudoterapias, y son todas aquellas prácticas que, sin haber demostrado científicamente su eficacia, se presentan a los pacientes con algún tipo de dolencia como una solución verdadera a sus enfermedades. 

Los expertos llevan tiempo avisando de los peligros de confiar en estas prácticas, pero aun así, todavía encuentran su propio nicho de mercado. El doctor Joaquim Bosch-Barrera, oncólogo, afirma que no lo hacen por desconocimiento, sino por pura desesperación. Lo dijo este viernes en Twitter, después de publicar varios mensajes poniendo como ejemplo el caso de una mujer que acudió a urgencias con fiebre y con un cáncer de mama en un estado muy avanzado. Transcribió la conversación que tuvo con la paciente: "¿Y tu 'terapeuta' alternativo qué te dice de tu tumor? Dice que si sale hacia fuera es bueno, porque significa que se está oxigenando". Al mensaje le sigue el hashtag #STOPPseudociencias, precisamente, el que varias asociaciones y sociedades científicas movieron en Internet durante este jueves en una campaña para instar al Ministerio de Sanidad a tomar medidas contra estos fraudes sanitarios.

 

Los mensajes se multiplicaron en las 12 horas que duró la acción, y fueron muchos los médicos que quisieron insistir en la necesidad de concienciar sobre estas prácticas. Lo hicieron también porque los datos son muy reveladores. El barómetro del CIS de febrero incluyó una serie de preguntas sobre la salud de los españoles, sus visitas al médico y, por primera vez, una docena de cuestiones en torno a técnicas y productos como la homeopatía y el reiki. Los resultados evidenciaron que la mayoría de los encuestados no ven estas prácticas como algo ajeno a la ciencia, pues los que las rechazan dicen hacerlo por otros motivos, como su precio. Otro estudio, este de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt), reveló además que más de la mitad de los españoles (un 53%) confía en los productos homeopáticos. 

No ha habido campañas que demuestren lo contrario. El anterior Ministerio de Sanidad, dirigido por la conservadora Dolors Montserrat, aseguró que las pondría en marcha. "Pero creo que nadie las ha visto por ningún sitio", denuncia Fernando Frías, abogado y miembro de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP). Lo hizo el pasado mes de abril, cuando, durante el Consejo Interterritorial, presentó un borrador de orden ministerial a las comunidades autónomas que regularizaría los productos homeopáticos. Lo hicieron en cumplimiento de una directiva europea de 2001 en la que estos productos pasaron a considerarse medicamentos. 

"Queremos decirles bien claro a los pacientes que no hay evidencia terapéutica", dijo la entonces ministra, aunque no frenó que estos productos pudieran encontrarse fácilmente en cualquier farmacia. De todos modos, ya lo venían haciendo desde el año 1994, tal y como denuncia Elena Campos, presidenta de la APETP.  

Numerosos peligros

El caso concreto desvelado este viernes por el doctor Bosch-Barrera ha impactado, pero no es el único. La desesperación de la que él mismo habla, sumada a esa falta de información y a la venta de estos productos en farmacia, junto a cualquier otro medicamento, son las responsables. "Hay muchos casos de muertes y cada vez más casos de personas que llegan a urgencias con enfermedades en un estado muy avanzado que antes han intentado tratarse con este tipo de prácticas que no funcionan", relata Frías, que explica que también hay otros casos en los que el paciente decide complementar las pseudoterapias con algunos tratamientos médicos, como la quimioterapia en el caso del cáncer. "En algunos casos están prescribiendo tratamientos a base de plantas o suplementos que cualquiera sabe de dónde han salido y que incluso interfieren con los tratamientos", denuncia. 

Numerosos estudios subscriben las palabras de Frías. Así, el oncólogo estadounidense Skyler Johnson demostró recientemente que la sustitución de los tratamientos médicos por las también denominadas terapias alternativas aumenta hasta en un 470% el riesgo de morir. Pero complementar ambas técnicas tampoco funciona. Este mismo jueves, un equipo de investigadores de la Universidad de Yale (EEUU), a través de un estudio, evidenció que emplear las pseudoterapias a modo de complemento como arma contra la enfermedad duplica el riesgo de muerte del paciente

Aun así, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) informó el pasado mes de enero de que habían advertido un "peligroso repunte" de quienes acudían a su servicio de consultas para preguntar sobre la eficacia de la guayaba o del veneno del escorpión azul. 

Paso al frente de la ministra de Sanidad

No obstante, tras el cambio de Gobierno parece abrirse un nuevo escenario. La sustituta de Montserrat al frente de Sanidad, Carmen Montón, ya anunció el pasado jueves que una de las intenciones de su Ministerio será combatir las pseudoterapias. Y la homeopatía, quizá la más conocida, sería la primera. "La homeopatía no cura", afirmó rotunda en la Comisión del Congreso de los Diputados en la que anunció las políticas que desarrollaría durante su mandato. 

Tras esa idea, vino la propuesta. "Vamos a instar en el seno de la Comisión Europea a que modifique la Directiva por la que se establece un código comunitario sobre medicamentos de uso humano, y deje de considerar a los productos homeopáticos como medicamentos", afirmó. Así se han estado vendiendo en España: como cualquier medicamento, a través de una farmacia. 

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Esto se reguló el pasado mes de abril, cuando, durante el Consejo Interterritorial, Montserrat presentó su borrador de orden ministerial mediante la que se traspondría esta directiva europea a España. "Se definió a los productos homeopáticos dentro de un apartado que se denomina 'medicamentos especiales'", explica Campos.

"Pero lo que también es cierto es que con la normativa actual que tenemos en nuestro país –regulada por un Real Decreto aprobado en 2007–, ningún producto puede venderse como medicamento sin código nacional o número de registro, que lo otorga la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios", explica Campos. Pero, en cambio, se hace, y sin el etiquetado obligatorio de "producto homeopático sin indicaciones terapéuticas demostradas". De hecho, Campos asegura que, si se hace una búsqueda en el Centro de Información de Medicamentos (Cima), no aparece ninguno de estos productos que se comercializan en las farmacias. 

Montón no olvida esto, y propone también como medida hacer cumplir esta normativa. Su batalla contra las pseudoterapias comenzó hace tiempo, cuando ejercía de consejera de Sanidad en la Generalitat valenciana. En ese momento, impulsó una instrucción pionera para prohibir la publicidad y el desarrollo de técnicas sin aval científico en los centros sanitarios públicos de la comunidad. Ahora, pretende trasladar esta beligerancia a nivel nacional. 

Con el reiki, los "terapeutas" aseguran que pueden sanar las enfermedades de los pacientes aproximando sus manos sin necesidad de tocarlos. Los defensores y propulsores de las dietas alcalinas defienden que, variando la dieta, los enfermos pueden superar algunos tipos de enfermedades. Samuel Hahnemann, por su parte, cuando inventó la homeopatía en el siglo XVIII, sostuvo que la enfermedad puede curarse tomando aquello que la provoca, sobre todo si se diluye en grandes cantidades de agua que, "guardando" el "principio activo", aumenta su eficacia. Estas son sólo algunas, pero hay más. Se conocen como pseudoterapias, y son todas aquellas prácticas que, sin haber demostrado científicamente su eficacia, se presentan a los pacientes con algún tipo de dolencia como una solución verdadera a sus enfermedades. 

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