La mayoría de eurodiputados españoles —32 de un total de 54— han evitado este martes apoyar al nuevo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ya sea votando en contra como los representantes del PSOE y del resto de grupos de Izquierda o absteniéndose. Juncker ha sido elegido por una amplia mayoría de 422 votos, muy por encima de los 376 que necesitaba.
Entre los españoles, sólo han votado 'sí' a Juncker los 16 eurodiputados del PP; el representante de Unió Democràtica de Catalunya; los dos representantes de Ciudadanos; dos de los cuatro parlamentarios de UPyD (Francisco Sosa Wagner y Fernando Maura); y la eurodiputada del PNV, Izaskun Bilbao.
Los otros dos eurodiputados de UPyD —Maite Pagazaurtundua y Beatriz Becerra— se han abstenido, y tambiénel representante de Convergència, Ramon Tremosa.
En contra han votado los 14 eurodiputados del PSOE siguiendo las órdenes del nuevo secretario general Pedro Sánchez. También han rechazado la candidatura de Juncker los cinco eurodiputados de Izquierda Unida y los cinco de Podemos, los dos de Esquerra, así como los representantes de Iniciativa, Compromís y Bildu.
La elección de Juncker ha sido posible gracias al apoyo del PP europeo y de la mayoría del grupo socialista y del liberal. Estos tres partidos han alcanzado un acuerdo de legislatura para formar una mayoría proeuropea estable frente al auge de los grupos euroescépticos. De esta mayoría se han desmarcado, además de los 14 eurodiputados socialistas españoles, los británicos y los suecos. Los socialistas franceses se han abstenido.
Con todo Juncker ha obtenido más votos que el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, que fue reelegido el 1 de julio con 409 votos gracias al mismo acuerdo de estabilidad.
En contra del ex primer ministro luxemburgués han votado los eurodiputados de Izquierda Unitaria (grupo en el que están Izquierda Unida y Podemos), los Conservadores y Reformistas Europeos, el grupo de los conservadores británicos, el grupo euroescéptico dirigidos por el líder del UKIP, Nigel Farage,así como la extrema derecha capitaneada por la presidenta del Frente Nacional, Marine Le Pen.
Los líderes europeos designaron a Juncker —que fue el candidato del PP europeo a la Comisión en las pasadas elecciones a la Eurocámara— en la cumbre del 27 de junio con la única oposición de Reino Unido y Hungría. Para ser ratificado, el ex primer ministro luxemburgués necesitaba el apoyo de la mayoría simple del Parlamento, es decir, de 376 eurodiputados.
Tras la confirmación de Juncker por la Eurocámara, los Estados miembros deben nombrar ahora a sus candidatos para comisarios. El nuevo presidente de la Comisión decidirá en las próximas semanas sobre el reparto de carteras y los diferentes comisarios deberán pasar el examen del Parlamento en septiembre y octubre.
La configuración del nuevo Ejecutivo comunitario será debatida por primera vez este miércoles en una cumbre extraordinaria de líderes europeos en Bruselas a la que acudirá el propio Juncker.
En su discurso ante el pleno, antes de la votación, Juncker ha propuesto un plan de inversión público-privada en la UE que movilice 300.000 millones de euros en un plazo de tres años para impulsar el crecimiento, el empleo y la competitividad.
"Europa tiene ahora un vigésimo noveno Estado, que es el Estado donde viven los desempleados, los jóvenes sin trabajo, los rechazados, los que han sido dejados atrás. Quiero que este vigésimo noveno Estado vuelva a ser un Estado miembro normal y por eso propongo un ambicioso programa de inversiones", ha dicho Juncker en una comparecencia previa a la votación para confirmarle, en la que ha alternado el francés, el alemán y el inglés.
Juncker ha defendido que este programa debe aprobarse en febrero de 2015. Las inversiones se concentrarán en proyectos de infraestructuras de transporte, I+D, banda ancha, energía y en la reindustrialización de Europa. Además, ha propuesto reforzar el plan europeo contra el paro juvenil y extenderlo a los jóvenes de hasta 30 años (en lugar de hasta 25 como ahora).
Este plan no se basará en un aumento de la deuda, sino que se financiará recurriendo a los fondos estructurales europeos y los instrumentos del Banco Europeo de Inversiones, ha anunciado el ex primer ministro luxemburgués.
El futuro presidente de la Comisión ha resaltado que este plan será plenamente compatible con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, cuyos "principios básicos no se alterarán". No obstante, ha anunciado que usará el "margen de flexibilidad" previsto en el Pacto para "aprovechar plenamente su dimensión de crecimiento". "En el pasado ya se ha hecho y lo haremos también en el futuro", ha anunciado a los eurodiputados.
Juncker ha defendido el trabajo del Eurogrupo en la gestión de la crisis de deuda, pero también ha admitido "errores" y ha anunciado que en el futuro, antes de aprobar un plan de ajuste para rescatar a un país, Bruselas realizará un análisis de su impacto social. Además, se revisará el papel de la troika para hacerla "más democrática y sujeta a escrutinio parlamentario".
En su opinión, la eurozona debe seguir mejorando su integración y crear una "especie de gobierno económico" que sirva para coordinar las reformas y un presupuesto de la eurozona para premiar a los países que las hagan. "Si los Estados miembros hacen esfuerzos particulares, debemos reflexionar sobre incentivos financieros que acompañen este proceso y, en este marco, debemos reflexionar sobre la puesta en marcha de una capacidad presupuestaria de la eurozona", ha sostenido.
Juncker ha apostado además por "acabar con el ridículo" de que la eurozona cuente con múltiples representantes que a menudo se contradicen y crear una representación única para el euro en las instituciones internacionales.
El futuro presidente de la Comisión, hasta hace poco presidente de Luxemburgo, considerado por muchos un paraíso fiscal, se ha comprometido a luchar contra el fraude y la evasión fiscal y a promover iniciativas como la base común del impuesto de sociedades o la tasa a las transacciones financieras internacionales. También promoverá la existencia de un salario mínimo y una renta de inserción mínima en toda la UE.
Juncker ha dicho a la Eurocámara que está a favor de concluir el acuerdo de libre comercio que la UE está negociando con EEUU pero sin rebajar los estándares comunitarios. "El acuerdo no se concluirá a cualquier precio. No podemos abandonar nuestras normas en materia de sanidad, sociales o de protección de datos", ha indicado.
El ex primer ministro luxemburgués ha defendido la creación de una unión energética que aumente el poder negociador de la UE frente a Rusia y reduzca su dependencia energética. Además, ha reclamado seguir apostando por las energías renovables e imponer un objetivo del 30% de eficiencia energética de aquí a 2030.
En su programa figura asimismo acelerar la creación de una unión de capitales que reduzca los costes de financiación para las pymes, así como completar el mercado digital único, que podría aportar 250.000 millones de euros en beneficios adicionales durante los próximos cinco años.
Juncker tiene previsto proponer una política común de asilo y de inmigración legal. "Hagámoslo igual de bien que Estados Unidos, Canadá y Australia", ha reclamado. También ha defendido combatir las "bandas criminales" que trafican con seres humanos y "una mejor solidaridad entre el norte y el sur de Europa".
"La inmigración ilegal, los refugiados, no son problemas sólo de Malta, Chipre, Italia o Grecia, son problemas de toda Europa", ha sostenido.
El futuro presidente de la Comisión ha dicho que defenderá la libre circulación de trabajadores dentro de la UE frente a las restricciones que reclaman Reino Unido o Alemania y que corresponde a los Estados miembros combatir posibles abusos de los beneficios sociales.
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Finalmente, Juncker ha anunciado que hará obligatorio el registro de lobbies para que los ciudadanos europeos sepan con quién se reúnen los mandatarios europeos y que modificará las reglas sobre transgénicos para que Bruselas no pueda decidir en contra de la voluntad mayoritaria de los Estados miembros.
El momento más tenso de la intervención de Juncker ha sido cuando ha sostenido que "el euro protege a Europa". Entonces ha sido interrumpido por gritos de los euroescépticos británicos y también por aplausos de la mayoría de la Eurocámara.
"No quiero una Europa que ocupe las gradas de la historia, sino una que juegue en el centro, que avance, que proteja", ha dicho el ex primer ministro luxemburgués.
La mayoría de eurodiputados españoles —32 de un total de 54— han evitado este martes apoyar al nuevo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ya sea votando en contra como los representantes del PSOE y del resto de grupos de Izquierda o absteniéndose. Juncker ha sido elegido por una amplia mayoría de 422 votos, muy por encima de los 376 que necesitaba.