Los médicos de la sanidad pública se movilizarán en 2018 para reclamar mejores salarios y más financiación para el sistema

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La conflictividad amenaza con hacerse hueco en la sanidad pública de todo el país en el inicio de 2018. Esta vez, de manos de los médicos, que se movilizarán en los primeros meses de este año para expresar su malestar por la "descomposición" que sufren los servicios de salud desde que la crisis económica llevó a las administraciones a meter la tijera en los presupuestos dedicados a sostener la actividad de hospitales y centros de salud y en las nóminas de los profesionales. 

Los médicos entienden que todas estas medidas se tomaron en momentos de extrema gravedad, con el país al borde del precipicio. Pero lo que no comparten es que ahora que la recuperación se anuncia a bombo y platillo esa mejoría siga sin hacerse evidente en los centros sanitarios y en las retribuciones que cobran a fin de mes. Por ello, el comité ejecutivo de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), a la que pertenecen más de 50.000 facultativos y es la organización sindical mayoritaria en el sector, acordó a mediados de este mes iniciar movilizaciones a nivel nacional durante el primer trimestre de 2018. 

La devaluación salarial es una de las principales causas de malestar entre los facultativos, tal y como explica a infoLibre el doctor Francisco Miralles, secretario general de la CESM. "Nuestro poder adquisitivo ha sufrido una merma de entre el 25 y el 30% desde que en junio de 2010 se llevó a cabo el primero de los recortes, que fue del 5% de media en el sector público. A los médicos y titulados superiores nos supuso un 9% de pérdida porque nuestras pagas extraordinarias y trienios se rebajaron más de un 40%. Era algo asumible en un momento de crisis, pero creemos que ya es momento de recuperar nuestros salarios", señala.

La organización sindical también tiene en el eje de sus reivindicaciones la recuperación de la jornada laboral de 35 horas semanales, que fue establecida para los funcionarios en 1999 y suspendida hace cinco años por decisión del Gobierno central por razones de estabilidad presupuestaria. La jornada actual es de 37,5 horas semanales. "No podemos seguir siendo el sistema sanitario más eficiente de la OCDE a costa del sueldo y el esfuerzo de sus profesionales. Es intolerable", se queja Miralles. 

Por otro lado, los profesionales quieren poner el acento sobre la cuestión de los complementos salariales por la carrera profesional, que puede suponer hasta 14.000 euros anuales más para los facultativos, pero cuyo reconocimiento sigue paralizado en cinco autonomías. Además, otras nueve comunidades siguen vetando que los interinos tengan acceso a estos complementos. La CESM también quiere poner el foco sobre la situación de los médicos jóvenes, que en muchos casos tienen que elegir entre la temporalidad e interinidad y emigración.

Infrafinanciación 

No obstante, más allá de reclamaciones de tipo laboral, los médicos también se movilizarán para denunciar la infrafinanciación de la sanidad pública. Las organizaciones sindicales agrupadas en la CESM creen "insuficientes" las partidas presupuestarias que reciben las comunidades autónomas para financiar los respectivos sistemas de salud, precisamente en un contexto de creciente demanda de cuidados por, entre otras razones, el progresivo envejecimiento de la población. 

Lo cierto es que la recuperación sigue sin llegar a los presupuestos sanitarios de todas las comunidades autónomas. El último informeRecursos Económicos del Sistema Nacional de Salud, publicado recientemente por el Ministerio de Sanidad, acredita que 11 de las 17 autonomías no han recuperado la inversión sanitaria de antes de la crisis. Es decir, que los fondos consignados a esta partida en sus presupuestos para 2017 continúan siendo inferiores a los asignados en 2010, cuando las cuentas sanidad pública española alcanzaron, de media, sus cotas más altas. Murcia, Cataluña y Castilla-La Mancha son las comunidades que más han recortado desde 2010. 

Miralles señala que esta falta de financiación se hace visible en cuestiones como la presión asistencial, la falta de tecnología o el aumento de las listas de espera. Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad los ciudadanos residentes en España tienen que aguardar, de media, 104 días para operarse en la sanidad pública, 21 días más que un año antes. Además, 1,9 millones de pacientes esperan por una primera visita, con oftalmología y traumatología como las especialidades con más atasco.

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A la vista de las reivindicaciones del colectivo no parecen faltar razones para la movilización. Sin embargo, los sindicatos médicos reconocen que el de los facultativos no es un sector demasiado dado a la protesta. "Es cierto que a los médicos no les gusta dejar colgados a sus pacientes, pero hay veces que la dignidad de la profesión está por encima de los deberes", dice Miralles. La posibilidad de una huelga está sobre la mesa.

"Estamos enfadados y nos planteamos todas las movilizaciones que contempla la ley incluida la huelga", dice Julián Ezquerra, secretario general de Amyts, el sindicato médico de la Comunidad de Madrid. La huelga que los facultativos de Madrid llevaron a cabo en 2012 fue clave para acabar con el proceso de privatización promovido por el Ejecutivo regional del PP. En ese caso, no obstante, la protesta la lideró la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (Afem), creada para defender de forma inseparable los derechos de los médicos y de los pacientes ante los "continuos y graves recortes" que estaba sufriendo la sanidad pública. Los paros duraron cinco semanas. 

Más allá de grandes movilizaciones de carácter territorial, los médicos también han llevado a cabo paros de carácter estatal, aunque no de forma reciente. Miralles recuerda la huelga de 1995 convocada por la CESM en la que se reclamó la equiparación salarial para el territorio Insalud con los salarios de autonomías como Cataluña, País Vasco y Navarra y en la consecución de la estabilidad laboral, pues en las comunidades que todavía no tenían las competencias transferidas había un 40% de médicos interinos.

La conflictividad amenaza con hacerse hueco en la sanidad pública de todo el país en el inicio de 2018. Esta vez, de manos de los médicos, que se movilizarán en los primeros meses de este año para expresar su malestar por la "descomposición" que sufren los servicios de salud desde que la crisis económica llevó a las administraciones a meter la tijera en los presupuestos dedicados a sostener la actividad de hospitales y centros de salud y en las nóminas de los profesionales. 

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