Que el Gobierno, las comunidades autónomas y los ayuntamientos de España "digan la verdad" declarando de manera inmediata el estado de emergencia climática. Que se comprometan activamente a reducir hasta el 0% neto la emisión de dióxido de carbono para 2025, teniendo en cuenta las emisiones de la producción y el consumo. Que se creen asambleas ciudadanas coordinadas con el resto de actores implicados, capaces de deliberar y trabajar para encarrilar una transición ecológica justa, así como para supervisar el cumplimiento de lo pactado. Son los tres requerimientos de la ONG Extinction Rebellion, la última expresión de los colectivos del clima. Nacida en Reino Unido en abril de 2018 y llegada a España un año después, promueve acciones de desobediencia civil no violenta para forzar a los poderes públicos a que pongan la crisis climática y ecológica en el centro del debate político, para lo que les piden voluntad y valentía.
Extinction Rebellion (XR) ya ha realizado algunas acciones simbólicas en España. Se estrenó en Madrid el 15 de abril, cuando decenas de activistas bloquearon la entrada de la sede de Repsol. Luciendo una pancarta con el mensaje No hay un Planeta B, denunciaron la actividad contaminante de la empresa y la "negligencia criminal" de los gobiernos que la han permitido. Otras acciones directas no violentas que llevan a cabo son los jams de cada jueves en Gran Vía con la plaza del Callao, o los die-in. Son representaciones alegóricas en la vía pública con la ambición de visibilizar las razones y consignas que justifican la necesidad de luchar colectivamente contra el cambio climático. Asimismo organizan asambleas abiertas y charlas de formación con las universidades en las que también planifican futuras acciones.
Están previstas manifestaciones en las que probablemente participarán varias ramas de la familia climática como Greenpeace o Fridays For Future para el próximo 15 de mayo, el Día mundial de la Acción del Clima, y el próximo 5 de junio, el Día mundial del Medio Ambiente.
El coordinador de XR para España y uno de los activistas que ha participado en las protestas de Londres, Nicolás Eliades, afirma que la crisis climática "está confirmada" desde hace muchos años, pero ha sido "el último informe de la ONU el que constata que hemos entrado en la sexta gran extinción". La gravedad de los hallazgos del estudio del IPBES radica en que de las tres millones de especies animales que conocemos en el mundo, un millón está en riesgo de extinción. Casi la mitad de ese millón de especies son insectos, animales subestimados pese a la "importantísima labor que les corresponde en el ciclo de la vida", por lo que se trata de "una cuestión que tiene que ver directamente con la existencia de la vida en el planeta", apostilla Eliades. "Un tercio de las especies del mundo están bajo peligro por acciones del ser humano", algo que además de conllevar un "problema moral y ético, afectará a nuestro propio ecosistema", avanza el coordinador de XR.
La independencia de la ONG reside en los colectivos y movimientos sociales y ambientales de la sociedad civil, a quienes apela para sumar apoyos en lo que consideran una posibilidad de reducir un calentamiento global descontrolado a través de las asambleas ciudadanas. El llamamiento está dirigido en particular "a las ONG que comparten el mismo sentimiento de angustia y desesperación" con la intención unir en una sola voz a la familia climática para pedir "el reconocimiento de la situación y que la sociedad conozca de una vez lo que está pasando", reprocha Nicolás Eliades.
La organización tiene mayor presencia en Madrid, Cataluña, Andalucía y Valencia, si bien quiere expandirse al resto de comunidades con tal de fomentar una sociedad más sostenible. Señalan que "ya es tarde", pero aseguran que "los recursos y la tecnología existen" y es necesario emplearlos con ese objetivo. Tiene la mira puesta en las ciudades, ya que son el epicentro de las decisiones políticas y empresariales, y cuentan con más facilidades para descarbonizarse que las áreas rurales. Sin embargo, subrayan la importancia de llevar a cabo una transición agroecológica liderada por las asambleas frente al modelo económico vigente que, como otras ONG ecologistas, ven imposible de sostener.
El lema de Extinction Rebellion es Amor y furia. Es un movimiento político apartidista que tiene sus raíces en los motivos medioambientales, pero no se declara como una causa ecológica, sino existencial. La carrera contra la extinción se libra al menos en 33 países.
El coordinador de Extinction Rebellion para España, Nicolás Eliades | Sofía Torres
Otras organizaciones como Climate Reality Project, iniciada por el exvicepresidente de Estados Unidos por el Partido Demócrata y uno de los promotores del Protocolo de Kyoto Al Gore, no apoyan la forma en que Extinction Rebellion aborda el cambio climático. Sin embargo, el embajador por el clima y consultor en ambiente de South Pole Mauro Accurso aprecia la variedad de puntos de vista con que las distintas ONG expresan a los poderes públicos y la población civil la importancia de abordar el cambio climático: "Todas cumplen su función".
Destaca la importancia de saber comunicar sus implicaciones "bajándolas a tierra": "La gente no entiende que afecta a su salud y a la de las generaciones futuras, a su forma de conseguir alimentos; a que se puede llegar a inundar el lugar donde vive y que, en realidad, nos afecta cada vez más rápido". Accurso subraya que "todo está relacionado" y que "no hay una sola solución". Si bien depende mucho de la situación geográfica de cada comunidad, acaba repercutiendo en todos los países: inundaciones, huracanes, sequías, heladas, grandes olas de calor, más probabilidades de incendios, etc. Por ello, sostiene, cada comunidad necesita encontrar el cambio que más le atañe para aminorar las consecuencias, porque el cambio climático hace que los eventos climáticos extremos ocurran cada vez más veces.
Climate Reality Project se compone también de sucursales internacionales y nació con la finalidad de ampliar los conocimientos sobre el cambio climático y detener lo que entiende por “la agenda radical” de combustibles fósiles de la Administración de Trump. Encabeza acciones regenerativas desde caras reconocibles, como altos cargos de empresas, para impulsar el cambio global hacia las energías renovables así como entrena a nuevos líderes climáticos de distintos países del mundo para combatir la desinformación que trivializa la crisis climática.
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La crisis climática, concatenada con la extinción de las especies y las migraciones
Se trata de una preocupación de alcance global. En lugares donde antes una sequía podía durar seis meses ahora dura dos años, provocando que las poblaciones autóctonas queden sin acceso al agua durante el tiempo que se se prolonga dicha sequía, cada vez más difícil de pronosticar. Entonces se producen la pérdida de la biodiversidad, la falta de alimentos, las hambrunas y las migraciones climáticas. Estas últimas, según Paula V., del Monitor de Resiliencia Climática, son la causa de la mayor parte de los movimientos migratorios que se producen al año en búsqueda de agua.
El Monitor de Resiliencia Climática es una empresa que monitorea y evalúa los niveles de interdependencia social, ecológica, económica, física e institucional en poblaciones que reciben ayuda de cooperación internacional para fomentar una toma de decisiones basada en la evidencia. Paula también asegura a infoLibre que en los países de África y Asia el cambio climático también es ya una realidad. Añade que las críticas que recibe la Cooperación al Desarrollo es que, en lugar de intentar abordar la raíz del problema, se está gestionando su consecuencia, intentando reducir la inmigración.
Que el Gobierno, las comunidades autónomas y los ayuntamientos de España "digan la verdad" declarando de manera inmediata el estado de emergencia climática. Que se comprometan activamente a reducir hasta el 0% neto la emisión de dióxido de carbono para 2025, teniendo en cuenta las emisiones de la producción y el consumo. Que se creen asambleas ciudadanas coordinadas con el resto de actores implicados, capaces de deliberar y trabajar para encarrilar una transición ecológica justa, así como para supervisar el cumplimiento de lo pactado. Son los tres requerimientos de la ONG Extinction Rebellion, la última expresión de los colectivos del clima. Nacida en Reino Unido en abril de 2018 y llegada a España un año después, promueve acciones de desobediencia civil no violenta para forzar a los poderes públicos a que pongan la crisis climática y ecológica en el centro del debate político, para lo que les piden voluntad y valentía.