Un 407% más de gonorrea (infección gonocócica) y un 706% más de sífilis desde 1995. Además, un 266% más de chlamydia trachomatis desde que empezó a contabilizarse, en 2016. Son los datos que se extraen del Informe de Vigilancia Epidemiológica de las Infecciones de Transmisión Sexual de 2022 elaborado por la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) y publicado por el Ministerio de Sanidad. Son cifras récord. Nunca antes se habían visto números así. Pero el incremento no ha sido repentino. Como reconoce el propio documento, el crecimiento de las ITS (infecciones de transmisión sexual) ha sido sostenido desde que arrancó la década de los 2000.
Este no es el primer informe que alerta de esta situación. "Este análisis nos tiene alarmados, pero son cifras que veníamos viendo en los últimos años", señala Gabriel Bastidas, miembro del grupo de trabajo de Urología de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). En abril del año pasado, el Comité Científico sobre Covid y Patógenos Emergentes del Colegio de Médicos de Madrid advirtió también de que las infecciones de transmisión sexual estaban teniendo cada vez más presencia en nuestro país. Hablaban de las mismas ITS y advertían de que los jóvenes entre 15 y 19 años eran los principales afectados. El último documento de Sanidad también apunta en esa dirección.
En concreto, la sífilis afecta sobre todo a personas entre 24 y 35 años (con una tasa de 48,68 casos por cada 100.000 habitantes), mientras que la infección gonocócica y la chlamydia lo hacen con las que tienen entre 20 y 24 (con una tasa de 198,23 en el primer caso y de 203,85 en el segundo).
Pero hay más. En junio de 2022, la plataforma de salud femenina Bloom realizó el estudio Observatorio Bloom: ITS en mujeres en España, que también venía a alertar de lo mismo. Según sus conclusiones, estas infecciones crecieron un 1.073% en mujeres en tan sólo siete años: entre 2012 y 2019, cuando se registraron al menos 16.304 casos. Y coincidía con los otros estudios: el 50% de las afectadas eran chicas de entre 15 y 24 años.
Un año más tarde del abordado en el Observatorio, los casos cayeron en picado. Era 2020 y la pandemia fue el motivo. "El descenso producido en los casos notificados en 2020 en las ITS producidas en este informe puede atribuirse en mayor o menor medida a la situación de pandemia por covid-19, debido al confinamiento, así como a la sobrecarga de los servicios sanitarios y de salud", explica el último informe de RENAVE.
Más pruebas, más detección, pero menos prevención
Aquí reside, precisamente, una de las razones por las cuales las últimas cifras han marcado récord: ahora se hacen más pruebas. "Cada vez ocurre más que, antes del comienzo de una sintomatología, el paciente acude a la consulta de atención primaria o del hospital. Así se consigue que muchos de los casos que antes pasaban desapercibidos ahora se notifiquen", asegura Valle Coronado, vocal de Relaciones Institucionales de la Sociedad Española de Salud Pública (SESPAS). "Eso es muy positivo, claro, el diagnóstico precoz siempre es importante", celebra.
Hay, por tanto, más conciencia en la importancia de someterse a una prueba de detección de una posible infección de transmisión sexual. Pero hay menos en la importancia de la prevención, que sigue siendo, señala la también médica de familia, lo más importante. Lo recordó la propia María Luisa Carcedo durante su paso por el Ministerio de Sanidad. Fue en 2019, cuando las que en ese momento fueron cifras históricas de infecciones de transmisión sexual llevó al Gobierno a lanzar la campaña Prevenir las ITS está en tus manos. No te compliques.
El objetivo era muy claro. Tres décadas después de la exitosa Póntelo, pónselo, Sanidad volvía a trabajar por fomentar el uso del preservativo. "En los últimos años el uso del preservativo ha descendido entre los 15 y 18 años", señaló entonces la ministra. Un año antes de su declaración, el Estudio HBSC 2018 en España sobre Conducta Sexual mostró cifras alarmantes. El documento, elaborado a partir de una encuesta realizada a más 40.000 jóvenes, cifró en un 75% el número de personas que habían usado preservativo en su última relación sexual. En 2002 ese porcentaje era del 83,8%. "El porcentaje va bajando en las diferentes ediciones", señala el estudio.
Relajación ante el VIH
Pero, ¿a qué se debe esta tendencia? El estudio realizado el año pasado por el Colegio de Médicos de Madrid apuntó a que el uso de medicación para la profilaxis pre-exposición de VIH tenía la respuesta. "Está contribuyendo a que los pacientes se relajen en cuanto al uso de métodos de barrera anticonceptivos", señalaban los autores de la investigación. Una idea que comparten los expertos consultados. "Hemos olvidado el miedo que hace unos años le teníamos al sida gracias a los tratamientos. Ya no hay tanto miedo a infectarse, y por tanto el uso del preservativo disminuye", señala Coronado.
Bastidas opina igual. "Los médicos hemos trabajado mucho por desestigmatizar el VIH porque es una enfermedad que ahora se puede cronificar. Sin embargo, así lo que ha ocurrido es que las medidas de protección se relajen. En los años 80, cuando el sida mataba, bajaron mucho el resto de infecciones de transmisión sexual. La gente entendió la importancia de esos métodos de barrera", recuerda.
El experto cree, además, que la proliferación de prácticas que mezclan drogas y sexo también han influido. "Al final, quien las consume ve disminuida su capacidad de prevención", sostiene. Y la movilidad también. De ahí, de hecho, que el incremento no sea sólo cosa de nuestro país. Por ejemplo, en Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han informado de, al menos, 2,5 millones de casos de las principales ITS.
En cualquier caso, y como recuerda Ildefonso Hernández, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández, lo que a todas luces parece claro es que el Plan Estratégico para la Prevención y Control de la Infección por el VIH y las ITS en España, pensado para la etapa de 2021 a 2030, no está funcionando. "Han aumentado las relaciones desprotegidas de la población, pero los planes de prevención de este tipo de infecciones quizás tampoco están actuando como debieran", diagnostica. Cree por ello que es el momento de evaluarlo. Y de hacer reformas para que sí consiga su objetivo.
"El plan en sí mismo está bien. Habla de promoción de la salud sexual de manera integral y desde un enfoque que incida en el entorno local y educativo. Pero da la impresión con estos datos de que no se ha llevado a cabo. La perseverancia en estas cosas es fundamental", señala. "Hay que sentarse, ver qué falta por hacer y llevarlo a cabo", insiste.
Vuelta a las campañas: educación y concienciación
¿Y se puede hacer más? Volver a las campañas. Incidir en esa prevención. "El trabajo fundamental de la salud pública, y de la atención primaria, es la prevención y la promoción de salud. Parece que es volver al origen, pero es que hay que fomentar la educación en este ámbito", señala Coronado.
Andrea Aznar, directora de Bloom, coincide con este diagnóstico. Según su último observatorio, un "alarmante" 70% de mujeres señaló que su educación sexual había sido mala. Pero el porcentaje, si hablamos de mujeres homosexuales o trans, es todavía mayor. "No hay una educación sexual inclusiva ni homogénea. Forma parte del currículum educativo, pero en la mayoría de comunidades autónomas hay varias etapas descubiertas", lamenta en conversación con infoLibre. Por eso hay que extenderla. Y no sólo a todas las etapas, sino a todas las personas. "Hay que adaptar esa educación a otros contextos que vayan más allá de la heteronormatividad, y hablar mucho más de ello", señala.
Bajada de la edad de inicio sexual
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Sobre todo también porque la edad media de la primera relación sexual también está disminuyendo. "Lo más común es tener la primera relación a los 16, pero en mujeres disminuye incluso a los 15. Si lo comparamos con las mujeres que ahora tienen entre 40 y 49 años, éstas iniciaron su vida sexual hacia los 19", explica. Según el Estudio HBSC 2018 en España sobre Conducta Sexual, hay hasta un 19,5% de jóvenes que han mantenido su primera relación a los 14. "No es algo necesariamente negativo, pero si cada vez te enfrentas antes a las relaciones y con poca información, pues se acaba formando un cóctel que provoca que cada vez sea menos raro que aumenten las ITS", explica Aznar.
Porque además ese dato se refiere únicamente a las relaciones coitales, pero hay mucho más. Y aquí entra de nuevo en juego la educación. O la falta de ella. "El uso de barreras en las relaciones sexuales se limita a la penetración vaginal, pero más de un 70% de las mujeres que hemos encuestado no lo usaban ni para masturbación, ni para sexo oral ni anal. Al final, se pone mucho el foco en el uso del preservativo como prevención de embarazos no deseados, pero hay mucho más", continúa.
Por eso cree conveniente realizar un trabajo, también institucional, que advierta de los riesgos de no usar preservativo. Y coincide en ello con Coronado. "Hay que derribar esos mitos que hablan de 'no pasa nada por no usarlo". Ya no sólo por el incremento exponencial de las ITS, sino porque la resistencia cada vez mayor a los antibióticos, que son los fármacos que pueden tratar enfermedades como la gonorrea o la sífilis, pueden complicar en un futuro su solución. Ya en 2020, la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) señalaba que "la resistencia a los antibióticos es hoy una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo".
Un 407% más de gonorrea (infección gonocócica) y un 706% más de sífilis desde 1995. Además, un 266% más de chlamydia trachomatis desde que empezó a contabilizarse, en 2016. Son los datos que se extraen del Informe de Vigilancia Epidemiológica de las Infecciones de Transmisión Sexual de 2022 elaborado por la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) y publicado por el Ministerio de Sanidad. Son cifras récord. Nunca antes se habían visto números así. Pero el incremento no ha sido repentino. Como reconoce el propio documento, el crecimiento de las ITS (infecciones de transmisión sexual) ha sido sostenido desde que arrancó la década de los 2000.